BARCELONA -- La Liga española, los clubes de Primera y Segunda División, se enfrentan a unas pérdidas que rozan los 700 millones de dólares si la crisis del coronavirus no remitiera en los próximos meses y motivase que la temporada debiera darse por acabada, no pudiendo reanudar el campeonato liguero para disputar las once jornadas que restan hasta su finalización.
“Vamos a terminar la competición; eso es lo que manejamos ahora mismo. Debemos hallar una solución al problema económico que se va a plantear, qué pasa con los cerca de cien contratos audiovisuales que tenemos en todo el mundo. Si no retransmites la señal no vas a poder cobrar”.
El aviso de Javier Tebas, presidente de LaLiga, en una entrevista a la Cadena Cope evidenció que la paralización del fútbol, afectado por una pandemia de coronavirus que no remite, pone en jaque a los clubes. Y que la alarma, se admite desde la patronal, entre bambalinas es creciente.
“Nos queda un 25 por ciento de la temporada por jugar y habrá que revisar todo el presupuesto” sentenció el presidente de la patronal, quien esperando a la reunión del martes con la UEFA “en la que se deben tomar importantes decisiones”, adelantó que en los últimos días “he mantenido contactos con presidentes de otras ligas para encontrar una solución conjunta” porque, pensar el perjuicio económico provoca temor.
IRRECUPERABLE
No es extraño que Tebas sostenga la necesidad de acabar la Liga. Desde la patronal se calcula que en caso contrario las pérdidas para los clubs de Primera y Segunda División se dispararían hasta cerca de 700 millones de dólares, de los que más de 560 serían por lo dejado de ingresar en derechos de televisión, sumando a ello unos 90 por los abonos de los aficionados casi 50 por ingresos de taquilla.
Unas cantidades “irrecuperables”, se sostiene, y a las que habría que añadir lo que se dejaría de ingresar en conceptos publicitarios y de patrocinio. Todas esas cuentas se van calculando de forma individual por parte de los clubs para trasladar números de infarto a la patronal de cara a la reunión acordada con la federación el 25 de marzo.
Para entonces debe conocerse el desarrollo de la epidemia en España, la posibilidad (ahora mismo remota) de reanudar la competición la primera semana de abril y, por encima de todo, las disposiciones que se hayan tomado en la reunión liderada por la UEFA este martes, donde se puede acordar el aplazamiento de la Eurocopa para ayudar a encontrar fechas hasta el 30 de junio para los clubes.
Al Barcelona “no le será fácil revertir las pérdidas extraordinarias que se le vienen encima” explicó a EFE el economista Albert Deulofeu, una advertencia a la que el club no se quiere referir, más allá de los “seis millones de euros” en que evaluó en su momento el presidente Bartomeu las pérdidas que ocasionaba jugar el partido de Champions frente al Napoli a puerta cerrada… Antes de que la crisis sanitaria provocase su suspensión.
Hasta el final de la Liga al equipo azulgrana le restan disputar cinco partidos en el Camp Nou y de no poder jugarlos se puede calcular que dejaría de ingresar, solo en concepto de taquilla, unos 20 millones de dólares, a los que se deberían sumar los derechos de televisión y publicidad, cifras de difícil enumeración pero que motivarían pérdidas superiores a los 60 millones…
Una situación que en el Barça provoca, como en el resto de clubes, una preocupación creciente a cada día que pasa.