En la década del ochenta, los equipos africanos comenzaron a dar que hablar en la Copa del Mundo. Argelia estuvo a punto de clasificar en España 82 y Marruecos se convirtió en el primer representante de ese continente en superar la primera fase mundialista en México 86. Desde aquellos años, la Copa África ha servido para ver en primer plano a las Selecciones que pueden ser protagonistas en el gran torneo ecuménico. Por eso, el campeonato que ganó Camerún dejó varias cuestiones para analizar.
Desde aquella tímida clasificación marroquí en México, siempre hubo al menos un representante de África en octavos de final del Mundial. Y en la mayoría de las ocasiones, el conjunto que logró meterse entre los 16 mejores del planeta venía de llegar al menos hasta las semis en la Copa África anterior. Por eso, lo ocurrido en Gabón puede servir para comenzar a palpitar lo que puede suceder en Rusia.
Al igual que ocurrió en los últimos torneos africanos, la paridad estuvo presente desde el comienzo. En ninguno de los 32 partidos hubo más de dos goles de ventaja y se registraron doce empates. El campeón terminó con la misma cantidad de igualdades que de triunfos y el equipo más goleador anotó solo ocho tantos en seis partidos. Los números sirven para describir lo que se vio en la cancha: demasiado cuidado y poca audacia.
Camerún fue campeón porque supo combinar una estructura defensiva aceptable con poder fuego cuando en momentos clave. Venció en los penales a Senegal, que llegaba como el favorito y luego se sacó de encima con autoridad a Ghana. En la final contra Egipto aprovechó los errores del rival y lo dio vuelta sobre el final. Sus méritos se miden en eficacia y no en juego.
Desde lo colectivo, hubo algunos Seleccionados que vale la pena destacar. Senegal fue el mejor de la fase de grupos y demostró que tiene elementos como para apuntar no solo a la clasificación al Mundial, sino a hacer un buen papel. Ghana mantuvo su orden acostumbrado más allá de la eliminación y de su incómoda posición en las Eliminatorias. Además, Burkina Faso y Egipto dieron un paso adelante, mientras que Costa de Marfil preocupó con su actuación.
El camerunés Christian Bassogog fue la individualidad más destacada. El atacante de AaB de Dinamarca mostró potencia y buen juego. Además, junto a Vincent Aboubakar formó la mejor dupla del campeonato. El defensor Michael Ngadeu apuntaló al campeón desde el fondo y Fabrice Ondoa fue elegido como el mejor arquero.
El congoleño Junior Kabananga, máximo goleador, fue la gran revelación, mientras que Bertrand Traoré, Christian Atsu y Mohamed Salah cumplieron las expectativas. En tanto, Pierre-Emerick Aubameyang y Riyad Mahrez no pudieron revalidar sus pergaminos y buscarán recomponer su imagen en las Eliminatorias. Sus equipos los necesitan.
Se disputaron dos fechas de seis en la clasificación africana para Rusia 2018 y aún hay mucho por decir. Sin embargo, esta Copa puede servir para potenciar figuras en ascenso y para consolidar equipos. Nunca lo que sucede en este certamen pasa inadvertido en la Copa del Mundo.