Floyd Mayweather volvió a ganar por una decisión mayoritaria sobre Saúl 'Canelo' Alvarez, en otra batalla que le dio un poco más de gloria, pero como siempre, no dejó nada de nuevo. Ganó con las mismas herramientas de siempre. Velocidad, defensa inexpugnable y un rival que no tuvo herramientas para cambiar la historia.

Canelo debía empezar arrollando y comenzó esperando. Canelo debía acortar la distancia y lo peleó desde la distancia. Por cierto, falló una y otra vez. En ese escenario, Mayweather vio facilitada su tarea. Se paró a soltar combinaciones, entró y salió a la guardia enemiga y ante cada izquierda que fallaba Canelo el golpeaba con su derecha por encima.

La batalla provocaba emoción por el nacionalismo que despierta el mexicano, pero en realidad fue un combate aburrido. Cuando Canelo se decidía a presionar, conseguía buenos momentos pero de manera intermitente. Las tarjetas finales, favorecieron en forma mayoritaria a Floyd: 117-111, 116-112 y 114-114. Desde mi punto de vista la batalla fue más pareja de la que lo vieron los jueces que le dieron la victoria a Floyd.

Le di seis asaltos a Floyd, cinco a Canelo y uno empate.

1- EMPATE: Ninguno de los dos se ajustó a la distancia, fue un round de estudio sin impactos de poder.

2- FLOYD : Controló el ritmo de la pelea y le puso presión a Canelo, que siguió esperando sin arriesgar.

3- CANELO: Se soltó mas el mexicano, lanzó golpes y puso presión. Floyd se movió sobre piernas y lanzó pocos golpes.

4- FLOYD: Hubo un golpe bajo de Canelo que se veía impotente y se desesperó. Floyd lo conectó en la cara en más de una oportunidad.

5- FLOYD: Canelo utilizó el doble jab, pero tampoco pudo llegarle. La falta de distancia es su drama. Floyd comenzó a torearlo y lo golpeó cuando quiso por encima de la guardia.

6- FLOYD: Mayweather aplicó los mejores golpes. Canelo sigue sin emplear el gancho y se ve extremadamente lento.

7- FLOYD: Canelo más robótico que nunca, recibió varios golpes contra las cuerdas y solo despertó en el último minuto. Floyd dio aquí una clase defensiva y volvió a conectar los mejores golpes.

8 CANELO: El mexicano salió más agresivo, empujó a Floyd contra las cuerdas, que solo se defendió en este asalto.

9- FLOYD: Canelo sorpresivamente no se mueve de las cuerdas y allí recibió castigo de Floyd. Cuando reaccionó no tuvo distancia y de contragolpe la derecha de Floyd le llegó varias veces.

10 CANELO: Floyd pareció cansado, Canelo empujó sin orden y soltó mejores golpes aunque no hizo daño. Se llevó el asalto más por lo que no hizo el estadounidense que por su desempeño.

11 CANELO: Puso presión, dio los mejores golpes.

12- CANELO: El mexicano fue el único que hizo el desgaste. Floyd solo se movió sobre piernas, imaginando que la batalla ya estaba ganada.

Ahora habrá que esperar que se decida el próximo rival de Floyd Mayweather, que por las especulaciones previas debería ser el vencedor de la semiestelar: Danny García. Sin embargo, la presencia de Amir Khan observando la batalla y la sugestiva atención que le brindó Showtime con más de un primer plano, puede indicar otra cosa.

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Lucas Matthysse, Al Bello/Getty ImagesLucas Matthysse llegaría como gran favorito al combate ante Danny García
No es fácil predecir quien gana por KO una batalla entre noqueadores. Los francotiradores del boxeo son el reino soberano de la inexactitud. Cuando encuentran una víctima propicia, ganan en un segundo, apenas con un trallazo o van desmembrando a su oponente, al tranco lento pero con bombazos muy duros. Lo que llamamos la demolición. Sin embargo cuando en el intrincado laberinto de los títulos, los interinatos, peleas mandatorias, arreglos de promotoras o cadenas de TV, chocan dos masacradores como Lucas Matthysse (34-2 con 32 KO) y Dany Garcia (26-0 con 16 KO) parece que toda previsión cae en el abismo de las incógnitas. Uno de ellos ganara por KO, pero la pregunta es: ¿Cuál de ellos será el vencedor?

Mis certezas suelen enfrentarse con mis dudas. La ficción previa embiste de frente con la realidad que ampara el sentido común. Y este último elemento enciende una luz amarilla donde me avisa que, en esta oportunidad, la victoria puede ser para cualquiera. Por ello, en seis segmentos, voy a dividir el único exorcismo posible de un analista frente al muro de la incerteza.

