La llegada de Johan Cruyff al banquillo del Barcelona en 1998 marcó el resurgimiento del club, que comenzó con la conquista de la Recopa de Europa.
BARCELONA -- 1988 marca un antes y un después en la historia contemporánea del Barcelona, que hoy celebra los 35 años de la conquista de la Recopa, primer título que ganó Johan Cruyff en el club como técnico.
Aquel fue un año convulso en que la plantilla del Barcelona llegó a pedir la renuncia del presidente del club, Josep Lluís Núñez, y que desembocó con el despido de prácticamente todos los jugadores, con una afición desencantada hasta el punto de vaciar las gradas del Camp Nou... Y la llegada de Johan Cruyff al banquillo.
Cruyff aterrizó en plan revolucionario, tanto al implantar un sistema de juego tan atrevido que se consideró suicida como al imponer un discurso rompedor, entre optimista y osado, que recuperó, no sin problemas y crisis, la autoestima y orgullo del barcelonismo.
Y que dejó para la historia la celebración de 11 títulos en siete temporadas que pudiendo hoy considerarse una cifra discreta fue, en aquel momento, una excelente cosecha que comenzó el 10 de mayo de 1989, se cumplen 35 años, con la conquista de la Recopa de Europa, un torneo hoy desaparecido pero que en su época disfrutó de un indiscutible prestigio.
Fue el primer campeonato que celebró el Barcelona bajo la dirección técnica de Cruyff, un equipo de autor, mágico por las sensaciones que regalaba y terrenal a la vez por las derrotas que podía sufrir. Un equipo al que pocos pudieron definir mejor que Txiki Begiristain. "Nosotros dábamos espectáculo... O nos lo daban".
No le faltaba razón al que fue director deportivo del club azulgrana entre 2003 y 2010 pero que antes había sido futbolista del equipo a las órdenes del profeta holandés entre 1988 y 1995, jugando 316 partidos oficiales y conquistando 11 títulos, siempre bajo la batuta de Johan Cruyff y formando parte del inolvidable Dream Team.
Aquel Barcelona era capaz de golear al Real Madrid, de exhibirse frente al Atlético de Madrid o Manchester United y también de empatar 3-3 con el Albacete después de ir 3-0 arriba, ser goleado por 6-3 en Zaragoza o ser eliminado en el Camp Nou por el CSKA Moscu tras ir ganando por 2-0...
Fue único en ganar trofeos al límite como recuerdan aquellos tres títulos de Liga consecutivos (1992, 1993 y 1994) en últimas jornadas míticas o su primera Copa de Europa (1992) en la prórroga de una era ya lejana y cuya leyenda comenzó ese 10 de mayo de 1989 en Berna, la capital de Suiza donde el Barça ganó la Recopa imponiéndose en la final (2-0) a la Sampdoria de Italia.
La misma Sampdoria de Vujadin Boskov, Vialli, Mancini, Pagliuca o Toninho Cerezo que en Wembley, en 1992, volvió a ceder ante el Barça y que cayó aquel 10 de mayo de tres años antes, derrotada por los goles de Julio Salinas y López Rekarte antes de que Cruyff saludara el título anunciando un Barça renacido. "Se han acabado los rollos de Berna (1961) y Sevilla (1986). Ganar una final con una plantilla totalmente nueva es empezar muy bien".
Fue aquel inicio del holandés volador ya convertido en el flaco como director de orquesta de un Barça nuevo, que ofreció conciertos magníficos y otros episodios mucho menos brillantes, que dando vida al inolvidable Dream Team tuvo unos inicios quizá faltos de éxitos rotundos pero que devolvieron la fe a la hinchada azulgrana.
Una hinchada que hoy, al cabo de 35 años, poco tiene que ver con aquella menos globalizada y, sin duda, menos mediatizada por la necesidad de ganar siempre y ganarlo todo. Y que cuando ganaba, lo celebraba de forma rotunda. Como ocurrió aquel 10 de mayo de 1989, la primera de conquista del Barça de Johan Cruyff.