La final de la UEFA Champions League está a la vuelta de la esquina. La temporada llega a su fin, los jugadores se encuentran al límite y, lo que parecía ser un sinfín de juegos uno detrás del otro, tendrá su cierre luego del pitazo final del 28 de mayo en el Stade de France de Saint-Denis. Real Madrid y Liverpool se verán las caras para ver quién es el mejor equipo de Europa en lo que promete ser una final con estilos diferentes pero con muchos goles.
Los caminos de ambos equipos hacia la final fueron diferentes. Mientras que Liverpool se midió con rivales de 'menor calibre' como Benfica, Inter y Villarreal, a Real Madrid le tocó bailar en las fases eliminatorias ante varios candidatos, uno detrás del otro. Primero el PSG de las estrellas, luego el siempre complicado Chelsea de Tuchel y finalmente el Manchester City de Guardiola.
Si algo quedó claro en esos seis juegos que las dos escuadras disputaron es que sus ideas dentro del campo no son las mismas. Al ver a Liverpool parado en cancha lo primero que se observa es una idea de salir a presionar alto al rival, recuperar lo más rápido posible y, desde ahí, lastimar en los espacios que se le otorguen. Tarea sencilla si contás con un tridente ofensivo dispuesto a realizar tareas defensivas y con un centrocampista que parece que todo es demasiado fácil: Fabinho. Esto sumado al buen pie de Thiago y un tercer acompañante en el medio que aporta lo suyo, más allá del nombre. Los apellidos cambian, como se vio en este tramo final de temporada, pero la esencia de los Reds siempre es la misma: salir a comerse la cancha.
En la zona defensiva, el equipo de Klopp también mantiene la misma idea. Centrales adelantados dispuestos a jugar el mano a mano y laterales que tienen más oficio de delanteros que de defensores. Con pelota en pie, el juego de posesión reina y los ataques con vértigo también dicen presente, una combinación necesaria para no caer en la lateralización de la bola y volverse un equipo previsible. Los números de posesión del equipo de Anfield en sus seis partidos eliminatorios en Champions revelan un poco estos detalles: en la serie ante Inter, manejaron la pelota un 54% y 62% respectivamente. Ante Benfica, 65% y 67%, mientras que contra Villarreal fue de un 73% y 56%. Con una ofensiva compuesta de cinco nombres que pueden variar (Firmino, Salah, Mané, Díaz y Jota), Klopp se asegura un frente de ataque con movilidad, desborde, compromiso en el retroceso y, sobre todo, química para desenredar los bloques defensivos del rival.
Bien distinta fue la performance de la Casa Blanca en sus juegos eliminatorias. En primer lugar por el tipo de rivales contra los que se midió. Rivales que, al igual que Liverpool, disfrutan teniendo el balón, haciéndolo circular con sentido y atacando en momentos clave con delanteros que son letales. El equipo de Ancelotti no demostró esa solidez defensiva necesaria para alcanzar la fase final, pero en momentos de aprietos siempre apareció el 'conejo de la galera' para sacar adelante a Real Madrid.
Desde octavos de final, el Madrid pareció haber estado eliminado en cada una de las eliminatorias que disputó. Del 2-0 ante PSG al 3-0 de Chelsea, finalizando con la ventaja de dos goles del City a falta de diez minutos. Ante la pregunta 'cómo hicieron para clasificar' la respuesta se encuentra en dos palabras: experiencia y jerarquía. El conjunto español se convirtió en un equipo que no requiere de muchas situaciones para convertir ni tampoco de posesiones extensas para dañar al rival. Basta con un buen balón largo de Modric o Kroos para Vinicius, que vive un momento ideal, quien se conecta con facilidad con su compañero francés Benzemá para que este haga el resto.
Estos dos nombres, justamente, son los hombres de mayor rendimiento en esta Champions para el Madrid. El Gato ya dejó a todo el mundo sin palabras: tres goles en octavos, cuatro en cuartos y dos en semifinales. Imparable. De penal, cabeza, jugada, con un bombazo, picándola y hasta aprovechando errores de los arqueros rivales, Benzema no tuvo piedad ante sus adversarios. Por su parte, Vinicius dejó atrás esa versión más resistida por compañeros y fanáticos y se convirtió en 'Vini', el extremo izquierdo que revoluciona cualquier defensa y que, con una simple gambeta, puede generar situaciones de gol claras para los de Ancelotti. El brasileño anotó un solo tanto en fase de eliminación, ante el City, pero aportó incontables asistencias para que sus compañeros marquen. Un factor que no fue tenido en cuenta a la hora de analizar al Madird y que terminó siendo clave fue un relevo: Rodrygo. El compatriota de 'Vini' que dijo presente en momentos donde la pelota quemaba y que funcionó como salvavida del equipo ante Manchester City y Chelsea.
Volviendo al juego, Madrid ha demostrado tener varias falencias y, en los papeles, parecería que Liverpool tiene la ventaja desde lo táctico. Sus defensores no son del todo confiables, los laterales no son salida clara y el juego pasa por lo que puedan aportar Kroos y Modric, dos viejos conocidos de la casa, que siguen desplegando magia en el campo de juego. Valverde aporta el ítem físico con un despliegue brutal durante los 90 minutos. Fuera del campo aguarda Camavinga, el joven francés que siempre entra y siempre cumple. Con su poderío físico y buen pie, la promesa de Francia pide pista y parece que la siguiente temporada puede ser la suya. Analizando sus números de posesión se puede ver que ha sido dominado desde este apartado por sus rivales, pero como se mencionó, el Madrid no necesita de tener demasiado la pelota para convertir y generar situaciones de gol. Ante PSG, manejó el balón un 43% y 44%, contra Chelsea 43% y 43% mientras que contra el City 40% y 45%.
Un factor clave con el que ambos equipos no contarán será la localía. Anfield y el Bernabéu. Dos estadios míticos que bien conocen de hazañas y noches de Copa. Dos ambientes infernales, propiamente descripto por rivales, que siempre aportan un plus a la hora de revertir un marcador o soñar con una victoria épica. El destino de ambas instituciones se definirá el próximo 28 de mayo en el Stade de France de Saint-Denis. Los 30 goles de Liverpool en 12 partidos y los 28 anotados por el Madrid dan un indicio de que será un partido que promete anotaciones, emociones y, sobre todas las cosas, un hito más en la historia de la UEFA Champions League.