Fútbol Americano
Daniel Montes de Oca 5y

Yo también tengo miedo, Messi...

COLUMNA ‘EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- Messi tiene miedo y Messi contagia...

“La verdad tengo un poco de miedo de qué va a pasar después. No sé qué voy a hacer, no tengo nada en mente ni preparado. Amo esto, desde chiquito lo amé, me encanta jugar al futbol”...

Las palabras de Leo hace algunas semanas fueron un golpe de realidad: hoy cumple 32 años y la sola idea de que se acerque el momento del adiós, duele.

La causa de ese miedo no es otra que el tiempo, que se empeña en seguir su camino cuando en ocasiones bien le vendría hacer una pausa.

El miedo de Messi es el miedo de muchos...

“¿Imaginas el futbol sin Messi... Qué vamos a hacer?... Cuando él no juega, el partido no interesa tanto”, escribió el exfutbolista inglés Gary Lineker hace algunos meses.

Son apenas 32 o ya son 32, según quiera verse; lo cierto es que parece temprano para empezar con los lamentos, pero la vida tiene sus temores y uno de los más grandes es que absolutamente todo termina.

Sin embargo, hoy como desde hace 14 años, todavía toca disfrutar a Messi, el que no iba a crecer y lo hizo tanto que ya no hubo forma de medir su ‘grandeza’...

Toca sonreír a su lado, porque llegará el día en que, ilusos, estaremos esperando de forma inútil a un heredero... Los días volverán a ser monótonos y largos.

No habrá a quién llamar “extraterrestre” y cada “linda jugadita” tendrá de forma irremediable su recuerdo.

Hoy toca hasta tolerar a sus eternos detractores, aquellos que en algunos años se empecinarán en recordarlo solo como el futbolista que tal vez nunca pudo ganar un Mundial, y ese será su único argumento para tratar de minimizarlo.

Toca ver y escuchar hasta el cansancio el cuento “Messi es un perro” antes de que la nostalgia lo convierta en recuerdo y solo evoque los años maravillosos.

Toca acompañarlo a la distancia en cada festejo cuando mira al cielo y apunta con los dedos, en dedicatoria a su abuela Celia.

Toca admirar a cada niño que, sin importar su origen, siente empatía por un futbolista que entra a la cancha con la firme convicción de ser feliz, ignorando que su felicidad es la de millones.

Toca gozar a Messi con el Barcelona o con Argentina; en un partido intrascendente o si está un título en juego; a final de cuentas cuando se vaya se jugará otro deporte, porque el futbol nunca volverá a ser el mismo.

Toca decir “yo vi jugar a Messi”, porque cuando está en el campo lleva el balón a otra dimensión y sus trazos son arte, pieza de museo, la creación pura de un genio.

Toca aceptar que también tiene días malos, como aquel partido ante el Valladolid de la temporada pasada en el que erró tanto, que fue necesario comprobar su autoría a través de múltiples repeticiones en la televisión.

Toca dejar de ponerlo en competencia con Cristiano Ronaldo, porque bien lo dijo Xavi en alguna ocasión: “comparar a Messi con cualquier futbolista es hasta irrespetuoso”...

Toca seguir viviendo ‘la era de Messi’, los dos o tres años que le quedan al máximo nivel, porque más allá de todos los títulos, los récords y la historia que le falta por escribir, es un generador de alegría y eso no puede cuantificarse.

Hoy toca tener miedo porque Messi tiene miedo, pero sobre todas las cosas toca no perderlo de vista ni un segundo... Hoy toca, Messi.

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