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¿Será que hasta aquí llegaron los Dodgers en la postemporada 2021?

Kevin C. Cox/Getty Images

LOS ÁNGELES -- El roletazo de imparable de Joc Pederson chocó con el césped por los lados del jardín central, y Julio Urias alzó ambos brazos en señal de disgusto. Era el tercer inning del cuarto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional y el equipo de Los Angeles Dodgers ya sufría desventaja de tres carreras contra los Atlanta Braves. Gavin Lux, camarero de 23 años que juega como jardinero debido a las necesidades de su equipo, se acercó sin esforzarse por completo. Se detuvo de forma prematura, fildeó la pelota tras un bote y vio cómo otra carrera cruzaba el plato. Por segunda noche consecutiva, la ofensiva de los Dodgers se encontraba inmersa en un hoyo desde temprano.

En esta ocasión, no hubo despertar.

En esta ocasión, no hubo remontada.

Una noche después de que el improbable cuadrangular de Joc Pederson alzara a un equipo sin vida hasta alcanzar la victoria en el Juego 3, unos abatidos Dodgers sufrieron la derrota 9-2 en la jornada del miércoles, dándole ventaja 3-1 a los Braves en esta serie a un máximo de siete juegos.

Los Dodgers sumaron 106 victorias en la campaña regular de 2021 (18 más que estos Braves) y fueron líderes de este deporte en diferencial de carreras. Sin embargo, se han mostrado especialmente vulnerables desde el inicio de la presente postemporada. Debieron ligar un cuadrangular para dejar en el terreno a los St. Louis Cardinals y eliminarlos en el partido por el Comodín de la Liga Nacional, llegaron al máximo de juegos contra los San Francisco Giants en la Serie Divisional y debieron superar un déficit de tres carreras faltando cinco outs para capturar su primer triunfo en la penúltima ronda.

Actualmente, los Dodgers se encuentran en una situación espeluznantemente familiar y similar a la de 2020, enfrentándose al mismo déficit, contra el mismo equipo, en la misma ronda. Una coincidencia reconfortante.

"Lo hicimos el año pasado", expresó Urías en español. "¿Por qué no éste?"

Es fácil refutarlo con las pocas probabilidades de que se produzca un resultado similar (ningún equipo ha logrado superar desventajas 3-1 en series de postemporadas consecutivas en la historia de las Grandes Ligas). Sin embargo, existe un aspecto más importante en juego: este es un equipo de los Dodgers inferior al del año pasado, una realidad que no salió a relucir hasta que los Braves la dejaron expuesta.

La parte alta del tercer episodio parecía ejemplificar las recientes desgracias sufridas por los Dodgers.

Cuando Max Muncy se dislocó su codo izquierdo en el último encuentro de la temporada regular, Bellinger (el mejor center fielder de los Dodgers a la defensiva) se vio súbitamente obligado a cubrir la primera base. Eso obligó a Lux a jugar la mayoría de los juegos más importantes de la postemporada de los Dodgers patrullando la pradera central, posición que apenas había empezado a aprender seis semanas atrás. La mala lectura de un batazo en el Juego 4 por parte de Lux (24 horas después de que un elevado profundo rebotara con su guante) agravó una inusual mala apertura de Urías, lanzador ganador de 20 juegos y ahora puesto en una situación comprometedora, debido a otra lesión clave.

La molestia física que puso fin a la temporada del zurdo Clayton Kershaw en el primer día de octubre, que consistió en una reaparición de la inflamación del antebrazo que la había privado de dos meses de actividad a principios de la presente campaña; dejó a los Dodgers sin la presencia de un cuarto abridor confiable a inicios de la postemporada. Obligó a Walker Buehler a lanzar tras un descanso abreviado por primera vez en su carrera, específicamente en el Juego 4 de la Serie Divisional; a Max Scherzer, a lanzar el noveno inning del quinto encuentro de la Serie Divisional y a Urías, a pitchear en tres juegos en un periodo de siete días. Urias parecía haberse quedado sin combustible cuando tomó la loma en el partido del miércoles. Su falta de control fue evidente, concediendo tres cuadrangulares en los primeros tres episodios, uno menos que su cifra de jonrones tolerados en 42 innings previos de actuación en postemporada.

Todo lo anterior fue demasiado para una ofensiva de los Dodgers incapaz de producir con corredores en posición de anotar en los Juegos 1 y 2, que no logró cobrar vida hasta el final del Juego 3, y que volvió a confrontar dificultades para ligar rallies sostenibles en el Juego 4. Esto obligó a los Dodgers a jugar un quinto partido, que representará la tercera ocasión en la que el conjunto angelino se enfrenta a posibilidades certeras de eliminación esta postemporada. Intentarán armar otro juego solvente en el que su bullpen se enfrentará a Max Fried, el mejor lanzador de los Braves, a la espera de lo mejor.

