El club que preside Florentino Pérez se centró en sacar rédito de su cantera y liberar salarios para equilibrar la economía del Real Madrid
El Real Madrid ha vivido uno de los mercados de fichajes más atípicos que se le recuerdan en los últimos tiempos ya que entre la remodelación del estadio Santiago Bernabéu y la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, el club que preside Florentino Pérez se centró en sacar rédito de su cantera, liberar salarios y solo cuenta con dos caras nueva respecto a la temporada pasada, y ambos vuelven de cesión: el noruego Martin Odegaard y el ucraniano Andriy Lunin.
La COVID-19 cambió los planes de todos los clubes españoles y supuso un fuerte impacto en la economía del país. A pesar de que en España se pudo retomar y finalizar LaLiga Santander, los equipos han notado el impacto en el mercado que finalizó en la jornada del lunes ya que no invirtió como en anteriores ocasiones, situándose la cuarta de las grandes ligas solo por delante de la Bundesliga con un gasto total de 410,30 millones de euros e ingresos de 494,25; lo que supone un balance positivo de 83,95.
De dicho gasto, cero ha aportado el Real Madrid. El conjunto presidido por Florentino Pérez ha dado un giro radical a su filosofía. Tenía claro al concluir la pasada temporada que el objetivo no era aportar en dicho apartado, por lo que solo cuenta con dos incorporaciones en la plantilla y ambas tras finalizar sus respectivas cesiones.
Odegaard fue una de las grandes figuras de LaLiga, sobre todo hasta antes del parón debido al coronavirus ya que, tras este, le lastraron unas molestias en la rodilla, guiando a la Real Sociedad a firmar una gran temporada que acabó con clasificación para la final de la Copa del Rey -aún pendiente de fecha- y para la Liga Europa. Tras crecer en Holanda, el noruego, apuesta del Madrid con 16 años, se consolidó en España y Zidane le quiso tener en su equipo.
La otra cara nueva es la de Lunin. Tras dos cesiones en Leganés y Valladolid, donde no gozó de protagonismo, el portero internacional por Ucrania se lució en la segunda mitad de temporada en las filas del Oviedo, lo que le hizo ganarse un hueco en la primera plantilla por detrás del belga Thibaut Courtois.
Además, Álvaro Odriozola vuelve a contar para Zidane tras haber salido en enero cedido rumbo al Bayern de Múnich, equipo con el que ganó el triplete -Liga, Champions y Copa-. Tres incorporaciones alejadas de las rutilantes a las que acostumbraba un Madrid que tiene ahora su estadio como joya de la corona del proyecto.
Con el cinturón abrochado, la entidad que dirige Florentino Pérez sacó rédito de las piezas con las que no contaba 'Zizou'. 40 millones de euros por el marroquí Achraf Hakimi, rumbo al Inter de Milán, y 30 por el español Sergio Reguilón, al Tottenham Hotspur, lideran una lista de ingresos en los que llega a 98,5 millones de euros, según el portal especializado Transfermarkt.
Borja Mayoral (Roma), Óscar Rodríguez (Sevilla), Ceballos (Arsenal), Kubo (Villarreal), Javi Sánchez (Valladolid), Dani Gómez (Levante), De Frutos (Levante), Baeza (Celta de Vigo) y Soro (Granada) hicieron las maletas. Futbolistas del primer equipo y del Castilla que no entraban en los planes de Zidane y por los que se ingresó dinero. Otros, como Reinier Jesus (Borussia Dortmund), Brahim Díaz (Milan) o Jesús Vallejo (Granada) salieron cedidos pero sin compensación económica.
Durante este periodo de fichajes de verano, alargado hasta octubre por el coronavirus, el Real Madrid también se destacó en el ahorro en salarios dando salida al colombiano James Rodríguez, quien ahora rinde a gran nivel en el Everton que dirige Carlo Ancelotti, y la vuelta del galés Gareth Bale al Tottenham Hotspur; dos marchas que aligeran la masa salarial.
Un plan de ahorro ejecutado con la mira puesta en el futuro y con confianza en una plantilla que logró ganar la Liga la pasada temporada, el gran objetivo de Zidane en su vuelta al banquillo del Real Madrid, y la Supercopa de España.