A falta de seis minutos incidentes con algunos hinchas americanos obligaron a detener el partido de la final de ida entre América y Nacional de Copa Colombia en el Pascual, que no pudo llegar a su fin.
El 0-0 a los 84' molestó a un grupo de aficionados escarlatas que intentaron invadir la cancha. El equipo verdolaga se resguardó de inmediato en el túnel del estadio, mientras los futbolistas del local aguardaban entre lágrimas por esta serie perdida.
El capitán Adrián Ramos, que se despidió del equipo en este partido, lloró y lamentó este fin. Pidió perdón a la gente por no poder conseguir este título que aún no está en las vitrinas de América.
Mientras los minutos pasaban y la indecisión reinaba, varios asientos del Pascual fueron desprendidos y lanzados. Un móvil de Win también sufrió un ataque.
Ya sin poder regresar a la normalidad, el juez Ortiz no tuvo más remedio que decretar el final y Nacional se coronó campeón en su vestuario, sin poder celebrar dentro del campo de juego.
Fue la estrella número 34 de Nacional, la séptima Copa Colombia. Una que quedó manchada por la violencia.
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Según informó la prensa de Nacional, Dimayor detalló que cortaron la fibra de Win y por eso la premiación retrasó su transmisión, luego ya con el estadio vacío se estaba dispuesto a proceder con el acto, pero finalmente no pudo realizarse, la policía no garantizó la seguridad para poder hacerlo, la misma División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano lo expresó en una parte del comunicado sobre lo sucedido:
"No se pudo llevar a cabo la entrega del trofeo en campo, como es habitual, por una recomendación del Coronel de la Policía, comandante del servicio del estadio. A pesar de que el recinto ya estaba vacío, los disturbios continuaron a las afueras del Pascual Guerrero, en donde se reportaron varios heridos. La decisión que toma la administración busca en todo momento preservar la seguridad de todos, en especial la del equipo visitante".