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J.D. Martínez: 'Me sentí parte del equipo bien rápido'

Nota del Editor: Pueden ver la versión en inglés de esta historia aquí.

Cuando J.D. Martínez fue cambiado de los Tigres de Detroit a los Diamondbacks de Arizona, no solamente estaba cambiando de equipos o mudándose a una nueva ciudad, se estaba movendo de una ciudad que se había quedado corta en sus expectativa a un equipo contendiente que necesitaba poder adicional en el plato. Pocos esperaban que Martínez terminaría conectando 29 cuadrangulares en apenas 62 juegos en la recta final, para terminar con un total combinado de 45 vuelacercas entre ambas franquicias, la mejor cifra de su carrera, en una temporada acortada por las lesiones.

Esas son buenas notciias para las oportunidades del futuro agente libre de conseguir un gran contrato en el mercado en el invierno, pero primero tiene que enfrentarse al reto de ayudar a los D-backs a vencer a los Rockies en el juego de comodines de la Liga Nacional. Él habló con Marly Rivera sobre lo que significa la postemporada para él, las diferencias entre jugar en Detroit y Phoenix, la brecha cultural en el camerino y su crianza como un cubano americano.


¿Cómo bregas con la incertidumbre de tu propio futuro de cara al inicio de la postemporada?

Sólo piensas en que 'estás a punto de jugar en playoffs'. Eso es lo positivo; eso es lo emocionante. No mucha gente llega a jugar en los playoffs, y tener la oportunidad de ir a los playoffs con este equipo, que creo que es un equipo fuerte y un equipo que cree en sí mismo y que puede llegar lejos en playoffs. Es algo emocionante. Si es que voy a regresar (a firmar) aquí o algo por estilo, eso se verá en el futuro. Es algo que realmente no puedo controlar. Realmente no sé qué va a suceder.

¿Es fácil hacer eso?

Siento que cuando era más joven me preocupaba más por el futuro. He madurado un poco más en ese aspecto. Realmente no me dejo llevar por lo que no puedo controlar y lo que está más allá en el futuro. Sólo sé que el día de hoy es el de hoy y el día de mañana será mañana. Puedo controlar lo que pasa hoy, pero no sé qué lo que va a pasar mañana.

Has trabajado muy duro para lo que vendrá para ti en la agencia libre, ¡donde cobrarás una buena cantidad de dinero!

(Risas) No lo sé. Es una bendición. Es una bendición de Dios. Le doy toda la gloria y las gracias a Él. El camino que he tomado en mi carrera para llegar donde estoy ha sido como una montaña rusa. Pero no lo cambiaría por nada. Creo que me ha convertido en la persona que soy. Creo que me ha ayudado a fortalecer mi carácter. Los fracasos me hicieron más fuerte, por lo que tuve que pasar y trabajar y no darme por vencido. Siempre me lo dijeron mis padres. Mi papá siempre me enfatizó que nunca me diera por vencido. Siempre lo tomé en serio. Siempre ha sido una especie de motivación para mí. Es una bendición estar aquí.

¿Tus raíces cubanas influyeron en eso?

Sí, definitivamente. Cuando mi papá llegó de Cuba tenía tres hijas en aquel momento. Trabajaba más de 100 horas a la semana en Domino's Pizza, lanzando pizzas al aire, sólo para que nosotros tuviéramos algo de comer cada noche. Sólo ver la forma en que logró su sueño. Logró establecer su propia compañía. Él es dueño de una compañía de reparación de techos en el sur de la Florida y ahora tiene como 35 personas trabajando para él. Para mí, él logró el sueño americano y siempre tuvo ese espíritu de 'nunca me voy a dar por vencido. Esto es lo que tengo que hacer'. Tenía esa hambre y ese deseo de hacer algo con su vida y eso fue lo que siempre me enseñó.

¿De ahí viene tu ética de trabajo?
Definitivamente, de mi padre y de mi madre. Mi mamá siempre estuvo allí ayudándome cada vez que llegaba a casa y me sentía triste, deprimido por algo, por un mal juego o lo que fuera. Ella siempre estaba allí y me decía, 'Vamos, mañana es otro día'. Ella siempre me alentaba, preparándome para el otro día. Nunca me permitió que dejara de creer en mí mismo. Siempre estaba allí para apoyarme.

¿Cómo fue la transición de Detroit a Phoenix?

La ciudad de Detroit me recibió con los brazos abiertos. Me sentía de verdad que como en mi casa. Fue difícil tener que irme, después de haber estado allí por tanto tiempo. Y al llegar aquí, siento que lo desconocido era lo que más me atemorizaba. No sabía si me iba a llevar bien con mis compañeros. No conoces la ciudad, no conoces nada. Es como si alguien te dijera 'Oye, tienes que recoger todas tus cosas y mudarte al otro lado del país y empezar una nueva vida allí'. Pero después que llegué aquí, mis compañeros me han tratado de una forma impresionante. Realmente me han recibido con los brazos abiertos.

