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Sorpresas y decepciones de la primera mitad: Liga Americana

Todavía no se han acallado los ecos del Derby de Cuadrangulares y el Juego de las Estrellas disputado en Miami y ya comienzan los equipos a prepararse para iniciar este viernes la segunda y decisiva mitad de la temporada.

Aprovechamos la pausa para repasar lo que nos dejó la primera parte de la campaña en materia de sorpresas y decepciones, tanto de equipos, como individuales.

En esta primera parte analizamos la Liga Americana.

Equipos sorprendentes: Yankees, Rays y Mellizos

Si la temporada terminara ahora mismo, los Yankees de Nueva York y los Rays de Tampa Bay entrarían a la postemporada con los dos comodines de la Liga Americana.

Ambos se ubican en la División Este de la Liga Americana, donde los pronósticos de pretemporada auguraban una lucha entre los Medias Rojas de Boston, los Orioles de Baltimore y los Azulejos de Toronto.

Pero mientras Boston ha cumplido con las expectativas, Orioles y Azulejos andan desplumados ante el sorpresivo empuje de los Yankees y los Rays.

Se sabe que la novena neoyorquina tiene talento a futuro de sobra, con Aaron Judge y el dominicano Gary Sánchez a la cabeza, pero los jovencitos que lideran la reconstrucción de la franquicia no parecen dispuestos a esperar.

La combinación de noveles y veteranos como C.C. Sabathia, Brett Gardner y Starlin Castro, ha comenzado a rendir frutos de la mejor manera, sin esos gastos exagerados y absurdos del pasado reciente y con un sistema de fincas que permite soñar con una dinastía como la de los finales de la década de los 90.

En los últimos cinco años, la única aparición que tuvieron los Yankees en postemporada fue breve, brevísima, eliminados por los Astros de Houston en el juego de comodines del 2015.

Están por verse qué movimientos hará la gerencia -- si los hace -- para reforzarse y enfrentar la segunda parte del calendario regular y más allá.

Sorprendente igualmente han sido los Rays, perdedores de 94 partidos en el 2016.

Bajo la dirección de Kevin Cash, el manager más joven de las Grandes Ligas, con 39 años, Tampa Bay ha contado esta vez, entre otros factores, con el resurgimiento de los derechos Chris Archer y Alex Cobb, la explosión ofensiva de Logan Morrison y una gran campaña de Corey Dickerson que lo envió por primera vez al Juego de las Estrellas.

Los Rays son una fábrica de sacar peloteros de las Menores y de ahí subió Jacob Faria, lanzador derecho ascendido a Grandes Ligas hace poco más de un mes y que ha aportado cuatro victorias sin conocer aún la derrota.

La llegada del campocorto cubano Adeiny Hechavarría viene a redondear la defensiva en la llave del cuadro y ahora la clave para mantenerse competitivos los Rays es que la salud los acompañe.

Y los Mellizos de Minnesota han dado un giro de la noche al día, prácticamente con el mismo grupo que un año atrás fue el peor equipo de todo el béisbol (59-103), único con más de 100 derrotas.

No es que Paul Molitor haya hecho magia, sino que finalmente el equipo ha podido contar a tiempo completo con el dominicano Miguel Sanó, mientras su compatriota Ervin Santana, un veterano de 13 campañas, ha reverdecido laureles y luce como en sus mejores tiempos.

La adición del boricua Josë Berríos y el novato quisqueyano Adalberto Mejía a la rotación ha traído una bocanada de aire fresco a un cuerpo de pitcheo que en el 2016 trabajó para 5.08 de efectividad, la segunda peor de todo el béisbol.

Equipos decepciones: Orioles, Azulejos y Tigres

Los Orioles y los Azulejos llegaron en el 2016 a la postemporada como comodines de la Liga Americana, empatados con récord de 89-73.

Se esperaba entonces que tanto Baltimore, como Toronto, fueran los que le plantaran cara a los Medias Rojas, reforzados con la adquisición del zurdo Chris Sale.

Pero el pitcheo de los Orioles se ha desplomado como un castillo de naipes y trabaja de manera colectiva para 5.09, el peor del circuito, mientras que la ofensiva de los Azulejos, con nombres encumbrados como José Bautista, Josh Donaldson, Kendrys Morales o Troy Tulowitzki, es la segunda que menos carreras produce, con 366 en 88 partidos, a 4.1 por juego.

Y los Tigres tenían quizás la última oportunidad de una generación brillante para lograr algo en grande. Pero el Padre Tiempo empieza a pasarle factura a los venezolanos Miguel Cabrera, Aníbal Sánchez y Víctor Martínez, a Ian Kinsler y a Justin Verlander.

Jugadores sorpresas: Aaron Judge y Jason Vargas

No hay que buscar mucho para encontrar en el gigante Aaron Judge a la sorpresa individual más sobresaliente de la primera mitad.

Luego de una breve estancia en las Mayores en el 2016, en la que dejó un anémico average de .179, con apenas cuatro jonrones en 84 turnos, el jardinero derecho de los Yankees amenaza con ser el tercer pelotero en la historia en ganar en un mismo año los premios de Novato y Jugador Más Valioso.

El Juez encabeza el joven circuito en cuadrangulares (30) y coquetea con la Triple Corona, al ubicarse segundo en impulsadas (66) y tercero en average (.329).

Como colofón a la gran primera mitad que tuvo, Judge dio una cátedra de poder al convertirse en el primer novato en ganar el Derby de Jonrones en el Marlins Park.

Y desde la lomita, el veterano Jason Vargas tiene a medio mundo con la boca abierta.

A sus 34 años y en su duodécima campaña, el zurdo de los Reales de Kansas City encabeza el joven circuito en victorias (12) y en efectividad (2.62), para ser el principal candidato al premio Cy Young.

La mayor cantidad de triunfos para Vargas en una temporada fue de 14 en 33 aperturas en el 2012, cuando lanzaba para los Marineros de Seattle, pero también sufrió 11 derrotas y su promedio de limpias de por vida es de 4.05.

Jugadores decepcionantes: Joey Gallo y Rick Porcello

Joey Gallo era considerado en los últimos años como el principal prospecto de los Texas Rangers, el hombre llamado a sustituir en la antesala al futuro miembro del Salón de la Fama de Cooperstown Adrián Beltré.

Sin embargo, en su primera temporada completa, después de dos breves estancias en las Mayores en 2015 y 2016, ha demostrado ser un bateador de poder ocasional con un hueco en su bate del tamaño de un túnel.

Si bien es cierto que 21 de sus 48 hits se han ido del parque y que 34 de ellos han sido extrabases, su average es anémico, apenas .194, con 112 ponches en 248 turnos, o lo que es lo mismo, abanica en el 45 por ciento de sus oportunidades.

Desde el montículo, el derecho Porcello (4-11), después de ganar el Cy Young en el 2016, encabeza ambas ligas en derrotas, además de lucir una nada envidiable efectividad de 4.75.

Un año atrás, Porcello dejaba marca de 22-4, con 3.15 de efectividad, en la mejor temporada de su carrera.