MILÁN -- Leo Messi en Milán. En el Giuseppe Meazza, tal como se conoce el estadio lombardo cuando el equipo local es el Inter, el nombre del capitán del Barça está por encima de todo. Casi, se diría, del propio partido… Aun con todo lo que hay en juego.
“Queremos volver con esa copa tan bonita”, proclamó Leo al comenzar la temporada y desde entonces su brillantez se ha multiplicado en la Champions. Si abrió la lata en el estreno frente al PSV, se agigantó en Wembley contra el Tottenham y desde la tribuna, lesionado, disfrutó de la victoria ante el Inter en el Camp Nou… Pero si el Barça tiene hambre de Champions, Messi es el más voraz de todos.
“No vamos a correr ningún riesgo con Leo”, proclamó con toda cautela Valverde en la sala de prensa… Sin evitar reconocer que la reaparición del crack es esperada. “Habrá que ver el entrenamiento antes de decidir”, solventó el entrenador, quien dio la sensación de estar tan dudoso como todo el mundo.
El Barcelona está a un empate de cerrar su clasificación a octavos de final de la Champions y a una victoria de conseguirlo como primero de grupo, conquistando así el derecho a jugar la vuelta de octavos en el Camp Nou y con ese objetivo, que consideró Sergi Roberto “muy importante”, se entiende que planteará Ernesto Valverde el encuentro de este martes… Con la posible presencia de Messi en el escenario.
Si se entendía su vuelta tras el parón por selecciones, en el Metropolitano y ante el Atlético de Madrid el 24 de noviembre, su acelerón en la recuperación y sus ganas de volver al plano no solo le acercaron a hablar del choque del domingo ante el Betis… Sino que le catapultó a este desplazamiento a Milán.
Messi tiene hambre de fútbol y si es arriesgado apostar por su reaparición este martes, se aventura aún más osado descartarle absolutamente. “Leo nunca viaja de turismo” convino una persona de la expedición azulgrana, donde oficialmente la discreción es máxima y las frases, tanto de Valverde como de Sergi Roberto, en la sala de prensa invitaron a mantener esta duda.
Sí estará, en el Inter, Nainggolan, ausente en el Camp Nou, y se espera un estadio lleno, con 80.000 aficionados que empujarán a los hombres de Spalletti en el primer envite con el Barça desde abril de 2010, con la primera plaza en juego y los octavos de final en el escenario.
¿Jugará Messi? Esa es la pregunta que se hace todo el mundo en Milán. Su Champions, el título deseado, le espera en el césped…