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¿Quién pierde más? Las bajas de Racing y Flamengo que marcan la revancha de semis de la Libertadores

La semifinal de la CONMEBOL Libertadores entre Racing Club y Flamengo no solo se juega en la cancha: también se disputa en la enfermería. Lesiones, fracturas y dolores arrastrados marcan la previa de un duelo que promete ser intenso y emotivo. En Avellaneda, los dos equipos llegan tocados, aunque uno parece sentirlo más que el otro. Como siempre la vuelta de semis se vivirá en el Plan Premium de Disney+.

Para la Academia, que debe revertir el 1-0 del Maracaná, cada baja pesa el doble. Gustavo Costas trabaja con lo que tiene, apelando a la mística y al empuje del Cilindro para cubrir ausencias importantes. En el lado brasileño, Tite también ajusta piezas, aunque cuenta con mayor profundidad de plantel. El interrogante flota en el aire: ¿quién pierde más en esta revancha decisiva?

Racing, un equipo que se reinventa entre lesiones

Costas enfrenta una de las semanas más desafiantes desde su regreso al club. Racing no solo carga con la obligación de ganar, sino también con una lista de bajas que complica el armado del once titular.

El panorama no es alentador: Elías Torres quedó descartado por la rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha, mientras Franco Pardo padece un desgarro profundo en el aductor izquierdo. A ellos se suman Alan Forneris, con un esguince de rodilla, y Santiago Sosa, quien sufrió una fractura de seno maxilar tras un choque aéreo en la ida. Cuatro nombres fuera de combate, cuatro dolores de cabeza para el entrenador.

La línea media, motor del equipo, es la zona más golpeada. Costas evalúa alternativas con juveniles y apuesta al liderazgo de los experimentados para sostener la estructura. “Estamos golpeados, sí, pero no caídos”, dicen desde el cuerpo técnico con la convicción de quien se sabe ante una oportunidad histórica.

Flamengo, con bajas sensibles pero más variantes

El Mengão tampoco llega ileso. La principal ausencia será Pedro, su goleador, quien sufrió una fractura de antebrazo en la ida y no estará disponible. Su ausencia deja un vacío importante en el área rival: goles y una presencia temible que Filipe Luís no podrá reemplazar con facilidad.

A Pedro se suman Léo Ortiz, zaguero titular con un esguince de tobillo, y Éverton Cebolinha, marginado por una lesión en el ilíopsoas. Tres ausencias relevantes, aunque el conjunto carioca conserva piezas de jerarquía. Bruno Henrique y De Arrascaeta serán las cartas ofensivas en Avellaneda, respaldados por un mediocampo con experiencia internacional.

En Flamengo confían en la ventaja obtenida y en su capacidad de manejar los tiempos. Sin embargo, el desgaste físico y la presión del Cilindro pueden jugarles en contra.

¿Flamengo o Racing, quién pierde más?: una cuestión de equilibrio

En la comparación directa, Racing es el que más pierde. No solo por la cantidad de lesionados, sino por la distribución táctica: sus ausencias afectan la defensa y el mediocampo, dos sectores claves para sostener el ritmo de un partido de alto voltaje. Costas deberá ajustar el esquema, mezclar juventud con experiencia y confiar en el empuje de su gente.

Flamengo, por su parte, lamenta la baja de Pedro, pero mantiene profundidad de plantel y jerarquía en casi todas sus líneas. Esa diferencia de recursos podría inclinar la balanza, aunque la localía y el espíritu competitivo de Racing pueden compensar el desequilibrio. En Avellaneda no habrá espacio para excusas: la semifinal se definirá por carácter tanto como por nombres.

La enfermería no borra la ilusión en la Libertadores

Entre vendajes, estudios y partes médicos, Racing y Flamengo llegan a la revancha con las cartas sobre la mesa. Uno golpeado, otro disminuido, ambos con hambre de final. Gustavo Costas y Filipe Luìs saben que no hay margen para el error: es ganar o despedirse.

El miércoles, el Cilindro se vestirá de fiesta. Las bajas dolerán, pero el corazón pesará más. Y ahí, en el ruido ensordecedor de Avellaneda, Racing buscará transformar las ausencias en impulso. Porque en una semifinal de Libertadores, las piernas pueden faltar… pero la fe nunca.