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Lakers, año cuatro de la 'Era Tanking'

AP Photo/Kelvin Kuo

Llegar a estas alturas de la temporada y hablar de ‘tanking' (dejarse perder) en Los Angeles Lakers es algo habitual desde la campaña 2012-13. Sin embargo, la palabra tiene una connotación éticamente discutible, por eso, su pronunciación está prohibida por los códigos de conducta no escritos entre periodistas e implicados, es decir jugadores, coaches y mandatarios. Es preferible hablar de hechos alternativos como ‘reconstrucción’ u ‘oportunidad de dar minutos a los más jóvenes’. Es más elegante, aunque al final todo signifique lo mismo.

El que últimamente Ivika Zubak esté contando con más minutos que Timofey Mozgov o Thomas Robinson es una manera de matar dos pájaros de un tiro: por un lado, el moldear a un jugador que forma parte del futuro de la franquicia, y por el otro, priorizar precisamente en ese factor por encima de los resultados.

Los Lakers solamente vencieron uno de los últimos nueve encuentros y con un balance de 16-34 son el segundo peor equipo de la competición por detrás de Brooklyn Nets. Las circunstancias han sido muchas para llegar a este punto a pesar de las esperanzas que causó el equipo de Luke Walton al inicio de la campaña (falta de experiencia, lesiones…) Lo que parece irrebatible es que a partir de este momento cada victoria pesa un quintal, porque, seamos honestos, lo que mejor le viene a los angelinos, otro año más, es acumular el mejor porcentaje de opciones para tener una buena elección en el draft y eso sólo se consigue siendo de los últimos de la fila.

El nuevo y estratosférico convenio colectivo y la presencia de equipos plagados de estrellas como Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors minimizan las opciones de adquirir jugadores del renombre que los Lakers tuvieron antaño, por ello, jugar con las probabilidades en el draft es jugar con fuego. Además del contexto general de la liga, hay un contexto particular que favorece bien poco al conjunto de Los Ángeles. La temporada en la que comenzó a escribirse la debacle más notoria de la historia de la franquicia, la 2012-13, la gerencia puso en riesgo el devenir del conjunto, y lo hizo inconscientemente. En 2017 se seguirán pagando facturas si los laguneros no consiguen una de las tres primeras elecciones del draft.

LOS FANTASMAS DE NASH Y HOWARD

La adquisición de Nash trajo consigo una dosis de ilusión comedida en aquel Día de la Prensa previo al campamento de verano de 2012. Poco después, la realizad abofeteo a los Lakers con un rosario de lesiones que le acabaron convirtiendo en uno de los fiascos más costosos de la historia de la franquicia. Los números no salieron en su momento y ahora, cuando muchos daban por hecho que todo había quedado atrás, el pasado vuelve a llamar a la puerta: si los Lakers no quedan entre los tres primeros con derecho a elegir, estarán obligados a ceder su elección del draft a Philadelphia 76ers, el otro equipo al que eso del ‘tanking’ también le suena mucho y al que ahora parece estar sonándole la flauta.

Y no sólo eso, porque el fantasma de Howard también hará acto de presencia. Según informa el periodista, Trevor Lane, aún hay una deuda pendiente con Orlando Magic y será efectiva por medio de la cesión de un jugador de primera ronda en 2019. En caso de que los púrpura y oro no le den una primera ronda en 2017 a los 76ers, es decir, si quedan entre los tres primeros equipos con derecho a elegir en el draft, las cuentas pendientes con Orlando pasarían a ser dos segundas rondas en 2017 y 2018. A los Lakers les vendría de maravilla tener uno de los tres jugadores más destacados de la clase de 2017 aunque la presencia de armadores sea más que cuantiosa. Eso también garantizaría una primera ronda en 2019.

'TANKING' NATURAL

Así las cosas, eso del ‘tanking’ o políticamente más correcto: ‘reconstrucción’ o ‘participación de los menos habituales’, es algo que harán sin querer evitarlo. Son varias las ocasiones en las que Walton se ha mostrado en contra de tales artes, claro que en los Lakers del momento, eso de perder partidos les está viniendo de manera natural. La reconstrucción se hizo necesaria desde que la marcha de Kobe Bryant dejó hueco al crecimiento y, por supuesto, moldear a jugadores poco habituales y más verdes que la sopa de tortuga es necesario para que evolucionen su juego.

Véanse los casos de Brandon Ingram, Zubak o incluso de los un poco más creciditos como D´Angelo Russell, Julius Randle, Jordan Clarkson etc. A todos les queda mucho trabajo por delante (al menos hasta que demuestren que son capaces de crear música para los oídos de sus aficionados en los terceros cuartos), así que no hay mal que por bien no venga.

Además de ese tanking semiinconsciente, hay otra opción de cara al futuro y es el intercambio de jugadores en la ventana de invierno que se cerrará el 18 de febrero. Los activos más viables con los que cuentan los angelinos son Nick Young y Lou Williams, que de largo están teniendo una de las mejores temporadas de sus carreras y los más de difíciles de colocar serán Mozgov y Luol Deng.

Pero esa es otra historia.