La continuidad de Xabi Alonso es el tema candente en el Real Madrid, pero no debería haber tal debate
MADRID -- La amenaza ha llegado a todos lados. Hasta a mi madre y mi tía, ajenas a la información del Real Madrid: “No puede ser que echen a Xabi Alonso. Es que le están haciendo la cama los jugadores. No le pueden echar”, comentaban mientras comían juntas al filo de la actualidad. Es de lo que único que se habla en Madrid en los últimos días. Xabi corre peligro.
La crisis de resultados, con tan sólo dos victorias en los últimos ocho partidos, ha precipitado a Xabi Alonso técnico tolosarra al abismo. Se la juega en Vitoria este domingo contra el Alavés, tras perder otra vez ante el Manchester City en el Bernabéu y después de la reunión que publicó ESPN entre Florentino Pérez y la directiva madridista. Ya se miran alternativas para sucederle, pero no hay mejor entrenador que Xabi Alonso para este Real Madrid.
La misma directiva del Real Madrid escogió a Xabi Alonso en los primeros meses de 2025 para tomar el mando de su equipo, con una idea sobre el tolosarra: ser el perfil intermedio entre Carlo Ancelotti y Jürgen Klopp.
El entrenador que conciliara la pizarra del alemán con el talante del italiano, añadiendo la experiencia de Xabi como futbolista a las órdenes de algunos de los mejores técnicos de la historia, como Pep Guardiola o José Mourinho. Justo tras hacer historia con su Bayer Leverkusen campeón.
Tan sólo han pasado seis meses de su fichaje por el Real Madrid y Alonso ya está en el alambre. Representantes, entrenadores de otros equipos y directores deportivos se extrañan al teléfono con ESPN: “¿Pero cómo se pueden plantear ya destituir a Xabi Alonso?”. Es la realidad. En el Bernabéu el tiempo corre más rápido que en el resto de clubes. Pero justo ahora es el momento de confiar.
A diferencia de lo que opinan muchos, Xabi sí está siendo fiel a sí mismo. Está trabajando con la misma dedicación que le acostumbra, llegando el primero y saliendo el último de Valdebebas.
Buscando soluciones, probando variantes en cada partido (en Leverkusen también cambiaba de piezas y dibujo según el encuentro) para ordenar un desaguisado que él no pidió: una plantilla con escasez de centrales, sin un mediocentro organizador, sin extremo diestro puro y con tres extremos izquierdos.
Está en su tramo más bajo, pero hay que mirar el lado positivo: ya ha superado lo peor. Por fin parece que cuenta con el respaldo del vestuario, demasiado acomodado en el inicio. Y ahora más que nunca, cuando han visto que ya con la calidad no les da para ganar, necesitan a un entrenador como Xabi, que se siga estrujando los sesos en potenciar a sus jugadores con vídeos y trabajo táctico, que se deje la vida en convencer a los suyos de que en el fútbol actual hay que salir con el mismo hambre contra el City que contra el Rayo Vallecano.