LAS POSIBILIDADES DE MATTHYSSE

Para la mayoría de los fanáticos Lucas Matthysse es el gran favorito. Llega exultante a este combate e imbuido por un triunfalismo que nace de hechos reales: ha ganado 11 de sus últimas 13 peleas antes del límite y ha noqueado a más del 85 por ciento de sus rivales. Perdió dos veces y en las dos oportunidades (Devon Alexander y Zab Judah) fue con decisiones polémicas. Su pasado no miente. Nadie dude lo que podemos esperar del argentino: un KO fulminante, una masacre hasta la toalla adversaria o la compasión del referí.

LAS POSIBILIDADES DE GARCIA

La engañosa fragilidad de su apariencia juvenil suele confundir a los rivales. Danny García ha mostrado una sorprendente dureza defensiva. Resiste al castigo, asimila cualquier golpe y sabe remar contra la corriente en momentos complicados. En ofensiva, tiene un obús en la mano derecha y un gancho de izquierda que algunos rivales, como Amir Khan y Erik Morales, conocen muy bien. A eso le suma a un contragolpe letal y una capacidad de martilleo constante cuando el asunto es de intercambio abierto. García es un invicto, seguro de sí mismo, que sabe capear todas las tormentas, probado ante sólidos rivales y que posee la versatilidad de matar temprano o trabajar la pelea larga. De su desempeño, habrá que esperar el trabajo de un zorro, que le dé su territorio al enemigo para cazarlo cuando menos lo espera.

EL POSIBLE ESCENARIO DE LA PELEA

No creo que llegue a los doce asaltos, pero tampoco es una utopía imaginar que sí llegará a la distancia. Es posible que veamos un arranque alucinante del argentino soltando toda su artillería tratando de noquear en los primeros asaltos. Garcia hará el aguante, cerrará la parte alta de su guardia buscando neutralizar los golpes que buscarán su barbilla y con tenues contragolpes intentará sobrevivir al primer asedio. Después del cuarto asalto, el argentino disminuirá el ritmo. Si no consiguió lastimar a Garcia deberá improvisar por otra vía y eso lo desconcentrará. Allí el ritmo pasará a marcarlo Garcia, que llevará la pelea al centro del ring y lanzará bombazos desde todos los ángulos, abajo y arriba, o tratará de lastimar en contragolpe. Si la batalla supera el séptimo asalto con los dos rivales enteros, no dudo que el pleito llega a la distancia.

LA CLAVE

La actitud y el dominio mental, considero que serán la clave fundamental para definir el ritmo y el rumbo de la batalla. Cuando se enfrentan dos rivales con tanta dinamita en el guante el plan de pelea es esencial. Las esquinas deberían diseñar el guión previo de la pelea punto por punto para evitar cualquier sorpresa. En ese estamento, curiosamente, todo apunta a que será Garcia el que mejor trabajará en base a un plan específico y el que utilizará el control mental y la concentración para ganar la pelea. Matthysse y su equipo no necesitan plan, solo harán lo que hasta el momento siempre les dio resultado; presionar al rival y tratar de noquearlo rápido. "Lucas lo noqueará antes del sexto asalto" vaticinó Mario Arano , manager del peleador argentino.

LA ANTICLAVE

Ganar o perder siempre depende de un golpe. Es una frase hecha del boxeo y nunca como en este caso aplica de manera tan certera. El instante en que el martillazo se estrella contra el rostro rival, es el preludio del final. Sin embargo un golpe que decide no llega por un acaso. Existen circunstancias, errores o aciertos previos que construyen la autopista hacia ese destino. En Lucas Matthysse hay tres enigmas que integran su anticlave: enfrenta a un rival que probará de verdad su barbilla, no se sabe si lo afectará su favoritismo previo ni tampoco la posibilidad de llegar a la distancia donde, hasta el momento, no ha sido beneficiado por los jueces. En Danny García, los tres componentes pasan por el límite de su asimilación al castigo, la manera en que incidirá en su confianza previa el hecho de enfrentar a un noqueador implacable como el argentino y la posibilidad de un error en una mala estrategia ofensiva, es decir, que decida presionar a un noqueador que lo puede dormir de un solo contragolpe.

