Kylian Mbappé, un poco de Neymar, alguna aparición de Messi... y poco más. No pocas ocasiones pero poco control. Con todo eso, y no poco sufrimiento, se bastó el PSG para debutar con victoria sobre una Juventus disminuida, plagada de bajas y que, después de ser apenas espectadora de la exhibición del crack francés en la primera mitad, a punto estuvo de darle un susto y robarle un empate que pareció imposible.
Lo pareció y habría sido inaudito atendiendo a las muchas ocasiones de que disfrutó el equipo de Galtier, dominando en la primera mitad y al toma y daca en la segunda, cuando la Juve que tanto echó en falta a Di María, Pogba, Chiesa o Szczesny creyó en el empate a partir del golazo de McKennie.
A partir de ahí, 54 minutos, la 'Vecchia Signora' arriesgó como no había hecho antes, le plantó cara al campeón francés y rondó la portería de Donnarumma, suspirando por el empate y sin atender a que su riesgo podía pasarle factura. Ganó al final el PSG por la mínima pudiendo hacerlo con comodidad... O haber empatado, así de extraño fue el partido que, a fin de cuentas, decidió el que debía hacerlo, Mbappé.
Y es que cuando a los 22 minutos el ídolo del Parque de los Príncipes había anotado los dos goles del PSG el partido parecía sentenciado, la victoria asegurada y la duda que asomaba era hasta donde sería capaz de alcanzar el astro parisino, que había abierto el marcador con un remate de primera tras una asistencia mágica de Neymar y logrado el segundo rematando una combinación de primeras con Achraf Hakimi mientras la defensa de la Juve asistía impotente a su puesta en escena.
De ahí al descanso pudo aumentar su renta el conjunto galo y aunque Donnarumma evitó milagrosamente un gol italiano, el dominio de la situación local fue absoluto... Pero tan clara pareció contemplar la victoria el PSG que toda la intensidad mostrada en el primer tiempo desapareció tras el descanso, cuando esa Juventus derrumbada dio un paso al frente.
A partir del gol de McKennie la Juve creyó en sus posibilidades, pero lamentó la ausencia de jugadores diferenciales con que acompañar a Vlahovic y pudiendo suspirar con el empate se libró a fin de cuentas de encajar más goles en las contras tan desordenadas como vertiginosas de un PSG que sin el fútbol que se le debería suponer tuvo a su favor la presencia de Mbappé.
Tan indiscutible como soberbio. El jugador sobre el que, siempre, se mantiene a flote el PSG.