BARCELONA -- Entre Iniesta y Ronaldinho, Leo Messi fue protagonista involuntario durante la Asamblea de Socios primero y en el Camp Nou después. Óscar Grau, Director General del Barcelona, quiso proclamar el compromiso absoluto entre el club y el jugador, eterno, y ello le llevó a un equívoco del que no acabó aclarándose mucho más. Solo una cosa quedó confirmada: el futuro de Messi lo decidirá Messi.
“Ha renovado por cuatro años pero el club le ofrecerá un contrato de por vida” respondió el CEO del Barça a un socio que propuso, precisamente, que a Leo se le ofreciera esa opción a imagen y semejanza de la renovación que firmó Andrés Iniesta.
Pero, igualmente, Grau, en otro momento expresó que el argentino, tras esa renovación por cuatro años que se da por solventada (aunque no lo está totalmente) pudiera convertirse en un embajador universal del club. “La voluntad es que siga aquí de por vida. Es un icono, el mejor de la historia, y queremos que siga vinculado al Barcelona como embajador, tal como es Ronaldinho” expresó el dirigente, sin aclarar ya, después, cual es el plan del club, si es que tiene alguno perfilado.
“Messi será lo que él quiera ser”, trasladó una fuente cercana a la directiva azulgrana, ya en el Camp Nou, a ESPN. Nombrar a Messi desde un punto de vista contractual, se nota, provoca incomodidad a todos los niveles en el club y se insiste en que siendo la foto lo único que falta, su continuidad está totalmente consumada.
“La foto con Messi llegará tarde o temprano y no hay ningún problema” expresó (la firma con Messi llegará tarde o temprano) Bartomeu entre sonrisas, descartando que existan dificultades y sacando del escenario al Director General.
Entre otras cosas porque ni el Barça tiene claro el futuro y porque, de hecho, el futuro pertenece a Messi. Simplemente.