Tras aprender de sus derrotas y aferrarse a entrenar en casa, la peleadora de Guadalajara llegó a la cima del peso mosca de UFC y se ganó la oportunidad de encabezar Noche UFC en celebración del Día de la Independencia de México.
El mataleón es la sumisión más popular en el jiu-jitsu aplicado a las artes marciales mixtas. Es la más sencilla de aprender para los que inician en el deporte, y perder y ganar por esa vía marcó la carrera de la hoy campeona de las 125 libras del UFC, la mexicana Alexa Grasso.
Grasso, quien en marzo de este año destronó vía dicha llave a Valentina Shevchenko en una sorpresa histórica, ahora tiene su primera defensa en revancha ante la monarca más dominante en la historia de la división este sábado 16 de septiembre en Noche UFC (10 p.m. ET, ESPN+/ESPN Deportes) en Las Vegas, la culminación de un sueño forjado por los puños y el amor a su tierra.
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Con su afinado boxeo, la peleadora de Guadalajara irrumpió en las MMA femeniles a nivel internacional con victorias en la promoción Invicta FC, que la firmó junto a su compañera, la ex retadora al título de peso gallo de UFC Irene Aldana.
Para noviembre del 2016 debutaría en el UFC. Dana White había elogiado su estilo y la seguía de cerca desde que la vio pelear en Los Ángeles en Invicta FC 11, cuando fue coestelar de Cris Cyborg.
Con esa etiqueta de prospecto y un récord invicto de 8-0, Grasso se llevó una victoria en su primera aparición en el octágono sobre Heather Clark en la Ciudad de México, que la arropó como favorita.
Meses después comenzaría el proceso de aprendizaje más importante de su carrera. Aunque Grasso era una de las pioneras en México y brillaba en torneos de jiu-jitsu a nivel local de la mano del ex peleador Tito Castro, en su primer evento coestelar de UFC enfrentó a una veterana como Felice Herrig, que pudo neutralizarla y quitarle el invicto.
Dos peleas más tarde en mayo del 2018 enfrentaría a una de las grapplers más peligrosas del MMA femenil, Tatiana Suárez, en lo que fue la noche más frustrante de su carrera.
El equipo liderado por su tío y entrenador, Francisco Grasso, trabajó en función de enfrentar a una gran luchadora, pero no fue suficiente. Suárez la sometió por mataleón en Santiago de Chile.
“Fue un campamento larguísimo y no pude ni siquiera terminar los tres rounds y en el primero me sometió. Yo creo que eso también me hizo esforzarme el triple, porque obviamente en ese momento yo no era tan buena en jiu-jitsu y en la lucha”, mencionó Grasso sobre el momento que terminaría cambiando su vida profesional.
Guadalajara, los cambios y la evolución en casa
Al señalar que ha convivido con ambas en distintos momentos, el peleador mexicano expuso las razones por las que ve a su compatriota como favorita en su revancha ante la rusa del próximo 16 de septiembre.
Hace seis años parecía imposible que un peleador que viviera y entrenara en México a tiempo completo pudiera llegar a ser campeón en el UFC.
Alexa Grasso es una de las pruebas de que esa noción quedó en el pasado.
Tras la derrota ante Suárez, las voces de los analistas y el clamor de los fans en las redes sociales le dictaban a Alexa que tenía que buscar un campamento en el extranjero, específicamente en Estados Unidos, si quería mejorar su juego de piso. Sin embargo, su modesto gimnasio no solo es su casa, sino también la de varios peleadores de UFC como Aldana, Lupita Godínez, quien se mudó de Vancouver, Canadá, así como los brasileños Diego Lopes y Alessandro Costa.
“Yo amo a Guadalajara, me encanta, me encanta vivir aquí, me encanta ser tapatía, me encanta el lugar donde nací. La verdad es que es hermoso poder hacer lo que amo, ver como toda mi evolución, desde que empecé a entrenar hasta ahora, bueno, ha sido un gran cambio en mi vida, en mi entrenamiento, en todo” asegura la peleadora de 30 años.
La incorporación de Lopes y Costa al Lobo Gym en Jalisco ha representado el cambio más radical en su carrera. Después de esa dolorosa sumisión, los originarios de Manaus llegaron a México con un sobresaliente nivel de jiu-jitsu, pero necesitados de evolucionar en su nivel de striking. Ahí se creo una mezcla perfecta, ya que Francisco Grasso les ayudó en ese sentido mientras que las horas de trabajo juntos en gimnasio han hecho.
Lopes tiene solo 28 años, pero asume el rol de peleador-entrenador y ha sido el modificación principal en la esquina de Alexa, quien sumó las dos primeras sumisiones de su carrera en el UFC en sus últimas tres peleas: primero ante Joanne Wood y luego la de Shevchenko, ambas por mataleón.
“Alexa ha evolucionado como peleadora y como persona, ha cambiado su forma de pensar. Es una atleta muy disciplinada, su objetivo siempre es el mismo, termina la pelea y ella ya está pensando en la siguiente, que en este caso es la defensa del título. Francisco [nuestro entrenador] siempre está corrigiendo los detalles con todos”, explica Lopes, quien debutó en el UFC el pasado mes de junio ante un top 10 en Movsar Evloev, y luego sometió a Gavin Tucker en el primer round en agosto para su primera victoria en las 145 libras de la promotora.
