<
>

¿A quién culpamos ahora?

AP

Que Godín no puede jugar más, que el mediocampo estuvo mal conformado, que Suárez no es el mismo de antes y ya fue, que Valverde no es el mismo de Real Madrid, que Vecino no justifica su citación. Capítulo aparte tuvo el entrenador. Fue una bolsa de boxeo. Fue brava la tormenta. La derrota contra Argentina en la primera fecha de la Copa América generó todo tipo de comentarios. Parecía que ya nada servía. Y existe en los uruguayos una extraña manía de buscar culpables. Como si los rivales no jugaran. Siempre hay que buscar un culpable.

De cara a la segunda fecha contra Chile el técnico Tabárez movió piezas en Uruguay. Colocó a un jugador que muchos pedían como Giorgian De Arrascaeta. Jugó medio tiempo, en el complemento se apagó.

En el primer tiempo el equipo celeste generó chances. En los primeros 25 minutos contó con cuatro oportunidades, no pudo anotar. Presionó más arriba y recuperó balones. Pero, en su mejor momento, gol de Chile.

Para el complemento Tabárez metió cambios y modificó el sistema: pasó a línea de tres en el fondo.

El ingreso de Nahitan Nández y Facundo Torres dotó al equipo de otra agresividad.

Uruguay desbordó a Chile por todos lados. Primero avisó con un remate de Cavani, luego Bravo le ahogó el grito de gol a Torres, hasta que llegó el tanto del empate de Suárez.

Uruguay fue a buscar el partido. Tuvo otra actitud, otra postura.

Entonces, todo aquello que no servía pasó a ser una maravilla. Valverde llevó al equipo adelante, Suárez demostró su poder goleador, Vecino jugó un gran partido y Nández demostró que tiene que ser titular. Hasta hace dos partidos atrás Nández no tenía puesto, ahora debe ser titular.

El técnico jugó con el enganche que tanto pidieron, luego pasó a línea de 3, Valverde y Vecino jugaron en sus puestos, Nández fue fundamental y Suárez volvió a ser Suárez. Jugaron todos los futbolistas que se pidieron, pero Uruguay empató. Y la pregunta se impone: ¿A quién culpamos ahora?