Cómo Ilia Topuria encontró un hogar en España y llegó a UFC 298

El sueño de ser medallista olímpico para Georgia se transformó en la disputa del título de peso pluma en UFC 298 ante Alexander Volkanovski.

ALICANTE, España -- Diecinueve de las 40 medallas olímpicas que ganó Georgia desde su reformación como nación son en la lucha. Tanto la lucha de estilo libre como la grecorromana forman parte del imaginario colectivo de los georgianos.

Es un deporte nacional y un motivo de orgullo para no solo los casi cuatro millones de georgianos que viven en el país, sino también para los que viven y se desempeñan en el exterior.

La tensión política y social que perdura durante décadas entre Georgia y Rusia provocó inicialmente que Zaza e Inga Topuria tuvieran que mudarse a Alemania, donde nació su hijo Ilia Topuria, el excitante peleador de 27 años de edad que retará a Alexander Volkanovski por el campeonato de peso pluma en UFC 298 el sábado (10 p.m. ET, ESPN+ PPV para EE.UU.).

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Cuando ‘El Matador’ cumplió siete años, la familia regresó a Georgia, donde él y su hermano Alexandre trasladaron su espíritu guerrero en el entrenamiento de la lucha grecorromana. En poco tiempo se convirtió en parte de su vida, con el sueño de convertirse en medallistas olímpicos de la disciplina.

Esa posibilidad se apagó ocho años después, cuando vino una nueva mudanza, esta vez rumbo a Alicante en España.

“Fue un poco difícil porque yo sé que su entrenador, por ejemplo, de lucha grecorromana en Georgia, él sabía que ellos tenían gran futuro y decía siempre que, ‘sí puedo hacerlos a ellos campeones olímpicos’. Sin embargo, la vida es otra cosa y los niños tienen que estar al lado de sus padres y por eso la medalla olímpica es buena, pero pasar tiempo con los padres es más importante”, explica Zaza, quien tenía que trabajar los siete días de la semana cuando buscaban establecerse en un nuevo país y mantener a los hijos en la escuela.

Eso tampoco duró mucho. Cuando llegaron a España, los Topuria querían seguir entrenando lucha grecorromana, pero no encontraron opciones. Intentaron judo, pero el destino les tendría una sorpresa horas antes de su primera clase.

“Mi madre trabajaba en un sitio, cuidaba a un niño y en un paseo que daba con el niño, vio a un hombre con las orejas de coliflor, como lo llamamos nosotros. Ella sabía que los luchadores teníamos esas orejas, y se le acercó y le contó la historia de que tenía dos hijos que querían encontrar un gimnasio de lucha grecorromana, por si conocía algún gimnasio que estuviera cerca para que pudiéramos ir y apuntarnos. El hombre, que es Hamlet (Pérez), que es nuestro hermano, le dijo que estaba entrenando en el gimnasio Climent Club y que practicaban ahí jiu jitsu, grappling, MMA y todo, y que seguramente nos iba a encantar”, relata Ilia sobre el momento que cambió su carrera.

Desde su llegada al Climent Club de los hermanos Agustín y Jorge Climent - dos alumnos de Mario Sukata que se mudaron de Argentina en los tiempos de la crisis de principio de siglo - Ilia y Alexandre se adaptaron a la perfección y comenzaron a progresar en el jiu jitsu brasileño y más tarde en el MMA. Meses más tarde dejarían la escuela par dedicarse de lleno a su verdadera passion, e Ilia comenzaría el camino a luchar por ser el mejor del mundo.

Ahora, con un histórico como Volkanovski de frente, Topuria te recordará que todo ha sido parte de un plan más grande llamado destino, incluyendo ser el primer peleador de Georgia en competir por un título de UFC y de traer el campeonato y el espectáculo de la promotora a España.

“La verdad que es una sensación de satisfacción, de agradecimiento y gratitud, de que algo que declaré hace mucho tiempo hoy se esté hablando y planeando. Que la nueva generación pueda pelear en casa y tener un acceso más fácil que el que yo tuve”, reconoció.

La construcción de una identidad

Con apenas 15 años de edad, las circunstancias ya habían llevado a Ilia a hablar cuatro idiomas: el alemán, que aprendió en el jardín de niños, el georgiano y el ruso tras su regreso a la tierra de sus padres, y el castellano.

La convivencia diaria en el gimnasio de Alicante hizo más fácil adaptarse al nuevo idioma y a identificarse con su nueva casa.

Aunque siempre defiende la bandera de Georgia, el fenómeno que Topuria ha generado en España ha traspasado los medios especializados de MMA. Ilia se siente español y sueña con llevar el campeonato a España.

“Todo el vínculo que tengo, todo lo que me rodea, toda la gente más cercana que tengo, todas las amistades que hice fue en España, aquí fue donde me formé como un profesional. Mis padres viven aquí, mi hermano vive aquí, yo vivo aquí, mi casa está aquí, mi hijo nació aquí y vive aquí. Todo lo que tengo está aquí”, agrega.

Para sus entrenadores, que también se volvieron ‘hijos adoptivos’ de España, siempre fue una certeza que los Topuria llegarían a brillar, a pesar de los sacrificios que implicaría.

“Yo siempre supe que iba a pasar y la verdad que pasó rápido en etapas, unas más duras, como todo. Cuando estabas pasándotelo bien el tiempo pasa volando, pero a veces cuando te lo pasas mal, las horas no pasan y hubo de todo. Hubo momentos lindos y momentos duros, como en todo proceso, pero ahora estamos acá y estamos llegando a cumplir un sueño que estamos buscando desde hace mucho, e Ilia va a poder hacer que todos lo disfrutemos”, explica Agustín Climent, quien ha estado en la esquina de Ilia durante toda su carrera, desde que era un amateur que sorprendió a Arnold Schwarzenegger en el Arnold Fighters, hasta acumular su récord invicto de 14-0 en el nivel más alto.

La construcción de una “obra de arte”