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El multiverso Bellingham en el Real Madrid: Anota a lo Ramos y brilla a lo CR7

Bellingham cumple con múltiples funciones en el Real Madrid, lo que es un gran mérito de Ancelotti.


MADRID -- Les sonará el nombre de Jude Bellingham por ser ese centrocampista disfrazado de delantero en un Real Madrid que lleva años suspirando por Kylian Mbappé.

El inglés, para más señas, es ese tipo de jugador con perfil bajo, alejado de los focos mediáticos y al que no le gustan los líos ni los culebrones de los fichajes, que utiliza su palabra para no fallar a nadie. Además, su compromiso está con los compañeros y en el terreno de juego, donde no ha parado de silenciar a los críticos desde su aterrizaje en el mercado de pases de verano.

Y es que Bellingham puede actuar de lo que le venga en gana. Se fue Karim Benzema y no llegó ningún delantero de nivel estelar. Cierto es que el Madrid fichó a Joselu, pero el perfil del mismo no es el del francés. De hecho, se dejó vacante el dorsal número 9 con la intención de que fuera el propio Kylian Mbappé el que lo portara, aunque el jugador del Paris Saint-Germain decidió quedarse otro año más en Francia.

Y ahí emergió la figura de Jude Bellingham, que dio el paso hacia adelante para convertirse en el goleador que necesita el Real Madrid con 13 tantos en 13 partidos. Cifras incontestables que están a la altura de cualquier gran delantero.

Y más en una temporada en la que Vinícius Júnior y Rodrygo no están al nivel que muchos pensaban. El ex del Borussia Dortmund está haciendo las tareas del resto con una sonrisa en la boca y con la liberación que esa sensación produce de haber llegado para triunfar en un club tan complicado como el Real Madrid.

Porque además Bellingham está teniendo “estrella”. Dícese de ese sentido de la oportunidad que sólo los grandes tienen para aparecer cuando todos arrojan la toalla y salvar del cataclismo futbolístico a su equipo. Pasó contra el Getafe, contra el Union Berlin y contra el Barcelona. Cuando muchos presagiaban el fracaso blanco, llegó el de Birmingham y cerró varios partidos en el último tramo de los mismos, como si se tratara del propio Sergio Ramos en aquel córner de Lisboa en el descuento.

La única crítica que se puede llevar Bellingham este año es la de no aportar más al juego del Madrid. Y cuando nos referimos a “aportar” es a brillar un poco más. Pero hasta en eso es un ejemplo porque no es el momento de tirar hacia la estética y sí hacia la practicidad. Porque los resultados son los que mandan, y más en una entidad como el Madrid donde no se espera por nadie. Muchos le querían ver como el nuevo Zidane, pero él mismo se ha disfrazado de Cristiano Ronaldo para ayudar al equipo en una temporada complicada.

Si todo eso no parece poco, los gestos con la afición no han podido ser mejores. Su celebración es repetida por los hinchas, su compromiso con el club a nivel interno enamora a los trabajadores del mismo y los sponsors ya se pegan para tenerle como imagen en los próximos años. Porque Bellingham ha llegado para triunfar, para quedarse y para hacer historia en un Real Madrid en el que está encantado. Durará lo que él quiera durar. Y eso sólo está al alcance de los elegidos.