Peligrosos Azulejos

El equipo dirigido por el cubano Carlos Tosca girará de nuevo en torno al puertorriqueño Carlos Delgado. Junto a él, Toronto exhibirá este año un caudal de talento joven de probada calidad

El puertorriqueño Delgado, en la foto con el mánager Carlos Tosca, no vio muchos lanzamientos buenos en el 2002, cuando recibió un total de 102 boletos. (AP)
Los Azulejos de Toronto son un equipo en pleno proceso de renovación que sabe muy bien que lo que le conviene es ir paso a paso.

Pero con el recio madero del puertorriqueño Carlos Delgado, el brazo de Roy Halladay y un pelotón de figuras en ascenso, los Azulejos son rivales de mucho cuidado en el Este de la Liga Americana, una división que los Yankees y Medias Rojas han tenido como su parcela en los últimos años.

En el 2002, Toronto tuvo un pésimo arranque y fue cuestión de tiempo el despido de Buck Martínez, que se produjo a principios de junio.

Nada hacía pensar que el cubano Carlos Tosca iba a sobrevivir la designación de mánager interino.

Los Azulejos, sin embargo, no se amilanaron y le respondieron en gran forma al nuevo piloto, logrando rescatar una campaña con marca de 78-84 y con muchos indicios alentadores de que el equipo va por el camino correcto.

Tosca puso en práctica en Toronto una receta que siempre funciona: iniciativa, disciplina en el plato y buen recorrido en las bases.

Para el 2003, los Azulejos buscarán continuar con ese estilo.

El inicialista Delgado sigue siendo la estrella indiscutible, aunque han sonado las alarmas ante la merma de su producción de jonrones y promedio al bate en las dos últimas temporadas.

Es injusto echarle la culpa de Delgado (277, 33 jonrones y 108 impulsadas). La frase una golondrina no hace verano se ajusta bien a su caso.

Sin mucha protección en el lineup, Delgado vio pocos lanzamientos buenos y se hizo constante recibir bases por bolas, un total de 102, incluyendo 18 intencionales.

El enorme salario de Delgado se ha transformado en una carga muy pesada para la nómina y se conjetura que podría ser cambiado de equipo.

Delgado bateará en medio de un par de prospectos que entran en su segunda campaña en las mayores con muy buenas expectativas.

Vernon Wells (275, 23, 100) se hizo con la titularidad en el jardín central, mientras que Josh Phelps (309, 15, 58 en 79 juegos) no desentonó cuando subió a las mayores a mediados de temporada.

Hablando de novatos, el antesalista Eric Hinske (279, 24, 84) fue seleccionado el mejor en la Liga Americana. Con apenas 25 años, Hinske parece perfilarse como la piedra angular del equipo en el futuro.

Toronto le está haciendo una apuesta el futuro y recién firmó a Wells y Hinske con contratos de cinco años, en un intento de emular el rumbo que tomaron los Serafines y Atléticos.

Se puede decir que Delgado es el decano del infield, ya que el torpedero Chris Woodward (276, 13, 45) y el intermedista Orlando Hudson (276, 4, 23) son otro par de jóvenes valores que apenas se están abriendo paso en las mayores.

Shannon Stewart y Frank Catalanotto aportan la cuota de experiencia, pero en los jardines.

Stewart (303, 10, 45) fue el más beneficiado por la partida de Raúl Mondesí, ya que le permitió dejar de ser bateador designado y jugar con regularidad en los jardines, en este caso como guardabosque izquierdo.

Toronto se aburrió de esperar por la consagración de José Cruz hijo y tendrán en Frank Catalanotto (269, 3, 23 con los Rangers) su nuevo patrullero derecho. En esa posición tiene poca trayectoria, pero es un hombre muy habilidoso para embasarse a menudo.

Un punto débil es la receptoría, donde Ken Huckaby (245, 3, 22) pasó a ser el receptor tras el retiro de Darin Fletcher. Pero los Azulejos cuenta con Kevin Cash, quien desde las menores de perfila como el catcher del futuro.

También hay muchas dudas sobre el cuerpo de lanzadores.

Halladay (19-7, 2.93) es de lejos el as y viene de una tremenda temporada en la que lanzó más de 230 entradas.

Aparte de Halladay, los Azulejos tienen poco que ofrecer.

Cory Lidle (8-10, 3.89 con Oakland) podría constituirse en muy confiable segundo abridor. Su marca engaña, ya que generalmente hizo buenas salidas, pero sin la suerte de recibir el respaldo ofensivo suficiente.

A Tanyon Sturtze (4-18, 5.18) le podría mejor que sus aciagos días con Tampa. El novato Mark Hendrickson y Pete Walker (10-5, 4.33) completan la rotación.

El cerrador es el venezolano Kelvim Escobar, que se apuntó 38 rescates, pero no siempre las tiene todas consigo. El año pasado malogró ocho oportunidades y su efectividad quedó en 4.27.

Tanto Stewart como Escobar se encuentran en el último año de sus respectivos contratos y los directivos podría verse tentados a transferirlos a cambio de pitchers.

-AP

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Azulejos de Toronto
viernes, 28 de marzo
Portada