Esta semana se cumple el primer aniversario del inicio del colapso de la Superliga europea. El proyecto más revolucionario en la historia del fútbol de clubes comenzó a desmoronarse formalmente cuando el Chelsea emitió un comunicado para informar su retiro de este. Poco después, otros clubes hicieron lo mismo (algunos incluyendo disculpas públicas a los aficionados) hasta que solo quedaron tres: Real Madrid, Juventus y Barcelona.
Este trio de grandes clubes no han dejado de luchar y lo siguen haciendo en los tribunales europeos, alegando que UEFA y FIFA abusan de una posición monopólica que viola las leyes de libre competencia, actuando como reguladores y organizadores de competiciones a la vez. Mucho dependerá del veredicto que emita el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). De todos modos, los temas inherentes que motivaron a 12 súper clubes a formar la liga no han desaparecido.
P: ¿Esto significa que la Superliga podría volver?
R: Si el TJUE falla a favor de Real Madrid, Juventus y Barcelona, pues imaginaría que es casi una certeza. Dependería, obviamente, del lenguaje utilizado en el veredicto. Sin embargo, si la corte dictamina que los clubes no pueden ser penalizados por entes regulatorios (tales como la UEFA, la FIFA, ligas nacionales o federaciones) por la organización de torneos propios y jugarlos cuando quieran, contra quienes quieran, y repartir los dividendos de la forma que quieran, entonces la puerta se abriría de par en par.
Y a pesar de todas las disculpas emitidas por un grupo de clubes que se unieron al proyecto para salirse del mismo, afirmando que cometieron un error terrible y que "escucharían a los seguidores", me imagino que la mayoría volvería al ruedo. Después de todo, dirían que sólo se adherían a la ley. Y la ley les permitió formar una Superliga.
P: Muy bien. ¿Cuán probable es que el TJUE apoye a la Superliga? Y, ¿cuándo emitirá su veredicto?
R: No tenemos idea de cuándo el Tribunal emitirá un fallo; incluso, ni sabemos si lo hará. Muchos esperan que sea a finales de año, pero eso es solo una especulación. Aunque también podría desechar la acción judicial y decidir que no tiene bases para emitir un fallo. Eso nos dejaría en un limbo aún peor. O también podría conferirle al fútbol (o hasta al deporte en general) excepciones de algunos aspectos de las leyes a favor de la libre competencia. Eso sería una derrota para la Superliga y probablemente marcaría el punto final y definitivo del proyecto.
Por otro lado, si el TJUE concluye que el fútbol profesional es fundamentalmente un negocio y que la ley europea garantiza el derecho a que las empresas compitan como les sea conveniente; pues bien, ese es otro tema.
P: ¿Cuál es el contraargumento de la UEFA??
R: Me imagino que la UEFA diría, primero y principal, que no es una empresa sino un ente público que regula el deporte a todo nivel, desde el amateur hasta los profesionales. Cierto: la UEFA controla la competición más lucrativa del fútbol de clubes, pero no acapara sus ganancias. Al contrario, las devuelve a clubes y federaciones con la finalidad de desarrollar y apoyar el fútbol. Quizás sea un monopolio, aunque funciona de la misma forma en la cual la policía, los servicios públicos de salud o el sistema de carreteras son monopolios.
No se beneficia de ello: cada céntimo es reinvertido por el bien común. De cierta forma, es un clásico argumento entre socialismo y capitalismo. La posición del TJUE al respecto dependerá, creo, del estado de ánimo político predominante en Europa.
P: Y, ¿cuál es el ánimo político que predomina actualmente?
R: Hablando únicamente en términos de cifras, creo que aún existe una oposición generalizada. No olvidemos que, si bien los 12 clubes que formaron la Superliga pueden encontrarse entre los más grandes de Europa, éstos sólo representan tres circuitos. Incluso, si queremos ser cínicos y argumentar que Bayern Munich, Borussia Dortmund y Paris Saint-Germain se montarían en el barco de la Superliga si el TJUE da luz verde, seguimos hablando de un grupo reducido de clubes de solo cinco naciones.
En Europa, existen muchas más naciones y muchos otros clubes en Europa. Y muchos más hinchas de otros clubes, aficionados que se convierten en votantes en el día de elecciones. Y obviamente se supone que el TJUE, al igual que el resto de tribunales, debe actuar independientemente de la política; pero realmente es guiado por las normas y sentimientos actualmente predominantes. El sentimiento entre los clubes que no formaron parte de la Superliga (o tentativos miembros de la Superliga) es de firme oposición al proyecto, sobre todo por la forma tan torpe en la que se presentó.
P: ¿Qué quieres decir con eso?
R: La Superliga fue simplemente atroz a la hora de explicar por qué su existencia era necesaria o deseable. Simplemente se limitó a decir (y parafraseo): 'La UEFA es un monopolio, el sistema está roto, esta es la mejor forma de resolverlo. Lo haremos. UEFA: ven a negociar con nosotros para que se haga realidad'.
En vez de detallar que harían pagos solidarios a los clubes por fuera de la Superliga, nunca se explicó cómo su fundación beneficiaría al resto del fútbol. Y cuando vemos el desastroso estado económico de muchos clubes miembros de la Superliga, no sorprende que múltiples sectores externos dijeron algo similar a: 'Muy bien, algunos hacen esto motivados por la codicia; otros lo hacen para salvar su pellejo'.
