Se supone que es la división de glamour, la que impulsa la marcha y senta las pautas en los deportes de combates, pero en UFC los útimos cuatro años y medio, el peso pesado es quizás la categoría que pisa y no arranca.
Actualmente, el campeón indiscutido Francis Ngannou está fuera de acción tras una cirugía de rodilla, y su estatus de contrato empaña su futuro con la promotora de cara al futuro. El ex campeón, y GOAT de peso pesado de muchos, Stipe Miocic, no pelea desde que perdió el título ante Ngannou en 2021. Y todavía esperamos por Jon Jones, a medida que jóvenes promesas como Tom Aspinall, Ciryl Gane y Tai Tuivasa buscan abrirse paso en la categoría.
Desde el inicio del 2018, el campeonato se defendió un total de siete veces entre cinco peleadores, gracias en parte a la trilogía entre Miocic y Daniel Cormier que dominó el panorama de julio del 2018 a agosto del 2020. Y con Ngannou fuera, le podemos sumar varios meses a la espera.
Pero mientras esperamos por algún movimiento en la cima, y alguna noticia sobre Miocic-Jones, obtendremos algo de claridad durante las próximas seis semanas con una serie de peleas que deben comenzar a darle forma al futuro de la división, comenzando con el evento principal desde Londres este sábado entre Aspinall y el veterano Curtis Blaydes, clasificados seis y cuatro, respectivamente en el ranking de UFC.
Aspinall luce como una apuesta intrigante en una división que siempre anhela sangre nueva y joven. El británico tiene las herramientas y el carisma para dejar su marca, y UFC le esta dando la oportunidad para demostrar su juego en otro escenario grande, luego de encabezar el primer evento de la promoción en Inglaterra desde 2019 en marzo, todo un éxito de taquilla que demostró que la confianza de UFC sobre él es real.
El veterano Blaydes no será una presa fácil, inclusive en la casa de Aspinall en Londres. La lucha de ‘Razor’ es la mejor de la categoría, capaz de frustrar a cualquiera, y el peleador de 31 años todavía tiene sus ojos en una oportunidad titular que sería su primera en la promotora. Con marca de 6-1 en sus últimos siete combates, y dos victorias seguidas de cara a Londres, una victoria enfática podría catapultar a Blaydes a un lugar privilegiado en la línea.
Esa línea tambien incluye al francés Gane y al australiano Tuaviasa, quienes tendrán su propio escenario como evento estelar en la primera visita de UFC a Francia el 3 de septiembre. Gane es el ex campeón interino que perdió ante Ngannou por decisión en una unifcatoria en enero antes de que Ngannou pasara por la sala de operaciones.
Tuivasa, por su parte, ha salido prácticamente de la nada para capturar la atención de la fanaticada con el famoso ‘shoey’ que se roba el show tras cada una de sus victorias. Sus celebraciones han ido de la mano con su desarrollo en la jaula, dejando la mesa servida para un evento estelar histórico en Francia que probablemente coloque al ganador al frente de la línea, o al menos en la disputa con Jones/Miocic sobre quien debe ser el próximo, considerando que son los número 1 y 3 de UFC en la división.
De ahora hasta septiembre, varios otros enfrentamientos de clasificados - entre peleadores veteranos y prospectos - le darán forma a la categoría. En UFC 277, el artista de KO Derrick Lewis (26-9) enfrenta al ruso Sergei Pavlovich (15-1), quien podría meterse en el top 10 con una victoria, al igual que el moldovo Alexandr Romanov (16-0), quien encara a Marcin Tybura (22-7) en UFC 278.
Si Ngannou estuviera saludable, es casi seguro que Jones fuera el elegido para enfrentarlo en un combate que sería uno de los más grandes que se puede concretar ahora mismo en UFC. Y aunque Jones podría esperarlo, es más probable que tenga un combate - cruzando dedos - contra Miocic en la parte final del 2022 que emparejaría al GOAT de peso semipesado contra el GOAT de pesado, quizás con un cetro interino de por medio; nada mal.
En resumidas cuentas, mientras esperamos por un anuncio oficial de Jones-Miocic, Aspinall, Blaydes, Gane, Tuivasa y muchos más se subirán al octágono en escenarios especiales con la oportunidad de hacer una declaración, de solidificar su nombre en la lista, de subir en el ranking, de abrise paso en una categoría que frustra por su ritmo letárgico fuera de la jaula así como emociona por su acción singular dentro de la misma.
Y los fanaticos no pueden esperar.