Como sucedió en su momento con Brandon Moreno, quien entrenaba en el Entram Gym de Tijuana y fue sumando compañeros de toda Latinoamérica que lo ayudaron a evolucionar hasta llegar a ser campeón, Alexa y su equipo lograron crear un entorno en el que lograría evolucionar sin tener que dejar sus raíces.
El sueño de niña, cuando quería ser medallista de alguna disciplina olímpica para México, se transformó en el oro del UFC cuando en UFC 285 en marzo se coronó en la división a la que se mudó en 2020 y donde todavía no conoce la derrota en cinco combates.
La propia Suárez, que hoy está cerca de su oportunidad por el título en las 115 libras, celebra el progreso de Grasso y haber formado parte de su despertar.
“Se ve excelente en todas sus peleas, ha tenido un enorme progreso y me encanta ver a otra mexicana en la cima”, confesó a ESPN Deportes.
La responsabilidad de ser campeona y la defensa del título
Aunque el calendario de viajes del UFC parece volver a la normalidad, en el 2023 todavía mantienen una buena cantidad de eventos en sus instalaciones de Las Vegas. Les tomó un poco por sorpresa el hecho de que Brandon Moreno, Yair Rodríguez, Alexa Grasso e Irene Aldana quedaran en posición de pelear siete veces por títulos, y no fue posible realizar un evento en territorio mexicano para celebrar el buen momento.
La respuesta fue Noche UFC, un primer intento de acercarse a los fans mexicanos que abarrotan Las Vegas durante el fin de semana de la Independencia de México.
Moreno y Rodríguez protagonizaron UFC 290 en julio en una noche donde Grasso quedó como la única campeona nacida en México actualmente.
Grasso se convirtió de tal forma en la mejor opción para que el UFC apelara a esos seguidores que están acostumbrados a las grandes carteleras de boxeo en ese fin de semana, desde los días de Julio César Chávez hasta Saúl ‘Canelo’ Álvarez en años más recientes.
Seguidora del boxeo mexicano desde niña, con un bisabuelo y una abuela pionera en la disciplina, y con Chávez, Juan Manuel Márquez y Jackie Nava como sus inspiraciones cuando comenzaba su carrera, Grasso tomó la responsabilidad del 16 de septiembre con orgullo.
“Canelo ha sido también una gran figura y un modelo a seguir. También siempre he querido ser como él… Siempre he visto a muchas personas muy importantes que me han inspirado, que me motivan y, como te digo, siempre he seguido sus carreras y he tratado de aprender lo más que puedo de ellos para poder ser como ellos, obviamente a mi estilo”, dijo Grasso.
“Es padrísimo poder pelear en esa fecha, en ese día. No sé si él [Canelo] va a pelear el próximo año, pero yo espero pelear también todos los 16 de septiembre en Las Vegas”, afirmó.
Aunque Valentina llega de nuevo como favorita a la revancha, la distancia en las líneas de apuestas se ha recortado de forma dramática.
Esa variación del mataleón con el brazo encajado en la cara más que en el cuello, como se realiza tradicionalmente, fue la obra maestra del tándem Grasso-Lopes, que vieron el hueco que la peleadora de Kirguistán abría cuando lanzaba sus ataques giratorios, abriendo la puerta para que le tomaran la espalda.
Grasso no solo quiere retener, quiere otra victoria convincente para los que todavía ponen en duda sus capacidades.
“Además de que habrán muchísimas personas mexicanas asistiendo a la arena. Vamos a ver muchísimos guerreros mexicanos dejando el alma en cada una de las peleas y la mía es la primera defensa de título, de mi campeonato, y yo estoy entrenando durísimo todos los días para que disfruten cada minuto de lo que dure esa pelea”, explica Grasso, quien regresó al campamento semanas después de la victoria histórica, sabiendo que la revancha con Shevchenko era inminente.
Otro elaborado plan de juego será necesario para vencer a Valentina, pero Grasso pudo agregar por primera vez los sparrings a tiempo completo con Godínez, quien luego de un par de años de visitar Guadalajara para sus campamentos, decidió trabajar de forma permanente junto a ella. La nacida en Aguascalientes aporta otra dimensión en lucha y jiu-jitsu.
“Todos los días es trabajo duro, estar en este equipo ha sido muy especial, tenía mucho tiempo queriendo hacerlo y al fin pude”, dijo Godínez, quien compartirá la cartelera de Noche UFC frente a Elise Reed.
Después de que Suárez la venció con un mataleón, Alexa se prometió a si misma no volver a ser sometida y por el contrario, someter a sus oponentes. Ahora Shevchenko pronostica que intentará noquearla con la misma patada giratoria que le brindó la oportunidad a Grasso para terminarla.
Lo podrá intentar, pero Alexa está lista, consciente de que la revancha, en una noche con sabor mexicano en Las Vegas, tiene mucho más en juego.
“Va a ser una noche histórica", puntualizó.