Ronald Araújo redondeó en Villarreal otro partido soberbio. Al corte, por arriba, en el posicionamiento... Rotundo, firme e infranqueable, fue el líder absoluto de una defensa que se destaca como la clave para explicar que el Barça mande en la Liga con puño de hierro.
Ya son 16 las jornadas en que Ter Stegen no encaja gol y si bien el portero alemán ha sido protagonista en varios partidos, el defensa uruguayo se ha convertido en un futbolista tan indiscutible como excepcional.
"Estamos muy bien en defensa y eso es importante después de que el año pasado encajásemos más. Lo hemos trabajado mucho y eso se nota" admitió al acabar el choque Araújo, dando por buena la victoria pero avisando de la necesidad de "cerrar los partidos porque con el 1-0 acabamos sufriendo".
De hecho, es la octava victoria por la mínima, con un solo gol, de la temporada, más destacada por su buen hacer defensivo que por su acierto en ataque, donde se echa en falta mayor contundencia.
Asistió, de manera magnífica, a Pedri en el gol y le regaló otra asistencia estupenda a Raphinha, que el brasileño malogró... Pero se estrelló dos veces contra Pepe Reina, que evitó que el polaco pudiera marcar.
Suma un gol en sus últimos cuatro partidos y si es indisctible que el Barça refuerza su liderazgo en su excelente trabajo defensivo, también es verdad que necesita recuperar frescura en ataque, quedando claro que los goles del polaco se entienden claves.
Ya suma siete goles esta temporda, sus mejores números desde que llegó al Barça, y ha anotado cuatro en sus últimos siete partidos, lo que demuestra que cuando se coloca en posiciones más ofensivas le otorga un plus al equipo, que agradece su claridad de ideas tanto como su buen tino en el remate.
Después de una semana en la que fue protagonista en los medios y en las salas de prensa, acabando el sábado el Xavi por proclamar que ni se plantea su salida del club, el delantero se quedó, por primera vez en la temporada, sin jugar ni un solo minuto. Su situación en el equipo está menos clara de lo que cabría pensar y la poca contundencia de Laporta al referirse a él no aventura un futuro inmediato muy tranquilizador para el canterano.