Aparte de lo anterior, su argumento financiero consistía en garantizar sus sitiales, generar más ingresos jugando más partidos, mantener un trozo mayor de los ingresos y prometer la implementación de controles de costos, tales como topes salariales.
P: Bien. Entonces, no sorprende ver que los hinchas de los equipos por fuera de la Superliga estaban en contra del proyecto. Pero ¿por qué hubo tantos aficionados de clubes miembros de la Superliga expresando su oposición? ¿Fue solo la reacción de medios de comunicación y políticos?
R: No lo creo. Pienso que, hasta los seguidores de los clubes que se habrían beneficiado ven que sus clubes se ubican a la cima de un todo mayor, que es el sistema piramidal que le ha hecho tanto bien al fútbol europeo por más de 100 años. No todos, obviamente. Pero se mostró como una lucha de poder y creo que, hasta dentro de las aficiones que expresaron mayor apoyo a la Superliga (como las del Real Madrid o la Juventus), hubo muchos que cuestionaron la idea. A poca gente le gusta verse como el villano de la película.
P: Volvamos al "argumento financiero" a favor de la Superliga: más partidos europeos, más plazas para clubes grandes, un trozo mayor del pastel para los clubes grandes y controles económicos más estrictos... ¿no es eso lo que tendremos en la Champions a partir de 2024??
R: Más o menos. Esa es la razón por la cual algunos afirman que el cambio de formato de la Champions es una Superliga con otro nombre y cosas tales como el denominado "coeficiente histórico" molestan a muchos, al igual que el formato ampliado. Asimismo, la UEFA también ha introducido nuevas reglas de sostenibilidad que limitan el gasto en proporción a los ingresos.
P: Entonces, ¿se podría decir que los clubes de la Superliga obtuvieron lo que quisieron? ¿O al menos una parte?
R: De cierta forma, creo que sí. Aunque también creo que esto sirve para reafirmar que, al menos, algunas de sus preocupaciones eran sinceramente legítimas. Quieren más dinero y reducir costos, algo que creo es deseable en toda empresa. Entiendo cómo jugar más partidos generará mayores ingresos, muy bien. Pero, si todos ganan más dinero, lo único que haces es regar más recursos al sistema aumentando las cuentas por pagar en forma de pases de jugadores y salarios.
Entonces, se quiere controlar costos (mediante medidas tales como el Fair Play Financiero, topes salariales, o en la forma que adopten las nuevas reglas de sostenibilidad de la UEFA); pero el problema radica en que las normas deben ser aplicadas y deben ser transparentes, idealmente sin desalentar la inversión legítima. Y tal como hemos visto en los casos del Paris Saint-Germain y Manchester City, clubes sancionados que apelan y a veces ganan sus recursos, lograrlo ha sido muy difícil para la UEFA.
No conocemos mucho sobre los nuevos mecanismos de aplicación de la norma; pero, a menos que sean estrictos y transparentes, el fútbol europeo no podrá librarse de esta idea de ilegalidad, de que la gente puede hacer lo que le plazca. Y eso sólo llevará a más cinismo y asperezas. Creo que, sobre todo, el fútbol europeo tiene un problema de "confianza".
P: Ese no es el único problema ... ¿qué hay del desequilibrio de recursos?
R: Eso es algo que, de cierta forma, se encuentra integrado en el sistema. Y eso es lo que hace la tarea tan difícil para la UEFA, que debe atender a todos los niveles del fútbol europeo. En realidad, tenemos un sistema escalonado de facto, con una polarización masiva en la cima. El Bayern está a punto de ganar su décimo título consecutivo en la Bundesliga, el PSG ganará su octavo palmarés de Ligue 1 en los últimos 10 años dentro de pocos días, la Juventus recientemente ganó ocho Scudetti al hilo en la Serie A. Incluso cuando se tiene diferentes equipos ganando títulos, como es el caso de la Premier League, realmente no existe variedad en lo que respecta a los equipos que clasifican a la Champions. Desde 2005, solo un club de Premier League distinto a los "Seis Grandes" (el Leicester en su campaña de cuento de hadas en 2015-16) ha quedado entre los cuatro mejores de la competición.
Incluso dentro del selecto grupo de súper clubes, existen estructuras accionarias y metas radicalmente distintas. PSG y City operan de cierta forma porque sus dueños no solo están motivados por las ganancias financieras y cuentan con amplios recursos. Barcelona, Bayern, Real Madrid y Borussia Dortmund son, de distintas formas, entes sin fines de lucro que reinvierten en sus clubes y no miden sus éxitos de acuerdo con los libros contables. AC Milan, Atletico Madrid, Arsenal, Tottenham, Liverpool y Manchester United tienen dueños de equipos que son hombres de negocios que desean obtener ganancias a largo plazo.
Simplemente se trata de la naturaleza del panorama, que es estructuralmente desigual. Y la globalización y comercialización sólo ha servido para llevarlo al extremo. Pero esa es también la razón por la cual, independientemente del dictamen del TJUE, mantengo mi escepticismo respecto a las probabilidades de una Superliga gestionada por clubes. Esta no es la NFL. No hablamos de dueños de equipo con mentalidades similares y clubes con mentalidades similares. Estas son entidades que trabajan juntos, aunque con cada uno yendo por su lado; razón por la cual probablemente, desde el inicio, querían contar con el sello de aprobación de la UEFA. O, dicho con otras palabras, querían el pastel y también comérselo.