EL POSIBLE RESULTADO

En algo le otorgamos la derecha al entrenador del argentino. Si Matthysse pretende ganar debe hacerlo en los primeros asaltos. Su chance de victoria pasa por ese factor; agobio, presión, muchos golpes lanzados y búsqueda desesperada de la barbilla de García. Si no lo consigue, cuidado. A partir de la decepción mental por no conseguir la meta prioritaria, Matthysse le otorgará una inyección de ánimo a su oponente. En ese hipotético escenario, García mejorará la autoestima, mostrará la efectividad de su defensa y buscará encontrar el golpe a contrapié que termine todo en un suspiro. No será ni fácil ni tampoco difícil lograrlo. Para ello, el impresionante KO de Juan Manuel Márquez sobre Manny Pacquiao, en su última pelea, es un buen ejemplo que, para ganar de un solo trallazo, basta encontrar un mínimo resquicio, una absurda posibilidad, un error bien aprovechado o apenas un golpe de suerte. En resumen en los primeros tres asaltos la chance de KO es para Matthysse, del cuarto al octavo deberíamos ver mejor a García para encontrar el gran golpe y si superan el octavo, habrá distancia y allí el resultado obvio podría ser el empate.

Ya lo saben, para mí no hay favoritos, algo que solo ocurren en las grandes batallas. Y esta, sin duda alguna, de antemano es una súper pelea.

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Julio Cesar Chavez Jr.Jeff Bottari/Getty ImagesJulio César Chávez Junior asegura que se siente cómodo con la relación con su padre

Ha sido una de las grandes novedades del fin de semana: Julio César Chávez Jr. le pidió formalmente a su legendario padre que se haga cargo de su esquina. ¿Error, acierto o inicio de un nuevo culebrón? En la primera perspectiva no parece ser una decisión técnica, más bien parece una solución emotiva, destinada a resolver las divergencias familiares. "Le dije: 'Si quieres ayúdame, pero formalmente, porque si no, a veces confundes a mi entrenador'", indicó Chávez Jr. Definitivamente el Junior apaga el incendio, pero nadie garantiza que no esté con ello encendiendo una hoguera mucho mayor.

Los Chávez han superado duras batallas, unidos y manejando la procesión interna dentro del ámbito familiar. El mayor debió superar su reconocida adicción al alcohol y las drogas, de las que confesó haber salido gracias a su hijo, el que tampoco se ha librado de los problemas personales. En noviembre del 2009, tras vencer a Troy Rowland dio positivo por haber ingerido un diurético con Furosemida, una sustancia prohibida. Luego fue detenido en Los Ángeles por conducir en estado de ebriedad. Después fallo su prueba de dopaje luego de su derrota ante Sergio Martínez tras resultar positivo de marihuana.

La vida familiar los une en los momentos buenos y en los momentos malos, pero también los une antes, durante y después de cada pelea. Y esto último parece ya ser un exceso o la gota que desborda el vaso. Los gritos de Chávez padre durante cada pelea, sus intromisiones en el trabajo de los entrenadores y su alteración emotiva en cada pelea de su hijo, se volvió una imagen inevitable en las pantallas de televisión.

Si a eso le sumamos la presión mediática que su apellido provoca encima de la concentración de Chávez Junior, nos encontramos en presencia de un cóctel difícil de digerir que tuvo su explosión días atrás cuando el hijo decidió prescindir de su padre en la esquina. Sin embargo la medida duró muy poco, enseguida le ofreció ser su entrenador y las paz regresó a la relación familiar.

Y la pregunta que todos nos hacemos es si un padre pasional, sin capacidad probada como entrenador pese a su pasado como boxeador, que no garantiza le pueda transmitir la frialdad y equilibrio emocional adecuado a su pupílo durante la pelea, pueda dirigir a su hijo desde la esquina. A mi juicio no puede y no debe. Los componentes emotivos, el entorno familiar, la pasión desmedida, el dinero o el más natural de los sentimientos: el amor de un padre por su hijo, hacen inviable cualquier estrategia en un púgil que aspira a grandes cosas.

Es verdad que los casos en que padres dirigen a sus hijos campeones, son incontables. Algunas de esas asociaciones han funcionado bien, pero los ejemplos malos más conocidos serían suficientes para señalar esa costumbre como negativa. Ejemplos como los deFloyd Mayweather Jr. o Shane Mosley.

En el caso de Floyd, durante los primeros años de su carrera tuvo serias desavenencias con su padre, las que se ventilaron públicamente y con tanto rencor que Floyd Sr. en 2008 estuvo a punto de entrenar a Oscar de la Hoya para que derrotara a su hijo en una revancha que luego fue cancelada.

Shane Mosley, por su parte, despidió a su padre dos veces durante su carrera, alegando siempre que no estaban en la misma sintonía. Otra reyerta familiar que terminó en la justicia y donde el dinero jugó un rol fundamental, se produjo entre el boricua Miguel Angel Cotto y su tío Evangelista, que lo dirigió durante varios años.

No obstante, hay casos que sirven para pensar sobre el aporte paterno positivo. Este fin de semana, asistimos a la consagración en San Antonio de Omar "La Panterita" Figueroa como campeón interino ligero del CMB. Su carrera nació a la sombra de su padre, verdadero mentor e inspiración del joven monarca. Tal es así que cuando recibió el cinturón de campeón su primera reacción fue colocárselo a su progenitor.

