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Análisis: Barcelona sobrevive a la defensiva del marcador

Getty Images

El Barcelona sobrevive agarrado al marcador, más ocupado en sumar puntos que en sumar sensaciones, preocupado solamente, o eso parece, en mantener su posición de privilegio y sin atender a que sus sensaciones no invitan precisamente al optimismo. Y así van pasando los días, con victorias insustanciales y sin más que decir en el campo.

Seis de los últimos siete goles del Barça han llegado en jugadas a balón parado y en cinco de ellos ha intervenido Messi. Ha marcado el equipo azulgrana dos goles de penalti, dos de lanzamiento directo, otro a remate tras lanzar una falta Leo y el último un córner. Los últimos dos triunfos se han basado, ante Celta y Leganés, en jugadas de estrategia para que el fútbol, al final, quede en un plano secundario que, tratándose de quien se trata, es difícil de asumir.

“En juego debemos mejorar, pero mientras estamos en este proceso lo que tenemos que hacer es ganar. Prima la victoria, aunque es cierto que debemos mejorar nuestro juego”, reconoció Gerard Piqué en la zona mixta, minutos después de que Arturo Vidal proclamase ante los micrófonos de Movistar la trascendencia del triunfo… admitiendo la misma necesidad: “Era muy importante sumar los tres puntos pero está claro que tenemos que mejorar”. Un mismo mensaje, una señal inequívoca de la realidad que vive, sufre, este Barça.

“Llegamos con las mejores sensaciones al partido contra el Borussia”, acertó a sentenciar en la sala de prensa Ernesto Valverde por más que apenas acabado el partido el Leganés se multiplicasen las dudas alrededor del equipo, ya fuera en las redes sociales, donde se sumaron críticas despiadadas, o entre los medios de comunicación, donde se advirtió que el equipo azulgrana no invita al optimismo en este mes crucial en el que ya ha entrado.

A Javier Aguirre se le da especialmente mal el Barcelona y este sábado sumó una nueva derrota, que a efectos de imagen le reforzó ante los suyos. El Leganés, colista y en situación más que preocupante, no solo se avanzó en el marcador sino que acabó el partido concediendo solo seis remates entre palos, apenas uno en la primera mitad y tuteando a un rival que sobre el papel debería haberle arrollado.