La CONMEBOL ratificó a Colombia como sede junto con Argentina de la Copa América que comenzará el 14 de junio en el estadio Metropolitano a pesar de que la tensión social que completa dos semanas despertó un desdén entre la afición.
La pandemia pasó por encima del calendario en 2020. A tres meses del inicio de la Copa América en dos países, obligó a un cambio de fecha. Se programó para 2021 con una leve esperanza de contar con público en las tribunas.
A un mes del primer partido, la situación resulta compleja. Al presente sanitario que descartó que los hinchas puedan acompañar a la Selección Colombia en Medellín, Bogotá, Barranquilla y Cali, se suma una protesta social que encadena 15 días de tensión en el territorio nacional.
Para la organización resulta imposible cancelar el torneo y exige garantías. El Gobierno sostiene que es capaz de sacar adelante este compromiso. Mientras tanto, las voces que apuntan por la inconveniencia de disputar la Copa empiezan a tomar fuerza. Priorizan otras necesidades en esta crisis.
En 2001 también se puso en duda que el país pudiera recibir la competencia por los problemas de orden público. Sin embargo, los colombianos se apropiaron de esa responsabilidad hasta convertirla en una causa común. Vencieron la desconfianza e inauguraron una fiesta de fútbol. Ese mensaje de unidad lo interpretaron los jugadores en la cancha. Fueron campeones en El Campín.
Por ahora, la Copa sigue entre las dificultades de la pandemia y los reclamos.