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Phillies inician la era Realmuto con Harper y Machado en la mira

CLEARWATER, Florida – En el día que conoció de su canje, J.T. Realmuto terminó de almorzar, se apuró en llegar a casa, llenó su auto con maletas ya empacadas, terminó su último entrenamiento, les dijo adiós a sus abuelos y comenzó a conducir. Literalmente, no podía esperar iniciar su nueva vida en el béisbol.

Aproximadamente 1,300 millas y 17 horas de trayecto después, Realmuto, su esposa Lexi y su beba Gracie llegaron a esta ciudad. A la mañana siguiente, a menos de dos días después de haber recibido la llamada telefónica que le informó que era el miembro más nuevo de los Philadelphia Phillies, Realmuto conoció su vestidor e inició su primer día dentro del que quizás sea el equipo más interesante de la pelota organizada.

Si no lo son, entonces los Phillies (cuyo invierno comenzó con la declaración por parte de su dueño que la franquicia estaba dispuesta a gastar “dinero hasta la estupidez”, seguida por la adquisición de cuatro talentos de primera línea y luego, por la búsqueda de dos peloteros que buscan hacerse con los contratos más lucrativos de la historia del béisbol) al menos se encuentran dentro de la división más interesante, lo cual ha sido causado por algo que parece tan novedoso.

La División Este de la Liga Nacional está repleta con equipos que desean ganar. Los New York Mets pasaron el invierno rearmándose a través de movimientos atrevidos que piensan en el aquí y ahora. Los Washington Nationals, por su parte, han desembolsado más dinero en la actual temporada baja que la mitad de los equipos combinados. Los Atlanta Braves tienen de vuelta a prácticamente la totalidad de su roster que se hizo con el título divisional, le dieron a Josh Donaldson $23 millones por un año y han estado en medio de diversas discusiones por potenciales cambios en el presente invierno, incluyendo las que desembocaron en la llegada de Realmuto.

Mientras tanto, los Phillies han reconstruido su roster mediante una combinación de firmas (con el outfielder Andrew McCutchen por $50 millones, el relevista David Robertson por $23 millones) y canjes (el campocorto Jean Segura, proveniente de Seattle, Realmuto desde Miami) y lo que hace tan fascinante a los Phillies no solo radica en esos movimientos sino en el que podría complementarles. Los Phillies, fuentes indican a ESPN, siguen en la búsqueda de hacerse con los agentes libres Bryce Harper y Manny Machado, quienes tratan en lo individual de asegurar contratos por encima de los $300 millones. En otras palabras: gastar dinero hasta la estupidez.

Si bien las mejorías hechas por los Phillies hasta ahora bastarían para colocarles por encima de Mets, Nationals y Braves, la llegada de Harper o Machado colocaría en una dimensión totalmente nueva a un equipo que ya cuenta con calidad. Su pitcheo abridor, comandado por Aaron Nola, complementado por Jake Arrieta y a la espera de una irrupción por parte de Nick Pivetta, no se iguala al de Nueva York o Washington, pero es sumamente adecuado. Su bullpen, con un año completo de Seranthony Dominguez y la adición de Robertson ya es mejor. Su ofensiva, gracias a McCutchen y Segura, gana impulso. Y su defensiva, que era tan obscena que los partidos de los Phillies por televisión tenían advertencias para ser vistos solo por adultos, no tiene posibilidad de volver a ser tan terrible otra vez.

La presencia de Harper o Machado sumaría por lo menos unas cuantas victorias en lo marginal, y esas son las que realmente importan para los equipos en la posición de los Phillies. Digamos que Harper o Machado aportan un WAR de tres triunfos sobre reemplazo por encima de los actuales poseedores de dichos puestos, lo cual es una cifra razonable y conservadora. En teoría, tres triunfos son tres triunfos, pero esas tres victorias que llevan a un equipo de 85 a 88, o sus aproximaciones, valen mucho más que aquellas que hacen que un equipo con 70 triunfos llegue a las 73. En una división como el Este de la Nacional (o la Central de la misma liga), dichos triunfos podrían representar la diferencia entre un mes de octubre en busca de un anillo o pasarlo viendo la postemporada por televisión.

Realmuto expresó el pasado martes que se sentía emocionado por incorporarse a un equipo con aspiraciones por el campeonato, palabras que no eran asociadas con los Phillies desde principios de esta década. Dichas palabras también resultan ser sumamente razonables. Sin la presencia de Harper o Machado, los Phillies ya están en un puesto lo suficientemente óptimo para considerarse entre los cinco mejores equipos de la Liga Nacional, los cual los hace suficientemente óptimos para imponerse en una liga sin una súper potencia clara, lo cual en consecuencia los hace suficientemente óptimos para aprovechar la brevedad de la Serie Mundial y alzarse con el trofeo. Sin Harper o Machado, ya son más que suficientemente óptimos. Son claros favoritos en el Este.

Existe la sensación dentro del campamento de los Phillies de que éste es su momento, en el cual harán la transición de aspirantes a triunfadores. Nada fortalecería más esa noción que ver a Harper o a Machado hacer lo mismo que Realmuto hizo el martes: vestir la camiseta de los Phillies.

De hecho, Harper hizo saber en público su opinión de que los Nationals cometieron un error cuando el equipo no negoció por el cátcher antes de la fecha límite de 2018. Ahora, Realmuto forma parte de uno de sus feroces rivales de división y éste devolvió el favor, afirmando sobre Harper: “Definitivamente, me encantaría contar con un jugador de su categoría en este equipo”.

Mientras los Phillies siguen mirando a Harper y Machado, esperando que uno de ellos termine cediendo, ansiosos de que la llegada de los entrenamientos primaverales acelere alguna clase de pacto luego de tres meses y medio de inactividad desesperante. Y lo hacen desde una buena posición: Felices por lo logrado durante el invierno, aunque prestos a convertirse, sin lugar a duda, en el equipo más interesante de todo el béisbol.