Si Sergi Roberto vive, probablemente, sus últimos meses en el Barcelona, Pau Cubarsi disfruta de un inicio de carrera en azulgrana que se sospecha excepcional.
Sergi Roberto dejará muy probablemente el Barcelona al acabar la temporada. Si Xavi era, y es, su mayor defensor, la marcha del entrenador y la poca estima que una buena parte del entorno del club tiene por él provocará que el más longevo futbolista de la plantilla, debutante con Pep Guardiola en 2011, acabe muy a su pesar su carrera lejos del Camp Nou.
Se despedirá en Montjuïc pero dejará para el recuerdo un compromiso inexcusable que ante el Napoli volvió a quedar de manifiesto. Cuando peor lo estaba pasando el Barça, con 2-1 en el marcador y muchos nervios en el césped, Xavi resolvió darle entrada tras cerca de dos meses de ausencia. Y el rumor, en parte, de desaprobación de la grada acabó mutando en entrega a su papel.
Sergi Roberto ni es el más rápido, no es el más potente ni tampoco el más fuerte. Posiblemente tampoco sea el más técnico (aunque le sobra calidad) y su papel en la plantilla, que siempre fue secundario, empezaba a sospecharse de infiltrado. Para quien así pensase, su actuación ante el Napoli sirva de lección y enseñanza. Colocado, inteligente, rápido en la combinación y ágil en el desmarque, le devolvió la cabeza al Barça.
Y redondeó su media hora con una asistencia de gol magnífica, en una jugada que comenzó y acabó. Acabó regalándole el gol a Lewandowski cuando Meret esperaba su remate. Hasta en eso fue, además de enorme, solidario.
EL FUTURO
El futuro del Barça está en la cantera. Está en la brillantez extrema de Lamine Yamal, en la brega incansable de Fermín y en la magnificencia, soberbia, de Cubarsí. Inesperado a su llegada, no llamó a la puerta. Tal cual la echó abajo y con una juventud insultante se hizo acreedor de una titularidad de la que ahora parece imposible sacarle.
Ante el Napoli lo hizo, otra vez, todo bien. Absolutamente. Centrado, colocado, rápido al corte, sin tener que hacer aspavientos y persiguiendo y hasta aburriendo a Osimhen, le sobraron arrestos para lanzar hasta tres pases profundos, largos, excepcionales, que habría firmado el Ronald Koeman de sus mejores tiempos. No globos, no bombeados, auténticos misiles a media altura que encontraron siempre a su destinatario.
Si Sergi Roberto vive probablemente sus últimos meses en el Barça, Pau Cubarsi disfruta de un inicio de carrera en azulgrana que se sospecha excepcional.