Dos leyendas del deporte de combate en Nuevo México se verán las caras el 17 de febrero en Albuquerque, en un nuevo escenario, el boxeo a puño limpio de BKFC.
El ex peleador de UFC, Diego Sánchez, y el ex campeón mundial de peso superwelter de la AMB, Austin Trout, entrarán al encordado circular en el evento co estelar de la cartelera en el Tingley Coliseum.
Suscríbete y ten acceso a todos los eventos de UFC en exclusiva
Para Sánchez, de 41 años, que mantiene marca de 30-14 en MMA, resulta emocionante poder pelear en BKFC.
“Esta es una forma pura de combate, siempre me pregunté cómo sería quitarme los guantes y pelear como Dios me hizo, sin guantes ni protecciones. La pelea que aman los fans es la pelea de pie, los nocauts, es lo que siempre les gustó del boxeo”, compartió en entrevista con ESPN Deportes.
A pesar de que Bare Knuckle se asemeja más al boxeo que a las artes marciales mixtas, ‘La Pesadilla’ no se siente en un terreno hostil: “Él tiene un buen jab, pero tiene problemas peleando con zurdos. Además esto no es boxeo, porque no se puede bloquear de la misma forma, te tienes que cuidar más por que los cortes son más fáciles, y la gran diferencia en BKFC es que lo puedo sujetar, por eso me emociona, es parte de mi estilo. Meterme a la guardia, hacer el clinch, meter el uppercut, puedo usar mis dedos, tomar el cuello, ajustarme y siento que tengo muchas ventajas en esta pelea”.
Trout, originario de Las Cruces, con 37 años de edad, peleó recientemente en 154 libras, y con el combate pactado en 165 libras, Diego considera que será superior en tamaño y pegada.
“No será una guerra, será un nocaut de primer round, ni siquiera voy a recibir daño, será una declaración de quien es Diego Sánchez y que tan bueno es”, agregó el veterano de 27 peleas en el UFC.
Tras dejar atrás el episodio complicado con su ex entrenador Joshua Fabia, que le costó la salida del UFC, ahora considera que se ha reencontrado con su familia, se siente en gran condición física y cercano a su hija de 9 años. Así que disfruta esta forma de terminar su carrera.
“Es la mejor manera de dejar los guantes, no los quería dejar en el octágono de UFC, me los voy a quitar y voy a pelear con un gran rival. Mi respeto para Austin Trout, porque los boxeadores no quieren venir a Bare Knuckle, tienen miedo de romperse la mano”, compartió.
Después de su última pelea en Eagle FC, una derrota por decisión ante Kevin Lee, Sánchez comenzó a prepararse para el boxeo. Originalmente estaba trabajando para enfrentar a Dan Hardy en la misma cartelera de exhibición donde Marco Barrera enfrentaría a Ricky Hatton, así que cuando llegó la llamada para el boxeo a puño limpio, se sentía listo.
Aunque lo ve como un último logro en su carrera, Sánchez también está preparado para el futuro en la promoción.
“El contrato es de una pela, pero Dave Feldman, el presidente de BKFC, y yo queremos peleas de leyendas. Austin es una leyenda, vamos a traer fans del boxeo y del MMA. Y después quiero los nombres grandes, quiero pelear con Nick Díaz, tal vez esté amarrado de por vida en su contrato con UFC porque renovó para la pelea con Robbie Lawler. Quiero a Nick, Nate y toda la Armada de los Díaz, sus primos, tías y tíos, vamos. A Nick ya lo vencí en jiu-jitsu, en lucha y lo hice de forma clara en el UFC”, explicó el ganador de The Ultimate Fighter en su primera temporada.
Diego también explicó que estuvo cerca de cerrar una pelea con Gilbert Meléndez, pero que BKFC tiene un algoritmo que proyecta las ventas y no era viable por la cantidad de dinero que pedía el mexicoestadounidense.
Recientemente, Sánchez sufrió la pérdida de su amigo Stephan Bonnar, quien peleó en la otra final del reality Show ante Forrest Griffin, un combate que desde la perspectiva de los ejecutivos de la promoción, salvó al UFC y el deporte del MMA, que pasaba por duros momentos. Bonnar falleció el pasado 24 de diciembre.
“El deporte le debe mucho a todos los que estuvimos en la primera temporada de The Ultimate Fighter, porque la compañía (UFC) tenía una deuda de 60 millones de dólares, a punto de ser cerrada por Frank Fertitta padre y bateamos de jonrón”, consideró el peleador.
Aunque le gusta considerarse dentro del grupo, ya que ganó la final minutos antes de forma dominante ante Kenny Florian, reconoce que Griffin y Bonnar dieron la guerra que provocó que millones de personas sintonizaran la televisión.
Sánchez lamentó también que Bonnar, quien lo acompañó en la esquina en su última pelea en UFC en el 2020, hubiera fallecido por problemas del corazón a los 45 años, pero reconoce que al recibir la llamada se preocupó por un suicidio.
“Cuando alguien famoso como él muere, siempre te preocupas por el suicidio, le pedí a Dios que no fuera eso porque me hubiera roto el corazón 10 veces más”, confesó.
Sánchez ha realizado su campamento completo en Albuquerque entrenando con Josh ‘Pitbull’ Torres, alumno de Johnny Tapia, con marca de 24-7.