Agustín Canapino rindió con creces la primera prueba en IndyCar: completó la carrera en su debut en las calles de San Petersburgo, finalizó 12º y logró su mejor tiempo de vuelta en la 97ª de las 100 pactadas. Más allá del cansancio y los dolores en su cuerpo, sin dudas alimentados por la tensión, el argentino cerró brillantemente su bautismo. Y ya piensa en la segunda fecha, que se disputará en el óvalo de Texas, el 2 de abril, y toda la acción se verá por Star+.
Para eso, primero deberá recibir la autorización de la categoría para poder competir en este tipo de pistas, totalmente desconocidas para Canapino. El test para tener el visto bueno ocurre con todos los rookies que llegan a la divisional estadounidense, por más que hayan contado con una extensa experiencia en autos de Fórmula (hasta Fernando Alonso, bicampeón de F1, debió recibir el ok para disputar las 500 Millas de Indianápolis).
Canapino girará el próximo 16 en el óvalo de Texas, de 2.342 metros de extensión y en el que la velocidad máxima ronda los 350 km/h. ¿Cómo será el test? Ricardo Juncos, dueño del team Juncos Hollinger Racing para el que corre el argentino, se lo detalló a ESPN.com. “Es un día completo de pruebas. Es privado para los equipos y la IndyCar va porque estarán los tres rookies y analizarán todo. Las vueltas, las líneas, lo que hacemos, van a escuchar las radios, todo. Después vamos a salir en grupos y seguramente los tres rookies giren juntos para ir atrás y analizar la parte aerodinámica; ahí se complica porque el de adelante te corta el aire. Es un entrenamiento común, no algo específico”.
Pasado ese ensayo, y con la aprobación de IndyCar, Canapino quedará habilitado para el siguiente desafío.