BARCELONA -- Getafe. El gol maradoniano de Messi… Y el hundimiento pocos días después en una vuelta de Copa que significó la eliminación de un Barça que perdió por 4-0. Aquello ocurrió en mayo de 2007 y antes o después, en total, el Barça solo ha perdido tres de los 32 partidos oficiales disputados frente a un equipo azulón al que este viernes Valverde presentó como “muy rocoso” para dar a entender el desafío al que se enfrenta este sábado el campeón.
Y será un desafío marcado por la inesperada ausencia de Ansu Fati, quien aquejado de ‘molestias tendinosas en la rodilla derecha’, tal y como expresó el club azulgrana en su comunicado médico, se quedó fuera de una convocatoria en la que, como se esperaba, no están tampoco Jordi Alba, Umtiti… Ni, claro, Messi.
El joven canterano, auténtica estrella de este inicio de curso en clave azulgrana se había convertido en la mejor esperanza de la hinchada… Y, de momento, se desconoce atendiendo al comunicado del club, cual será su periodo de baja.
Mientras, el campeón acude a Madrid con la urgencia de revertir un principio de temporada especialmente desastroso en cuanto a los partidos jugados lejos del Camp Nou. Se ha dejado por el camino ya ocho puntos por un empate y dos derrotas en la Liga y sobrevivió por gracia de Ter Stegen en Dortmund, en el estreno de Champions, para demostrar que está lejos de lo esperado y, de acuerdo a lo expresado por Piqué, víctima de una pretemporada que le está lastrando de manera evidente.
“Tenemos que sabernos manejar sin Messi”, apuntó Valverde, especialmente cauto con la recuperación de su capitán, al que probablemente no tenga de vuelta hasta el nuevo parón por selecciones y sin quien deberá su equipo dar ese paso adelante con urgencia. Porque el Barça, se diga lo que se diga, acaba el mes de septiembre con una necesidad clara.
Esperando la puesta a punto de Luis Suárez y lamentando la ausencia de Ansu Fati, el partido de Getafe se entiende como una prueba enorme para el Barça, ganador en seis de sus últimas siete visitas al Coliseum aunque en las dos últimas lo hizo de manera tan ajustada en el marcador (1-2) como en el terreno de juego.
Cinco victorias y cuatro empates acumula el equipo de Bordalás como local, no perdiendo en casa desde el 30 de marzo (0-2 frente al Leganés) y que ha comenzado la temporada buscando, siempre a través de la intensidad, repetir el excelente papel del curso pasado, cuando se le escapó la plaza de Champions League en las dos últimas jornadas, perdiendo frente al Barça en el Camp Nou y empatando como despedida en casa ante el Valladolid.
Para el cuadro azulón el partido de este sábado, además de esa revancha, tiene el sabor especial de demostrar su crecimiento ante un Barça tocado y necesitado. Para el campeón, sin duda, no hay más que hablar de la victoria. Cualquier otro resultado sería un nuevo desastre.