Los Dodgers tendrán mucho más en juego que sus aspiraciones en la temporada 2021.


En el penúltimo día del mes de julio, el presidente de operaciones deportivas de los Dodgers Andrew Friedman diseñó un canje que ha sido calificado como uno de los más impactantes en la historia de este deporte. Adquirió al mejor pitcher disponible (Scherzer) y al mejor pelotero de posición disponible (Trea Turner). Sin embargo, se trató de algo que va mucho más allá.

Gracias a Turner, Friedman incluyó otra arma ofensiva dinámica en su roster, cuyas destrezas con el madero se comparan con su defensiva capaz de hacer la diferencia y velocidad que define partidos. Solo Mookie Betts y otros cuantos peloteros tienen habilidades similares. Con Scherzer, incorporó a un legítimo as del pitcheo, cuyos servicios también eran pretendidos por sus rivales divisionales de los San Diego Padres y San Francisco Giants; un dinamo capaz de elevar equipos, tanto sobre la loma como dentro del clubhouse. A pesar de los triunfos en el mercado Friedman, quien declaraba en el Truist Park de Atlanta pocos momentos antes del Juego 2 del domingo, se mostraba algo incómodo celebrando la llegada de sus nuevas piezas.

"Entregamos a cuatro peloteros jóvenes de verdadera calidad; dos de ellos, formarían parte de lo que hacemos este año, y el año próximo, con quienes tantos de nuestros chicos sumaron muchas horas", expresó Friedman. "Esa parte es difícil".

Friedman, que pasó los primeros 11 años de su carrera en el béisbol profesional laborando con los Tampa Bay Rays, conocidos por sus presupuestos modestos, ha predicado la importancia de equilibrar triunfos inmediatos con sostenibilidad a largo plazo desde su llegada a la organización de Los Ángeles en octubre de 2014. Es una filosofía que al inicio generó amplias críticas dentro de un mercado tan acaudalado; aunque definitivamente ayudó a convertir a los Dodgers en toda una potencia. Sin embargo, eventualmente el deseo de maximizar las ventajas de oportunidad comenzó a pesar más que las insistencias en mantener el pragmatismo.

Todo comenzó en julio de 2017 y prosiguió en la siguiente fecha límite de canjes, con las operaciones que redundaron en la llegada del pitcher abridor Yu Darvish y el entonces campocorto Manny Machado, dos peloteros de alto nivel que poco después saldrían de la organización como agentes libres. En febrero de 2020, los Dodgers despacharon a los Boston Red Sox al outfielder Alex Verdugo junto con dos prospectos (uno de ellos era un prometedor shortstop llamado Jeter Downs) a cambio de Betts, quien cinco meses después firmó una extensión contractual por 12 años y $365 millones.

El febrero siguiente trajo otra operación sorprendente y de alto calibre: Trevor Bauer firmó un pacto que le haría devengar hasta $85 millones durante las dos temporadas siguientes, cinco meses antes de que salieran a relucir las acusaciones de agresión sexual que obligaron a efectuar la operación Scherzer y asegurar que la contratación de Bauer quedara como una de las transacciones más vergonzosas en la historia de la organización de los Dodgers.

El costo para Scherzer y Turner fue desprenderse de un receptor de primer nivel, como lo es Keibert Ruiz; y de Joshiah Gray, talentoso pitcher abridor. Ambos serán piezas centrales de los Washington Nationals para la próxima temporada.

"Es fácil decir: ‘Asombroso, consiguieron a Scherzer y Turner’", dijo Friedman. "Entregamos peloteros realmente buenos a cambio de ellos’".

Y la factura no tardó en llegar. A principios de temporada, los Dodgers incluyeron en su roster a Albert Pujols y Steven Souza Jr. porque ninguno de sus jóvenes peloteros de posición parecía estar listos para cumplir con roles de suplente en Grandes Ligas. Posteriormente, negociaron a Danny Duffy y firmaron a Cole Hamels (ninguno lo suficientemente sano para hacer aportes sustanciales) en un desesperado intento por fortalecer la profundidad de un staff de pitcheo que se había agotado rápidamente. A finales de temporada, los Dodgers de 2021 han rotado más peloteros que cualquier otro equipo en la historia de la franquicia.

"Hubo ocasiones a principios de este año en las cuales, gracias a nuestras lesiones, sentimos algunos efectos de canjes anteriores", dijo Friedman. "Entiendo que el ‘ahora’ sea el objetivo de todo lo que hacemos, pero eso tiene un costo muy alto".

