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En el documental 'Be Water', Bao Nguyen ofrece una mirada a Bruce Lee y la sombra gigante que aún proyecta

A Bao Nguyen le encantaba ver películas mientras crecía, pero cuando era niño en la década de 1980, las opciones no eran tan robustas como en 2020.

Nguyen recuerda haberse topado con una película de una década antes de su nacimiento, el clásico de artes marciales de Bruce Lee "Enter the Dragon". La película causó una impresión inmediata en Nguyen, pero no fueron los movimientos de kung fu de alto vuelo de Lee los que causaron mayor impacto en el espectador preadolescente.

"Me quedé impresionado", dijo Nguyen. "Nunca había visto a un actor principal que se pareciera a mí. No podía superar el hecho de que él era el héroe de la película. No era el villano. No era un compañero. Era el protagonista. Al crecer en Estados Unidos, no estaba acostumbrado a ver este tipo de representación de hombres asiáticos".

Nguyen eventualmente se convertiría en parte de la industria cinematográfica. En poco más de una década, dirigió 11 documentales, desde cortometrajes hasta largometrajes, y trabajó en varias películas en otros papeles de producción. Todavía ve obstáculos en el negocio para los asiáticos, pero Nguyen le da crédito a Lee por hacer los primeros avances para abrir esas puertas

Para Nguyen, hay una fascinación sobre cómo Lee pudo convertirse en una estrella de cine de acción en la década de 1970, un tema que explora en su último documental, "Be Water", un filme de ‘30 for 30’ que estrena en ESPN el 7 de junio.

"Creo que a veces se pierde, debido a que Bruce Lee es un nombre muy conocido hoy en día", comentó Nguyen. "Pero era un periodo difícil para los asiáticoamericanos en el momento en que él intentaba darse a conocer en los Estados Unidos".

Lee nació en San Francisco en 1940 mientras sus padres estaban en una gira de teatro con la compañía de ópera cantonesa de su padre. La familia regresó a Hong Kong cuando Bruce tenía 3 meses de edad, y él vivió allí hasta los 18 años, cuando ya su padre lo había presentado al negocio del cine y Lee había aparecido en 20 películas. Estudió Wing Chun, un estilo de kung fu, y se encontró en muchas peleas callejeras. Como resultado, en 1961 sus padres enviaron a Lee a San Francisco para vivir con su hermana y evitar problemas.

A su llegada, Lee enfrentó una discriminación basada en temores y estereotipos que se avivaron a medida que las guerras y los conflictos colocaban a Estados Unidos frente a Japón, Corea, China y Vietnam.

"Llegó durante una era de imágenes negativas sobre los asiáticos", señaló Nguyen. "Los estadounidenses agruparon el aspecto de todos los asiáticos. Llevamos nuestra raza en la cara, ¿verdad?”.

"Fue fácil hacer que todos los asiáticos fueran los villanos", explicó Nguyen.

Lee pronto se mudó a Seattle para asistir a la Universidad de Washington, y comenzó a enseñar artes marciales en el campus. Rompió la tradición china enseñando a estudiantes chinos y no chinos. Dio la bienvenida a cualquiera que estuviera interesado en aprender. Y resultó que Lee aprendió tanto como lo que enseñó.

"Quería traer su cultura aquí y mostrar su belleza", dijo Matthew Polly, autor de "Bruce Lee: A Life" (2018, Simon & Schuster) y consultor en la película de Nguyen. "Estaba tratando de establecer el kung fu en los Estados Unidos, pero muchos de sus primeros estudiantes eran luchadores callejeros con diversos antecedentes. Boxeo. Judo. Y eran más grandes que él. Rápidamente se dio cuenta de que tenía que modificar el arte marcial que había aprendido, para que fuera efectivo no solo contra los chinos de 5 pies 8 pulgadas como él. Eso lo puso en el camino de la adaptación, de ser fluido".

Como el agua.

El título de la película proviene de una cita de Lee que abarca su filosofía sobre las artes marciales y la vida misma: "Vacía tu mente. Sé sin forma, sin forma, como el agua. Pones agua en una taza, se convierte en la taza. Pones agua en una botella, se convierte en la botella. Lo pones en una tetera, se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede estrellarse. Sé agua, amigo mío".

Lee y sus filosofías se convirtieron en una inspiración para millones de artistas marciales, incluyendo una generación de peleadores que incorporarían el enfoque multifacético de la lucha que Lee abrazó.