Cuando llegué por primera vez realmente no me fue bien. Me dio mucho trabajo. Estaba tratando de ser alguien que no soy; tratando de hacer más de lo que podía. Y mis compañeros me decían, 'hombre, vamos,'. Todos los días me daban ánimo, dándole ánimo a todo el equipo. Me hicieron sentir rápidamente que era parte del equipo.

¿Es justo decir que has tenido más éxito del que se anticipaba que tuvieras al cambiarte a Arizona?

Sí. Sí, definitivamente. Pensé que iba a necesitar un período de transición más largo. Pero creo que la bendición que tuve, y tuve mucha suerte con ese primer mes, es que enfrenté a muchos de los equipos que íbamos a enfrentar al mes siguiente. Así que sentí como que 'ok, bueno, ahora no tengo que enfrentar a nuevos equipos cada vez'. El primer mes sentí como si estuviéramos enfrentando a un nuevo equipo todos los días; nunca me había enfrentado a éste, nunca había enfrentado a aquel, nunca había enfrentado al otro. En septiembre sentí que ya había tenido más turnos al bate contra ciertos lanzadores y tenía una mejor comprensión de cómo trabajan, de cómo te sacan de out, qué los hace ser efectivos, ese tipo de cosa.

Sé que te sientes muy orgulloso de tus raíces cubanas. ¿Es diferente estar en Arizona donde hay una gran población mexicoamericana, distinto a Detroit?

Creo que sí, sí. Creo que definitivamente hay más hispanos aquí que en Detroit. Pero la gente hispana aquí ha sido fantástica. Tuve una presentación con T-Mobile hace un par de semanas y fue todo con gente hispana. Fue realmente genial. Nunca pensé que tendría ese tipo de recibimiento de la población hispana. Así que ha sido divertido. En Detroit no había tanta. Quiero decir, había gente hispana en Detroit, pero definitivamente no al nivel que hay aquí.

¿Es divertido tener la oportunidad de tener una mayor conexión con esa parte de tu base de aficionados?

Sí. Es genial cuando la gente viene donde ti y te trata de hablar en español. Te quieren hablar de lo que has logrado y de lo que hacen y de lo emocionados que están de ir al partido. Se siente un poco como si estuviera en casa (en Miami).

¿Cuánta influencia cubana había en tu casa cuando estabas creciendo y te arrepientes de no haber aprendido a hablar español un poco mejor? ¿Lo harías diferente con tus propios hijos en el futuro?

Mi español no es lo suficientemente bueno. Es lo suficientemente bueno para defenderme, pero siento que enseñarle a un niño a hablar sería diferente. Creo que dependería más de dejar a los niños en la casa de abuela; dejarlos en la casa de mi mamá o de mi papá y dejar que aprendan (a hablar español) allí. Pero no tengo hijos todavía y no estoy casado, así que tengo tiempo para eso.

¿Cómo fue tu crianza?

Tengo cinco hermanas, pero viví con dos y en un momento con tres de ellas, por lo cual había un montón de mujeres en la casa. Así que fue algo un poco diferente. Nunca podía usar el baño para nada, porque una de ellas se estaba poniendo maquillaje o algo estaban haciendo. Siempre les decía: ¡Tengo que ir al baño! ¿Puedes salir, por favor?' Me sacaban de sus cuartos. Era un desastre. Me vestían con su ropa. Tienen fotos y me han amenazado con revelarlas, me dicen 'Voy a chantajearte con estas fotos'. Me río por todas las cosas que me hicieron, miro atrás y pienso en lo malvadas que fueron conmigo. ¡Qué cosas me hacían! A ellas les encanta.

¿Creciste comiendo comida cubana, o te rebelaste y solo querías hamburguesas y pizza como hacen los niños?

Todo el tiempo. Teníamos pizza y hamburguesas, pero en víspera de Navidad, era LA Nochebuena. Teníamos la caja china en la casa. Todo el mundo venía para la casa. Mi papá quemaba el lechón. Se sentaba con todos mis tíos y todos estaban ahí viendo el lechón cocinándose, pero nadie le prestaba atención, 'Ah, está bien, está bien'. Entonces cuando íbamos a comer, todo el lechón estaba quemado. Entonces mis hermanas le gritaban a mi papá. A mis tíos les gritaban sus esposas; es tremendo show. Es bien divertido. Creo que de eso se trata la Nochebuena. Así es la Nochebuena y el Día de Acción de Gracias también, es igual. Una gran reunión familiar con todo el mundo divirtiéndose y pasándolo bien en compañía. Ellos quemando el lechón y peleando con sus esposas. Es divertido. No sé cómo explicarlo. Así somos los latinos. Ni siquiera sé cómo decirlo o cómo explicarlo.

