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Platense le faltó el respeto a San Lorenzo y se fue aplaudido del Nuevo Gasómetro: postales de la semifinal del Apertura

Platense derrotó 1-0 a San Lorenzo y quedó a un partido de ser campeón por primera vez en su historia. El Calamar volvió a romper todos los pronósticos y, como ya había hecho con River y Racing, eliminó a otro grande del fútbol argentino en su casa.

El equipo comandado por la dupla técnica de Favio Orsi y Sergio Gómez no se dejó amedrentar por el Pedro Bidegain, ni por el Monumental, ni por el Cilindro. Mientras los focos apuntaban a los poderosos, el equipo que nació en Saavedra se concentró de lleno en lo deportivo y avanzó, con humildad y a paso firme, a la definición del Torneo Apertura.

De la crisis y el radiopasillo, una ventaja: Platense se mantuvo enfocado y triunfó

De principio de año hasta aquí, San Lorenzo sufrió el incremento de una crisis institucional profunda, que trajo cola en el rendimiento deportivo del plantel. Con su presidente separado del cargo y envuelto en acusaciones por corrupción, el club se hunde en deudas y sufre.

Los jugadores del Ciclón, con Iker Muniain a la cabeza, hicieron el justo reclamo de sus derechos y decidieron en conjunto no entrenarse para manifestarse en contra del incumplimiento de la dirigencia. Falta de pagos, condiciones irregulares y descontento general fueron algunas de las sensaciones que formaron parte del contexto adverso, en una semana de definiciones.

Mientras tanto, en Vicente López, la mente estaba en el juego. Hubo entrenamientos exigidos, análisis de video y un enfoque dedicado al cien por ciento a la visita al Nuevo Gasómetro. La dupla Orsi-Gómez mantuvo al grupo blindado para preparar el partido, neutralizar al rival y en ser fiel a su propuesta de juego en cualquier cancha.

¿Qué hacía San Lorenzo en simultáneo? Escuchaba cómo los canales de televisión y la radio ponían en duda la lealtad de su director técnico. En vez de salir en los portales por las virtudes técnicas que lo empujaron a semifinales, Miguel Ángel Russo era tapa de los diarios por supuestas negociaciones con Boca y Juan Román Riquelme.

Sería injusto hacer una lectura lineal y dar por hecho que una cosa llevó a la otra, pero es imposible prescindir del contexto a la hora de entender la temperatura de lo que se vivió en Bajo Flores este domingo.

Ilusión y empatía, en la previa de San Lorenzo vs. Platense

ESPN.com conversó con los hinchas de San Lorenzo antes de comenzar el partido y el denominador común era la ilusión. Antes de pensar en una hipotética final con Huracán, los fanáticos preferían ir paso a paso, lo cual habló del respeto que Platense se ganó en el camino. Sin embargo, todos se permitían visualizarse allí, en Santiago del Estero, luchando por colgarse la medalla ante el Globo.

Después de borrar a River en el Monumental por penales y de vencer a Racing en el Cilindro, Platense era un oponente digno de despertar preocupación. Pero a pesar de los antecedentes, para San Lorenzo, su hinchada siempre fue motivo de orgullo. Los fanáticos confiaban en que, con la gente empujando desde las tribunas, sería posible bajar al Calamar.

¿Pensaban en los rumores de la salida de Russo a Boca? Sí. Nadie lo ocultó, ni se escapó del gran tema del fin de semana. Todos concluyeron en que podía ser verdad, que no sería digno de sorpresa que un club gigante, sin rumbo, quisiera arrebatarle a su DT, un viejo conocido de la casa.

Sin embargo, lejos de acusar de deslealtad a Miguelo, los hinchas coincidieron en que había que empatizar con un entrenador que no cobraba o que, de mínima, forma parte de una institución desmantelada. La gratitud prevaleció por encima del despecho.

Qué pasó en el Nuevo Gasómetro: nada ni nadie pudo detener al Calamar, que se fue aplaudido

San Lorenzo preparó un recibimiento espectacular para su equipo y no escatimó en pirotecnia para despedir el semestre en su cancha. Al final, aunque Platense quisiera romper los pronósticos, ser local tenía que ser una ventaja y el público la quería hacer valer.

En un fútbol argentino sin visitantes, el Estadio Pedro Bidegain se vistió por completo de azulgrana. Hubo optimismo y demostraciones de afecto, tanto para Miguel Ángel Russo como para los jugadores. Los favoritos en el "aplausómetro" de la voz del estadio fueron Orlando Gill, Jhohan Romaña, Iker Muniain y Malcom Braida. Ezequiel Cerutti recibió el calor de la gente cuando se lesionó y tuvo que dejar el campo de juego entre lágrimas.

El Nuevo Gasómetro jugó su partido, empujó al equipo cuando perdió el rumbo ante el gol de Zapiola y, gracias a este envión anímico, San Lorenzo casi logró el empate en el final. La gente desplegó su red para atajar la caída ante Platense.

San Lorenzo salió a buscar el resultado y, tal vez, en su vehemencia, pecó de desordenado y no pudo convertir. Hubo entrega, hubo buenas intenciones y la gente aplaudió con ganas a un grupo de jugadores que demostró sacrificarse por la camiseta.

Al cerrar la jornada, los hinchas se acordaron de su presidente, que según trascendió entre las gradas, intentó presenciar el partido y fue echado por la propia gente. A él le cayeron todas las críticas que bajaron desde los tablones. Ni al DT, ni al plantel. Solo a él.

La perla para cerrar la tarde en el Nuevo Gasómetro: San Lorenzo aplaudió a Platense

Sobre el final del partido y con la derrota consumada, el público de San Lorenzo abrazó a sus jugadores, pero también le regaló un momento inolvidable al plantel del Calamar.

Como no suele suceder, ni en este país ni en otros, hubo buenos perdedores y fue noticia. Los eliminados reconocieron la virtud del rival y no se avergonzaron por darle los créditos.

Con Gómez y Orsi a la cabeza, Platense festejó de forma desaforada casi hasta que la organización le pidió que libere el campo de juego. Al salir hacia la zona de vestuarios, el plantel fue aplaudido por los plateistas de San Lorenzo que aún seguían alentando al Ciclón eliminado.

En el Bajo Flores se interpretó que el equipo propio se entregó y que el ajeno lo hizo mejor. Sin más.

Ahora, los de Boedo esperan que el Calamar logre el primer título de su historia y le amargue la vida a su eterno enemigo Huracán, el otro que buscará quedarse con el título el próximo domingo en el Estadio Madre de Ciudades.