Faltaba 1m45s para el final del primer cuarto clasificatorio de la décima fecha de Turismo Carretera en Buenos Aires, con la vuelta de Agustín Canapino a la categoría, cuando los corazones de todos se sobresaltaron: Matías Rossi apareció volcado en la curva 1 y su Toyota tomaba fuego. La calma volvió al ver que el Misil se bajaba apurado del auto y rápidamente se tumbaba en el suelo.
El campeón 2014 de la categoría fue trasladado al hospital del Autódromo Juan y Oscar Gálvez donde se constató que no tenía lesiones, salvo dolor en un pie que se golpeó al salir apresurado por las llamas, y pudo volver directo a su box.
El accidente de Rossi comenzó a gestarse en una refriega con Mariano Werner a la salida de la Horquilla, última variante del trazado porteño. El golpe lateral dañó el Camry del corredor de Del Viso, quien al llegar a la curva 1 y tratar de doblar se sorprendió con la rotura de la dirección. Como venía, el Toyota terminó impactando duramente de frente contra el muro de contención y, en el rebote, terminó de techo.
Más tranquilo en su box, tras el ok de los médicos, Rossi apuntó: “Se rompió algo en la dirección en el toque con Werner. Había quedado el volante torcido, pero no parecía haber algo roto. Cuando llegué a la 1, no doblé. Seguí de largo y el golpe fue muy fuerte. El auto se destrozó”, contó.
La gran duda es si Rossi podrá salir a pista este domingo, porque los daños de su Toyota fueron muy grandes. Básicamente, borró la trompa completa. No quedó nada, ni el motor. Para el Misil era clave esta cita porque llegó 11° en el torneo y los 12 primeros de la tabla, tras esta cita, se clasificarán a la Copa de Oro de la que saldrá el campeón.