Como parte del proyecto de Béisbol Experience, estaremos publicando una entrevista cada día desde el 15 al 25 de junio. Las podrán encontrar todas en espndeportes.espn.com/beisbol/beisbolexperience/.
Esta entrevista se hizo en español y se tradujo al inglés. Se puede leer aquí.
En el 2009, el torpedero cubano de 20 años Adeiny Hechavarría se montó en un bote hacia México con otros 11 desertores con la esperanza de llegar a Grandes Ligas. Hoy, él recuerda su transición a un nuevo país, la familia que dejó atrás y los intentos infructuosos de su padre de seguirle los pasos a EE.UU.
¿Qué fue lo más difícil cuando primero te mudaste de Cuba a Estados Unidos?
Cuando llegué a los Estados Unidos lo más difícil fue el adaptarme al idioma. Cuando uno viene de un país en el cual no se habla inglés, llegas aquí y para desarrollar esa destreza de hablar con la gente es demasiado difícil. Hasta que tú no aprendes, aunque sea a defenderte, es muy duro el poder llegar al punto en el cual se puede hablar con las personas.
Cuando no hablabas inglés, ¿cómo hacías para la comida?
Normalmente iba con un amigo latino que hablaba inglés y español. Pero a veces cuando tenía que ir solo y con hambre, no me iba quedar ahí muerto de hambre. Entonces iba al mall e intentaba comunicarme con señas. Yo les hablaba en español. Un ejemplo, 'quiero eso que está ahí'. Al ellos darse cuenta que yo no sabía como expresarme, ellos me señalaban, 'esto' y yo les respondía: 'no eso, esto'. Lo primero que me aprendí a pedir fue steak con french fries (carne con papas fritas).
Yo estaba muy apegado a los latinos y ellos me ayudaban mucho. Un coach del equipo, creo que se llamaba Danny Solano, me ayudó mucho cuando iba subiendo de categoría. A él lo pusieron conmigo para que me ayudara. Por lo demás traté de ir a clases de inglés pero en verdad no aprendía casi nada. El inglés no me entra mucho. Pero he aprendido porque los latinos me decían, 'tú vas a aprender más hablando con la gente, suéltate, inventa, lanza palabras'. Entonces eso empecé a hacer, a lanzar palabras y escuchar a la gente. Cuando yo oía algo decía, '¿qué quiere decir esto?', y trataba de aprenderlo, memorizarlo. Poco a poco empecé a aprender otras palabritas y más o menos ahora me defiendo bastante.
¿Te sientes cómodo hablando inglés ante los medios?
No, en verdad no me siento cómodo. Si hablan conmigo normal, sin la formalidad de la entrevista, me pongo más suelto, entiendo más. Son los nervios de decir algo mal. Creo que más adelante pienso que sí podré hacerlo en inglés.
¿Cuánto en tu círculo social hay de jugadores norteamericanos o latinos?
Normalmente me siento más cómodo con los latinos. Hablo también con los gringos, con el mismo Dee Gordon que está al lado de mi casillero. Eso me ayuda mucho a practicarlo. Él habla en inglés y yo le contesto en inglés y español.
¿Es importante para ti tener una novia latina?
A mí me gustaban las gringas. Mi novia es de origen cubano nacida aquí y no habla mucho español.
¿Cuál es la diferencia principal entre los fans norteamericanos y los fans latinos?
Mucha diferencia. Por lo menos yo que soy cubano, cuando jugaba allá si te ponchabas te decían un montón de cosas, igual si tú cometes un error. Entonces normalmente, el cubano tiene ese sentido, de que se poncha y se va corriendo al dugout mientras la gente lo abuchea, mientras más rápido llegas al dugout mejor.
¿Te separas de tu familia mucho tiempo durante la temporada y qué tan difícil es eso para ti?
Sí. Eso es lo más difícil. El proceso que se lleva a cabo hasta que llegas aquí. Todo es horrible hasta que pisas Estados Unidos, y ya firmas.