Apenas 23 años y el peso de una ciudad encima. Súmenle el peso de un país encima, el suyo y otro país, el de los propietarios del equipo para el que ahora juega. Sobre la continuidad de Kylian Mbappe ya se han pronunciado la alcaldesa de Paris, el presidente de Francia y su antecesor. Todos quieren que siga vistiendo la camiseta del Paris St. Germain.
El PSG quiere que se quede. Le Parisien publica lo que el club parisino estaría dispuesto a pagarle a Mbappe. Según el diario francés el PSG le ofrecen un bono de 100 millones de euros por firmar y dos años de contrato a razón de 50 millones por cada una de las temporadas. Con esto Mbappe se vincularía al PSG hasta la temporada 2023/24. La cifra se traduce a 962,000 euros por semana. 137,000 euros por día. Pueden hacer las cuentas, sin pedir permiso.
Esto ya es un asunto de Estado para los franceses y los cataríes ya han deslizado con esta oferta que para ellos, lo que ya era un asunto de Estado, ahora es una prioridad. Esto tiene sentido desde varios ángulos. El PSG, que es propiedad de Qatar Sports Investments, quiere que Mbappe se quede en el club por muchos motivos, pero uno fundamental, es que siga siendo propiedad de los cataríes cuando el mundial se lleve a cabo en Catar. Asunto de Estado. Queda bien que el jugador insignia del club del Estado catarí llegue al mundial de Catar como miembro del plantel.
Dentro de esta estrategia el PSG ya tiene al mejor jugador brasileño, al mejor jugador argentino, además de dos otros titulares de la selección campeona de América, tienen al arquero de la selección campeona de Europa y al mediocampista de esta. Tienen todo y quieren que estos lleguen al mundial como jugadores de un equipo propiedad de Qatar. Como hacer una colección de los mejores cromos y llegar al colegio con ellos para presumir.
Dentro de la campaña de presión de representantes del Estado francés está la clara intención de exhortar que la mejor figura del futbol francés siga jugando en Franca hasta al menos, 2024. El año en el que París será sede de los Juegos Olímpicos y Mbappe ya se ha pronunciado y quiere jugarlos. No importa de donde lo llamen, pero si imagínense lo que su figura representaría para la promoción de los Juegos de seguir jugando en París cada fin de semana. En 2024 tendría 25 años, los mismos que Neymar cuando el brasileño llegó al PSG.
Ahí ya dos razones de peso, para dos Estados se involucren en la continuidad de Mbappe en el PSG.
Esta puede ser la transacción que defina un nuevo mapa en el ecosistema de clubes europeos.
Perdón si lo hago ver como algo tan trascendental, algo que puede significar un antes y un después en la historia del futbol, pero es que así me parece. Acá ese enfrenta el PSG con su intención por retener a un jugadorazo y el Real Madrid con su intención de incorporarlo. Es, con 23 años, el mejor goleador que han visto las cinco grandes ligas del futbol europeo a esa edad, desde Raúl en el 2001.
Real Madrid es el club más ganador en la historia de las copas de Europa. Un símbolo de grandeza y caudal económico, aunque no siempre haya sido así. Cuando no tenía esa riqueza la encontró con la visión y el atrevimiento de un presidente como Florentino Pérez.
Pérez hizo todo por llevarse a Mbappe al Real Madrid el verano pasado. El club tiene la historia suficiente para justificar que ahí jueguen los mejores del mundo. El PSG le cerró la puerta. Lo que los parisinos quieren es convertirse en un club con la historia para justificar que ahí jueguen los mejores jugadores del mundo. Ahora solo tienen la billetera. Falta la historia.
Lo que ahora tiene enfrente el Real Madrid es la posibilidad de mantener el orden de las cosas o ver, como primer testigo, como cambia la dinámica del ecosistema del futbol europeo y el futbol asume que en estas cosas, cuando se meten los Estados son ellos los que dominan el juego.
Hay un espacio que todavía controla el futbol, el de la pelota, lo que pase dentro de la cancha. En el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions se juega mucho más que un boleto. Si el Madrid lo gana, Mbappe se convencerá que por mucho que el PSG tenga el dinero sobre la mesa, hay cosas que siguen sin ser ganadas por la plata: la grandeza de un club con la historia del Real Madrid. Eso no se puede medir con dinero, solo en ambicion deportiva. Mbappe tiene 23 años, ¿el futuro resuelto? No. El futuro revuelto.