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Astros mejoran su posición frente a Yankees, Dodgers y el resto

Entrando al Día de Independencia de Estados Unidos, los New York Yankees lideran la Liga Americana, y Grandes Ligas (MLB), con 58 victorias, mientras que Los Angeles Dodgers (49-29) apenas superan a los New York Mets (49-30) en una cerrada batalla por el mejor récord de la Liga Nacional.

Pero el verdadero terror actual de las ligas mayores no se encuentra en el este o el oeste, sino más bien hacia el sur, exactamente en el centro suroeste, y se llama Houston Astros. Además de su reconocida capacidad para batear con poder, Houston ha desarrollado un tremendo arsenal de pitcheo que lo convierte en una máquina casi perfecta.

Los Astros han ganado seis partidos consecutivos y 11 de sus últimos 13 (una racha que incluye un contundente 7-2 en nueve cotejos seguidos contra Mets y Yankees) para mejorar a 51-27 y sacar ventaja de 13.5 juegos sobre los Seattle Mariners y Texas Rangers en el primer lugar de la División Oeste de la Liga Americana.

Los San Diego Padres (47-34), Atlanta Braves (46-34), Milwaukee Brewers (46-35), Boston Red Sox (44-35), Toronto Blue Jays (44-36), Minnesota Twins (45-37), Tampa Bay Rays (43-36) y St. Louis Cardinals (44-37) se encuentran cerca del tope de sus divisiones y en zona de playoffs, pero están lejos de asemejarse a Houston en este momento.

El pitcheo de los Astros, que domina MLB con una efectividad de 2.89, tiene promedio de carreras limpias de 1.96 (19 CL en 87.1 innings) en sus últimos 10 encuentros. El staff de abridores que conforman el legendario Justin Verlander, los dominicanos Framber Valdez y Cristian Javier, el venezolano Luis García y el mexicano José Urquidy tiene foja de 8-0 y 1.33 en ese mismo tramo.

El cuerpo de relevistas de Houston encabeza ambas ligas mayores con un porcentaje de carreras limpias de 2.64.

Los Yankees, que tienen la segunda mejor marca de su historia después de 80 juegos (solo detrás del 60-20 de 1998, cuando terminaron ganando la Serie Mundial) controlan la poderosa División Este del joven circuito por 13.5 juegos sobre su gran rival Boston, al que enfrentarán en el fin de semana en el Fenway Park.

Sus bateadores encabezan el béisbol con 403 carreras y 133 jonrones, mientras que sus lanzadores tienen efectividad de 2.90, la segunda mejor de MLB. Pero aunque ganaron dos de los pasados cinco choques contra los Astros, su ofensiva poco pudo hacer ante el pitcheo abridor contrario.

New York tiene como asignatura pendiente en el mercado de cambios que concluirá el 2 de agosto, agregar por lo menos un bate para los jardines, ante la asombrosa incapacidad de Joey Gallo (.602 de OPS y 89 ponches en 194 turnos) y Aaron Hicks (.284 de Slugging y .626 de OPS) para contribuir regularmente.

Los Dodgers han manejado adecuadamente el entra y sale de jugadores claves de la lista de lesionados, su bateo ha producido la segunda mayor cantidad de carreras (393) y su pitcheo tiene efectividad de 2.96, tercera en MLB. Pero el bullpen tiene promedio colectivo de 3.33, que está por encima del promedio, aunque no espectacular, y Craig Kimbrel (4.78) no ha lucido exactamente como el cerrador que podría ayudar a ganar un campeonato.

Los Mets, que apenas han logrado resistir el sensacional rebase de los Braves, comienzan a recibir buenas noticias de sus principales caballos monticulares. Mientras Jacob deGrom lució muy bien el domingo, ponchando a cinco y tirando la recta a 100 millas por hora en 1.2 entradas en su primera salida de rehabilitación en ligas menores, Max Scherzer está programado para regresar el martes contra los Cincinnati Reds.

Scherzer (5-1, 2.54) ha estado marginado desde el 19 de mayo por una lesión en el oblicuo izquierdo, en tanto que deGrom no ha lanzado en las Grandes Ligas desde hace un año debido a molestias en el codo y el hombro.

Los Mets superaban a los Braves por 10.5 juegos en la División Este de la Liga Nacional después de la jornada del 31 de mayo, pero hoy esa ventaja se ha reducido a 3.5 juegos. La efectividad de la rotación abridora de New York anda por 4.08, la peor entre los clubes con puestos a playoffs en el viejo circuito.

Con Scherzer y deGrom, muy probablemente, las cosas deben mejorar para los de Queens.