Dentro del camerino, ¿sientes que eres alguien que puede servir como un puente entre los americanos y los latinos, siendo un pelotero nacido en los Estados Unidos pero habiendo crecido con herencia hispana?

Sí, así es. Creo que es una bendición que tengo, poder formar parte de ambos lados. Puedo sentarme aquí a hablar con [Ketel[ Marte, a hablar con [David] Peralta, y luego ir a hablar un rato con A.J. [Pollock], con [Jake] Lamb y Goldy [Paul Goldschmidt], puedo ir de un lado a otro. Siento que no tengo que limitarme a un solo lado. Puedo mezclarme con todo el mundo.

¿Cuán importante será que tú tengas un buen desempeño para que los Diamondbacks lleguen lejos en playoffs y clasifiquen a la Serie Mundial?

No lo sé. Siento que soy tan importante como todos los demás en este equipo. No pondría más énfasis en mí, más que, por ejemplo, en Archie Bradley saliendo del bullpen. Creo que para ganar una Serie Mundial, y para llegar a una Serie Mundial, todo el mundo tiene que dar la cara. Es difícil confiar sólo en un par de jugadores para que te ayuden a llegar, porque en la Serie Mundial entonces llevas el blanco colgado en la espalda. Los equipos tienen siete juegos para estudiar cómo ganarle a ese jugador y cómo no vamos a permitir que ese tipo nos gane. Cuando eso sucede, otros jugadores tienen que dar la cara para que sus equipos puedan tener éxito. Creo que toda esta Serie Mundial, y la manera de llegar hasta allá, van a ser una verdadera pelea. Todo el mundo va a tener que jugar su juego y contribuir de la forma en que saben cómo contribuir para que podamos llegar hasta allí.

¿Es mejor enfrentar al 'diablo conocido', con los Rockies siendo un rival que ustedes conocen muy bien?

Supongo que puedes decir eso, pero los Rockies son un buen equipo y cualquier equipo que enfrentemos nos va a dar la batalla. No hay una forma fácil de decirlo.

Formaste parte de un equipo muy talentoso en Detroit, pero que no pudo ganar un anillo de Serie Mundial. ¿Qué crees que hizo falta allá que tal vez los Diamondbacks tengan?

Esa es una pregunta difícil. Son dos equipos completamente diferentes. Son dos equipos diferentes y ambos podrían tener mucho éxito. Desafortunadamente en Detroit no tuvimos el éxito que queríamos, y fue penoso, porque teníamos un equipo muy bueno, un equipo muy talentoso. Pero eso te demuestra que en este juego no importa lo que tengas, es sobre quién realmente cree en sí mismo y quién realmente lo quiere. Este equipo es un equipo muy enérgico. Hay tanta energía que a veces miro a mi alrededor, y pregunto, ¿cómo es que tienes tanta energía? ¡Yo estoy muerto!' Y es algo motivador. Te inspira. Así que no sé. Son dos equipos diferentes. Es difícil compararlos.

¿Hiciste algún ajuste a tu swing? Pareces ser un jugador diferente al que eras en Detroit, aunque sabemos que tuviste que lidiar con lesiones.

No sé. Realmente no hice ningún ajuste como tal. Creo que es mayormente haberme ajustado a la liga. En Detroit, al principio, cuando regresé, todavía estaba sufriendo del pie, estaba bregando con las molestias y el dolor de todo eso. Creo que hice las cosas bien en el tiempo que estuve en Detroit este año. No es como si me hubiera ido mal. Pero creo que después de llegar aquí la lesión ya había quedado en el pasado. Desde que llegué aquí no he pensado en la lesión ni una sola vez.

Aunque no estuviste aquí al principio de la temporada, ¿qué crees que le ha traído Torey Lovullo a este equipo?

No sé cómo era antes, así que es muy difícil para mí comentar sobre ese tema, pero creo que desde que llegué aquí me di cuenta de que él tiene una muy buena comprensión del camerino, una muy buena percepción. Él sabe cómo controlar al jugador, en cuanto a cómo tratar a diferentes jugadores. Ha sido muy positivo desde que yo llegué aquí. Realmente no entra en pánico. Nos dice: 'Vamos, sea lo que sea, perdimos esta cantidad de juegos, eso no importa, vamos a remontar. Vamos a lograr esto'. Tiene una buena apreciación del camerino.