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Indiferente Berlín

BERLÍN (Enviado especial) -- A tres días de la gran final de la UEFA Champions League, Berlín continúa su vida cotidiana sin darle demasiada trascendencia al partido del año. Como si el gran duelo entre Barcelona y Juventus se disputara en otro lugar. la capital alemana aún no registra una actividad futbolera superior a la normal, que por lo general no es demasiada en un sitio que no tiene representantes exitosos en la Bundesliga ni una tradición como la de Munich, Dortmund o Hamburgo.

Caminar por Berlín hoy no tiene diferencias con cualquier otro día. La ciudad mantiene su tranquilidad acostumbrada, esa previsibilidad característica. En Berlín no hay ruidos muy fuertes y alejarse unos metros de las grandes avenidas alcanza para sumergirse en un silencio casi zen. Lo que hace décadas fue un caos por la guerra, el hambre y la destrucción, hoy es todo lo contrario. Y esa serenidad no se ve tocada por la Champions. Aún.

Sólo se puede sentir la presencia de la final en algunas plazas (o platz), que ya esperan adornadas con banderines alusivos o con la clásica pelota de estrellas. Algunos turistas se sacan fotos y expresan su emoción, pero los alemanes pasan indiferentes. El hecho de no tener un representante nacional seguramente pesa para ellos, tan acostumbrados a jugar las finales.

Hay dos puntos estratégicos donde la Champions ya está instalada, pero tiene que ver más con la organización que con el sentimiento popular. En el estadio Olímpico y en la Puerta de Brandemburgo todo nos habla de Barcelona y Juventus. Aunque la calma de los espacios verdes que lo roden sigue intacta, el escenario de la final ya está vestido para la ocasión. La cancha que recibió la final de la Copa del Mundo 2006 es el sitio que cualquier amante del fútbol quiere visitar hoy en Berlín. A las imágenes de Hertha y la Selección alemana se suman los logos de la UEFA y los escudos de Barça y Juve. Además, cientos de periodistas llegan para realizar así los trámites previos al encuentro.

Por otro lado, en la Puerta de Brandemburgo se llevará a cabo el "Festival de la Champions League", que comenzará el jueves 4 de junio. Los preparativos están en su última etapa y el centro de la ciudad todavía mira aquello que altera el paisaje con un poco de recelo. Pero cuando comiencen las actividades, todos disfrutarán. Hasta el domingo 7, habrá partidos entre antiguas glorias, firma de autógrafos de ídolos como Michael Ballack, torneos de Playstation y recitales musicales.

La capital de la mayor economía del mundo ganará 39 millones de dólares gracias a esta gran final. Crecerán los ingresos por turismo, recuerdos, hospedaje, transporte y comidas. Eso es un incentivo para los comerciantes berlineses. Los partidos de Champions son muy importantes para los empresarios de las ciudades sede, porque han generado 261 millones de dólares durante esta temporada. La final hace crecer aún más ese número.

Los hinchas de Barcelona y Juventus llegarán casi como los planteles: sobre la hora del partido. Por eso aún no se ven por las calles de Berlín camisetas blaugranas ni bianconeras. La reventa de tickets todavía no llegó a su pico máximo y por ahora cotiza a unos dos mil euros. En cuanto empiecen a llegar los simpatizantes, el valor de la entrada crecerá en el mercado negro. Hoy, hay más hinchas de Fenerbahce que de los protagonistas de esta final en la ciudad.

Berlín alterará su tranquilidad habitual para recibir al partido más importante del año. Lo hará a su manera, sin cambios muy bruscos y de forma organizada. Todavía, la capital alemana vive a espaldas de la final de la Champions, pero en cuanto más se acerque la final, más difícil será permanecer al margen de la gran fiesta del fútbol. por este sueño cumplido. A la vida y a la pelota.