Turner, pelotero bajo control de la organización hasta la temporada 2022, bateó para .338/.385/.565 durante poco más de dos meses finales de la temporada regular y se catapultó dentro del debate de candidatos al Más Valioso de la Liga Nacional. Scherzer, a la espera de hacerse agente libre, tuvo efectividad de 1.98 en sus últimas 11 aperturas de la campaña regular y parece ser el gran favorito para alzarse con el Premio Cy Young en el Viejo Circuito.Se le preguntó a Friedman si esos aportes le servían de consuelo para creer que hizo lo correcto, independientemente de si Scherzer vuelve o no el próximo año, o si los Dodgers lo ganen todo.

Sonrió a medias.

"Pregúntenme eso después de haber jugado nuestro último partido".


Justin Turner había corrido ocho pasos de la línea de primera base en el séptimo inning del juego del miércoles cuando sintió una molestia en el tendón de su corva. Durante esta postemporada Turner, de 38 años, ha jugado a pesar de sentir dolores en los isquiotibiales y rigidez de cuello, aparte de sufrir dificultades al plato, que le han limitado a batear promedio de .118. Los primeros indicios de su lesión tras el encuentro del miércoles apuntaban a un esguince grado II.

"Creo que eso será todo para él", indicó el manager de los Dodgers Dave Roberts. "Obviamente, es algo muy decepcionante".

El año pasado, cuando los Dodgers empezaron a jugar su postemporada dentro de la burbuja de Arlington, Texas, Turner congregó al equipo para conversar sobre el reto que les esperaba. Cuando quedaron en desventaja 1-3 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional (contra un equipo de los Braves muy similar a éste), Turner asumió convertirse en pieza central de la cadena de mensajes de texto que alentó a todo el equipo. Durante las últimas ocho temporadas, su impacto dentro del grupo de peloteros de posición ha sido tan profundo como el tono impuesto por Kershaw dentro del cuerpo de lanzadores. Sus respectivas temporadas terminaron con 20 días de diferencia entre ambas.

Los Dodgers están muy lejos de ser un equipo completo, y se han visto presionados durante esta temporada como casi nunca: primero por San Francisco en la pelea por el banderín divisional, después por los mismos Giants en una serie de primera ronda de playoffs, y ahora por unos Braves fortalecidos por las decepciones sufridas en octubre pasado.

"Quiero decir, todos los clubes de pelota que han llegado hasta acá han jugado mucho béisbol", expresó el jardinero de los Dodgers AJ Pollock cuando se le preguntó si su equipo se sentía especialmente agotado a estas instancias del torneo. "No diría que esto es todo. Obviamente, tenemos que ejecutar. Podemos sentirnos agotados y ejecutar".

La ofensiva de los Dodgers pudo cruzar el sendero de la temporada 2021 como uno de los grupos más impresionantes y eficientes de la historia del béisbol, y solo parecía fortalecerse gracias a la adquisición de Trea Turner a finales de julio pasado. Sin embargo, su roster ha bateado para una línea ofensiva colectiva de .231/.305/.356 en la postemporada, acumulando tres carreras o menos en seis de sus 10 encuentros de estas instancias. Cualquier actuación alentadora se ha visto seguida por diversas decepciones, lo que nos hace remontar a aquellas insólitas inconsistencias sufridas en 2018.

En aquel año, los Dodgers perdieron el título de Serie Mundial por segunda ocasión consecutiva. Dos años después, volvieron al Clásico de Otoño para ganarlo todo, acabando así con una sequía que se prolongó por 32 años. Durante un periodo de nueve años, entre 2013 y 2021, los Dodgers alzaron ocho títulos divisionales, ganaron al menos 94 juegos más que el resto de sus rivales y clasificaron a tres Series Mundiales. No obstante, solo han ganado un campeonato, quizás el menos convencional de la historia de este deporte. Y ahora, todo parece indicar que otra derrota desataría el inicio de lo que parece ser otro capítulo en el relato de la franquicia.

Cuando concluya la temporada 2021, Kershaw, Scherzer, Kenley Jansen, Corey Seager y Chris Taylor probarán las aguas del mercado de agentes libres, al mismo tiempo que la organización comienza a sentir los efectos de los canjes que han diezmado su sistema de ligas menores. Probablemente, los Dodgers seguirán siendo un equipo de calidad; no obstante, con Giants y Padres acechándoles, cuesta imaginarlos manteniendo su dominio actual. Por primera vez en varios años, una organización que llegó a convertirse en ejemplo de desarrollo de talentos para la industria ahora tiene verdaderos baches para cubrir… y quizás sean muchos.

Pero esos son problemas para otro día.

Al menos, uno más.

"Pienso en mañana, y espero que nuestros chicos piensen en mañana", afirmó Roberts en la noche del miércoles. "Y únicamente en mañana".