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Las horas contadas...

El América vive de “tiempo añadido” en la liguilla. Su juego no termina por encontrarse. El chileno Castillo es un “zombi” en la cancha y el colombiano Mateus no liga dos pases. El América sobrevive en la cancha gracias a su personalidad y a su aparato defensivo, pero las dudas lo carcomen, lo arrinconan y le hacen permanecer en estado alerta, esparciendo señales de temor desde su sistema nervioso central. El América no juega cómodo y no incómoda demasiado a sus oponentes. El domingo se presentará en la cancha del mejor equipo del semestre, un León de hechuras impecables e implacables. Creo que el destino del América está escrito. Hay una lápida que dice: “Aquí yace el Campeón”.

CIUDAD DE MÉXICO.- El América no está aún eliminado. Lo estará el domingo. Hay una lápida esperándole con una leyenda que reza: “Aquí yace el Campeón...”.

Los primeros 90 minutos de la polémica serie semifinal envuelta en un cambio de sede por la “contingencia ambiental” de la Ciudad de México volvieron a arrojar grandes dudas sobre el momento actual del campeón defensor del futbol mexicano. Mejoró, es verdad, que tampoco era muy difícil, con respecto a lo que había ofrecido ante Cruz Azul el domingo, pero no le alcanzó para convencer a nadie. El América tiene las horas contadas en la liguilla a pesar de que Miguel Herrera trataba de alentar la hipótesis de que al equipo sólo le faltó el gol la noche del jueves en Querétaro.

El gol, es verdad, es un problema en este América. Nico Castillo está perdido. El chileno parece un “zombi” en la cancha. Deambula de un lado hacia otro sin ni siquiera el más elemental sentido de un delantero centro. Se mete en fueras de lugar más grandes que el Estadio. Él fue la gran contratación del América en este semestre. Cobra más que nadie en el equipo. Hoy, de perfila como la gran decepción.

El otro futbolista que no alcanza su nivel, sobre todo el que mostró en las últimas dos temporadas, es Mateus Uribe. El colombiano falla pases, colabora poco en el armado de juego y no tiene la presencia de gol que había mostrado en el futbol mexicano. Este Uribe estorba en lugar de colaborar en la cancha.

Miguel Herrera no ha encontrado el “remedio” para la “ausencia” futbolística de ambos elementos. En el eje de ataque, ha combinado a Castillo con Roger Martínez y eventualmente con el veterano Oribe Peralta. A Henry Martín lo ha utilizado poco. En el mediocampo, ha pesado la ausencia, por lesión, del joven Edson Álvarez, sin duda, una de las últimas “joyas” de Coapa. El América extraña de sobremanera al colombiano Nicolás Benedetti, que tuvo una rápida adaptación al futbol mexicano y a la mística del América. El ecuatoriano Renato Ibarra y el colombiano Ibargüen siguen tratando de aportar por las bandas. Su producción no ha sido la esperada en el cierre del torneo y en lo que llevamos de la liguilla. El zaguero paraguayo Bruno Valdéz, el mejor anotador del club en el semestre anterior, falló una oportunidad de cabeza muy clara en La Corregidora. El aparato defensivo mantiene a este América en un estatus competitivo, pero el equipo permanece alerta, enviando señales de temor desde sus sistema nervioso central.

La esperanza de los americanistas radica en que, casi por arte de magia, aparezca esa condición que le ha llevado a ganarse una reputación intachable en la zona de liguillas. Los “milagros” existen en el futbol. El América busca uno con urgencia.

El León ha hecho una campaña brillante y va su estadio, donde no perdió en todo el torneo, anotando 25 de sus 50 goles, incluyendo liguilla. En el juego de ida, no jugó al tope de sus posibilidades o de lo que mostró en la mayor parte del campeonato, pero aún así, encontró la manera de salir con ventaja. Aquellos de sus detractores que esperaban una caída ante los primeros síntomas de presión de la liguilla, pueden seguir esperando.

Me gustaría darles un viso de esperanza a los americanistas. No hay demasiado. Sólo queda su fama de un equipo que jamás se rinde, que pelea y pelea y vende caras hasta sus derrotas. Creo que el América, el monarca defensor de Liga y recientemente coronado en Copa, tiene las horas contadas. No está eliminado aún. Lo estará el domingo por la noche, como le gusta al América, en horario estelar de la televisión, con una lápida que reza: “Aquí yace el Campeón...”.

@Faitelson_ESPN