Figueroa Sr., que lo entrenó desde los seis años de edad, es parte de la esquina de su hijo, pero fue fácil apreciar su nula intervención durante la batalla, excepto cuando correspondía en su tarea como auxiliar, y el total respeto que demostró por el trabajo del entrenador titular, Joel Díaz. No dudo que todo lo bueno que muestra Omar Figueroa Jr. se sustenta en esa buena armonía de la esquina.

Hay ejemplos de todo tipo, pero el sentido común es el primer argumento para apuntar como nada recomendable la presencia de un padre dirigiendo las peleas de su hijo en un deporte como el boxeo. A eso sumemos la personalidad de cada uno, el peso de los problemas personales y las circunstancias inoportunas, porque a veces, un hijo puede rechazar al padre una orden que no rechazaría de un entrenador sin vínculo sanguíneo. Y esa posibilidad puede suceder en la esquina de los Chávez tan pronto como su próxima batalla ante Bryan Vera. Por ello, el Junior no tomó una buena decisión y su padre comete un error, al no dar un paso al costado. Es una presunción y ojalá que me equivoque.

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Por una decisión dividida que en cierta manera premió en demasía al nuevo campeón welter de la AMB, Adrien Broner (27-0 con 22 KOs) venció a Paulie Malignaggi (32-5 con 7 KOs) en una batalla celebrada este sábado en al Barclays Center de Brooklyn, New York. Lo que dice el título es lo que pienso, fue empate y si pudo haber un ganador, por cierto que para mí no fue Broner. Y lo voy a explicar con detalle, incluso estableciendo a quien vi ganar en cada asalto.

En principio, digamos que Adrien Broner tiene buena defensa, pero cuando ataca no lanza combinaciones y su preocupación por mantener el hombro levantado, le impide ser agresivo. ¿Tiene miedo de soltarse? ¿No tiene confianza en su barbilla o aprendió tan bien a defenderse, que olvidaron enseñarle a ser mejor en ofensiva? Pero hay más, durante todo el combate él fue un concierto de golpes ilegales que por lo menos debieron restarle algún punto de un obsecuente referí Benji Estévez.

Paulie Malignaggi ya sabemos quién es. Movedizo, rápido pero con manos de manteca. Sin embargo cumple su itinerario y hasta mejoró esta vez a su última actuación frente a Pablo César Cano. Trabajó la pelea al comienzo en base al jab, tal como ante Vyacheslav Senchenko, lanzó la mayor cantidad de golpes y combinaciones, no dejó golpe recibido sin responder, se movió lateralmente con criterio y en ningún momento se vio lastimado durante la

Al final del combate, Malignaggi dijo que la pelea fue cerrada y efectivamente lo fue, por más que a su eterno show "verborragico" nadie le preste atención. En mi conteo personal yo vi a Paulie ganar los asaltos 1,2,4,9 y 10. A Broner le anoté los rounds 3,6,7,11 y 12, mientras que vi empate en los asaltos 5 y 8. En medio de todo eso, hay que recordar que en el segundo episodio Broner aplicó un rodillazo en Paulie, al igual que por dos veces el referí le llamo la atención por golpear en medio del break o en la espalda de manera ilegal.

El dibujo de la pelea fue el mismo durante los doce episodios. Broner yendo hacia delante, pero golpeando poco o nada y Paulie esperando, moviéndose lateralmente, lanzando combinaciones rápidas y esquivando con los hombros o con movimientos de cintura. No fue una batalla agradable, como todas las de Malignaggi pero si nos remitimos a quien trabajó más, quien lanzó más y lució mejores componentes técnicos, debemos elegir al perdedor. También hay que buscar algún detalle diferente en la foto final, y en la misma no quedó nada; terminaron con los rostros inmaculados.

El resumen final, quizás, dejó como saldo dos cosas importantes. La primera: es bueno que Paulie Malignaggi deje de ser campeón. Ha sido un accidente del destino que haya lucido un cinturón de monarca en la división más brillante del boxeo actual. Segundo: Adrien Broner dejó en claro que solo es un producto, una mala imitación de Floyd Mayweather Jr., que se defiende bien, pero que en este peso no noquea, no tiene volumen de golpes y solo habrá que esperar que le pongan delante algún rival con dinamita en las manos. Sea Marcos Maidana o cualquiera de los gigantes que hoy tiene el boxeo en 140 y 147 libras. Ojalá se anime a enfrentarlos, pero tengo mis dudas que ello ocurra. Broner habla mucho, pero hasta el momento no ha mostrado nada, excepto una buena defensa, y lo preocupante es que pese a todo, para la estadística, ya es campeón en tres diferentes divisiones.

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