"No era rígido con las formas de lucha, sino que mezclaba estilos de sus diversas influencias", indicó Nguyen. "Por eso, muchos peleadores lo admiran".

Polly insiste en que si no fuera por Lee, el deporte de las MMA ni siquiera existiría.

"Si no hubiera sido por la explosión de interés que Bruce Lee generó, no habría habido una comunidad de artes marciales que sirviera de inspiración para UFC", dijo Polly.

Antes de que "Enter the Dragon" se convirtiera en una sensación de taquilla de $90 millones, según la investigación de Polly, solo había un par de cientos de estudios de artes marciales repartidos por todo Estados Unidos. En la década de 1990, había 20 millones de niños tomando clases de artes marciales. Esas familias representaron un caldo de cultivo fértil para una base de admiradores cuando, en 1993, una familia de maestros de jiu-jitsu de Brasil creó UFC.

"Si los Gracies son el Jesús de las artes marciales mixtas, Bruce Lee era Juan el Bautista", comentó Polly. "Él fue quien señaló el camino hacia lo que venía. Pero murió antes de que llegara".

Lee murió de edema cerebral a los 32 años el 20 de julio de 1973, un mes antes del lanzamiento en cines de la película que lo convirtió en un ícono cultural, "Enter the Dragon".

"Like Water" documenta no solo el ascenso de Lee a una estatura icónica sino las dificultades que enfrentó en el camino. Una demostración de artes marciales realizada por Lee en el sur de California a mediados de los años 60 llamó la atención de un productor de televisión, y Lee fue escogido como Kato, el compañero de artes marciales, en "The Green Hornet". Pero el show duró solo una temporada. Y cuando Lee audicionó para el papel principal del monje Shaolin en una nueva serie llamada "Kung Fu" - basada en un concepto que la viuda de Lee insiste en que desarrolló - fue ignorado por el actor no asiático David Carradine

Un desilusionado Lee regresó a Hong Kong para protagonizar películas de artes marciales, y fue el éxito de esas películas lo que lo trajo de vuelta a Hollywood. En ese momento, Lee tenía suficiente influencia para insistir en que sus papeles fueran auténticos, alejándose de los viejos estereotipos cinematográficos de personajes asiáticos como villanos o serviles.

El impacto y la influencia de Lee se extendieron mucho más allá de su muerte prematura. Sus películas eventualmente llegaron a Bao Nguyen, quien nació de padres vietnamitas en Silver Spring, Maryland, en 1983.

"Como hijo de refugiados, hay una carga particular que experimentamos", confesó Nguyen. "Se espera que encontremos un trabajo estable, para asegurarnos de que el viaje de nuestros padres valiera la pena".

Inicialmente, Nguyen emprendió un camino hacia la escuela de leyes. Pero un interés de por vida por el arte y la creatividad nunca lo abandonó. Y cuando Nguyen asistió a la Universidad de Nueva York como estudiante de derecho, se encontró también explorando clases en la escuela de cine. El día que estaba programado para tomar el LSAT, se sentó a pensar en su futuro cuando apareció una imagen de su pasado.

"Mi padre, dueño de un pequeño negocio, regresaba a casa del trabajo y dibujaba despues de la cena", recordó Nguyen. "Me dijo a mí y a mi hermana mayor que siempre soñó con ser arquitecto ... Eso me ayudó a llegar a una epifanía. Tal vez mi forma de honrar el viaje de mis padres sería seguir mis sueños. Al venir a América, me dieron la libertad de hacer eso".

A su manera, Nguyen estaba canalizando dos de los rasgos más convincentes de Bruce Lee: autenticidad y determinación. El legado de Lee es enorme y sus fanáticos lo aprecian por una multitud de razones, que van desde una simple apreciación de las actuaciones más famosas de Lee en la pantalla con estrellas que incluyen a Chuck Norris y Kareem Abdul-Jabbar, hasta las lecciones que enseñó que lo enmarcan como maestro, filósofo y una inspiración permanente.

"Se ha convertido en algo más que un hombre. Se ha convertido en un ícono en el que cualquiera puede proyectar su historia", opinó Nguyen. "Pero para que los héroes se vuelvan identificables, para que las personas realmente quieran ser como ellos, debes conocer su lado humano. Sus luchas. Sus miedos. Necesitas poder decir: 'Tenía las mismas inseguridades que yo, pero creyó en sí mismo y luchó para superarlo. Creo que esa es la parte más aspiracional de Bruce Lee".