Las segundas partes nunca fueron buenas y en el regreso de UFC a Londres, solo cuatro meses después de la última visita parecía imposible que se tuviera otra noche tan eléctrica.
Por segunda semana consecutiva, una lesión temprana terminó con un evento estelar que prometía mucho. A diferencia de lo sucedido entre Yair Rodríguez y Brian Ortega, donde la pelea comenzaba a tomar forma cuando Ortega se resintió del hombro, aquí Tom Aspinall se lastimó la rodilla en una patada apenas a los 15 segundos y tuvo que salir en camilla.
Curtis Blaydes ganó, pero fue uno de los más decepcionados en la noche, pues esa victoria no ayuda mucho en sus aspiraciones de campeonato.
Los que siguen de fiesta son Paddy Pimblett y Molly McCann, la promoción sigue ofreciéndoles el escenario para brillar y volvieron a hacerlo.
Fueron pocas finalizaciones en esta ocasión, pero una de ellas fue muy dolorosa cuando vimos caer a Alexander Gustaffson en el primer round. Puede ser, ahora sí, el final de una brillante carrera en el peso semicompleto.
La siguiente parada europea será en París, con una cartelera que sigue en construcción, pero este es algo de lo más destacado que nos dejó la noche en la Arena O2.
Buena prueba para Paddy Pimblett
Apenas tres peleas en UFC y el de Liverpool se establece como uno de los peleadores más populares en el peso ligero. Puede gustar o no su carácter, lo cierto es que siempre llama la atención y dentro del octágono respondió con su tercera finalización.
Jordan Leavitt no era ningún escalón para su crecimiento, por el contrario, era un choque complicado, no era un rival que saliera a intercambiar, sino un luchador de alto nivel que buscaría cerrar el combate, llevarlo al piso y finalizarlo.
Así fue, Jordan no perdió el tiempo en intentar los derribos, pero como sucedió ante el mexicano Kazula Vargas en el mes de marzo, impuso su ventaja de talla y fortaleza para tomar la espalda y cerrar su implacable mataleón.
Es temprano para ponerlo ante un clasificado en las 155 libras, pero dio otro paso firme en la categoría.
Un triste adiós a Alexander Gustafsson
La nostalgia de la primera guerra con Jon Jones por el título del peso semicompleto levantó la esperanza de que el regreso del sueco en las 205 libras fuera para largo, pero el nocaut del sábado dejó claro que a los 35 años, está muy lejos de la competitividad que le conocíamos.
Gustafsson tuvo peleas de mucho castigo en sus combates de campeonato con Jones y con Danier Cormier, pero ahora Nikita Krylov lo tocó desde el principio del combate y le tomó un minuto acabar con el mito. Una despedida en todo lo alto se ve lejos para Gustafsson y la racha de cuatro derrotas habla por sí misma.
Molly McCann trajo la chispa
Pocas peleadoras tienen el aprecio de sus fans como lo tiene Molly, que está muy lejos de ser una de las mejores del peso mosca, pero se alimenta del público. Como lo hizo en marzo, salió a finalizar en frente de la arena que coreaba su nombre y no escatimó.
En una velada donde la mayoría de las peleas se habían ido a la decisión, volvió a noquear con un codo giratorio, que no desconectó de la rival de manera instantánea, pero igual desató la locura de los fans locales.
Molly es una pesadilla para los oficiales de la comisión, que tienen que perseguirla para dejarla dentro de la jaula mientras se anuncia el resultado y básicamente aprovechó esta segunda visita seguida a Londres para disfrutarlo. Valía la pena, pues no todos los días podrán pelear en casa.