Fue después del tercer partido de Bruno Fernandes con Manchester United cuando Ole Gunnar Solskjaer supo que había tomado la decisión correcta con la incorporación del mediocampista a Old Trafford.
El resto del plantel estaba mayormente conforme con el empate a un gol contra Club Brujas en los dieciseisavos de final de la Europa League 2019-20 dado que aún quedaba la vuelta, pero no Fernandes. Se trató de una reacción que Solskjaer había visto antes en los conjuntos de United en los que había jugado, y el noruego se sintió reconfortado cuando vio al recién llegado de Sporting CP tirar la camiseta en un rincón del vestuario.
Solskjaer también cree que los empates, incluso aquellos que pueden rectificarse al cabo de una semana, nunca son lo suficientemente buenos. Luego de haber jugado apenas los últimos nueve minutos en Bélgica, Fernandes le pidió la titularidad a Solskjaer para el partido de vuelta en Manchester. Convirtió, y United ganó 5-0.
A poco de cumplir su primer aniversario con el club, esa sigue siendo una de las únicas cuatro veces que Fernandes jugó en Old Trafford frente a los hinchas. Desde su debut el 1 de febrero de 2020, el internacional portugués ha sido uno de los fichajes más transformadores de United. Ha sido tan influyente que hasta lo comparan con Eric Cantona, cuyo desembarco en noviembre de 1992 desencadenó una seguidilla de cuatro títulos en primera división en cinco temporadas después de 26 años de sequía.
Fernandes tiene un largo camino por recorrer para igualar las conquistas de Cantona, pero cabe destacar que United terminó segundo la temporada anterior al fichaje del francés. Cuando Fernandes se puso la camiseta de United por primera vez, el equipo estaba quinto en la tabla, 36 puntos detrás del puntero, Liverpool. Un año más tarde, están primeros en la tabla con dos puntos de diferencia.
Las cifras hablan por sí mismas. Cuando fue nombrado mejor jugador del mes de la Premier League en diciembre, se convirtió en el primer jugador en ganar el trofeo cuatro veces en un año calendario, tras haberlo recibido en febrero, junio y noviembre.
Dado su gran impacto, es notable que, en el verano de 2019, United no pareciera preocupado por la posibilidad de que Fernandes firmara con Tottenham Hotspur. Cansados de las negociaciones con Sporting, que no iban a ningún lado, y con dudas respecto de si Fernandes podría adaptarse a la Premier League, estaban dispuestos a dejar que se fuera al norte de Londres, sobre todo después de enterarse de que al presidente de Tottenham, Daniel Levy, le habían pasado un precio mucho más bajo. Pero el acuerdo nunca se concretó, y cuando los ojeadores de United en Portugal instaron al departamento de contrataciones que echara otro vistazo, Solskjaer y su asistente Mike Phelan fueron a verlo a Sporting personalmente, y se encontraron con que el jugador había mejorado mucho desde el final de la temporada anterior.
Desesperado por mejorar el rendimiento ofensivo de su equipo, Solskjaer le pidió al vicepresidente ejecutivo Ed Woodward y al negociador en jefe Matt Judge que indagaran sobre Jack Grealish, pero, ante la negativa de Aston Villa, United avanzó con las negociaciones por Fernandes. El acuerdo, completado el 30 de enero de 2020, podría terminar costando £67,6 millones si se cumplen determinados indicadores de desempeño, pero si Fernandes mantiene esta trayectoria, Woodward podría considerarlo su mejor negocio desde que reemplazó a David Gill en 2013.
En apenas 12 meses, Fernandes se ha convertido en el foco del club. Ya se habla de un nuevo contrato que refleje su estatus a pesar de que está fichado hasta 2025 con la opción de un año más. Su camiseta es la más vendida en Megastore, y cuando las cadenas de televisión presentan sus solicitudes de entrevistas antes y después de los partidos, su nombre generalmente está primero en la lista. Cuando Amad Diallo entrenó con el primer equipo tras llegar de Atalanta, Fernandes se acercó al extremo de 18 años para ofrecerle consejos y apoyarlo durante los entrenamientos.
Una de las cosas que más habían impresionado a Solskjaer cuando estudiaron los antecedentes del jugador de 26 años fue lo bien que había capitaneado a Sporting. Tras decidir que al plantel le faltaban líderes cuando reemplazó a José Mourinho en diciembre de 2018, fue uno de los motivos por los que Solskjaer también había seguido de cerca a Grealish, capitán de Aston Villa. Fernandes fue nombrado capitán de United por primera vez para el partido de la fase de grupos de la Champions League contra Paris Saint-Germain en octubre. Estaba sentado en la conferencia de prensa previa al partido con Solskjaer cuando su técnico anunció la noticia. Por su sorpresa, el mediocampista estaba preocupado de que las cámaras lo hubieran mostrado confundido, y, ansioso por proyectar la imagen correcta, les pidió a los dirigentes del club que no liberaran el video hasta asegurarse de que todo estaba bien.
En la cancha, Fernandes ha sido manejado con el mismo cuidado. Solskjaer reconoció haberse sentido exasperado por la frecuencia con la que Fernandes pierde la pelota --incluso para un delantero que intenta pases arriesgados-- pero fue algo que los analistas ya le habían señalado antes de que Fernandes se incorporara al equipo, y el técnico de United les pidió a sus jugadores, quienes a veces se frustran en los entrenamientos y los partidos, que lo dejen seguir intentando.
"Se espera que cree goles, que marque goles, y a veces los márgenes le juegan en contra", dijo Solskjaer de Fernandes a principios de esta temporada. "Siempre está a punto de crear algo, incluso cuando pierde la pelota, y esa es la posición en la que lo quiero, eso es lo que se le pide. Quiero que juegue los pases que ve".
Solskjaer ha dicho en privado que Fernandes tiene permitido regalar la pelota, sobre todo dado lo que corre para recuperarla. Los miembros del cuerpo técnico han intentado animarlo para que sea más cuidadoso en el manejo de su energía, pero luego aprendieron que él está más contento picando de un lado a otro, desesperado por llegar a la pelota y presionando al rival de manera implacable. Es igual en los entrenamientos, y el cuerpo técnico suele verse obligado a mandarlo adentro por temor a que se quede toda la noche en las canchas de Carrington si no hay nadie que lo mande a casa.
Cuando fue nombrado hace dos años, Solskjaer en seguida se dio cuenta de que el equipo debía cambiar fuera de la cancha para poder ganar en el campo de juego. Los nuevos jugadores han sido claves en su misión en Old Trafford, sobre todo Fernandes. A un año de su llegada, la decisión de ficharlo ya ha sido reivindicada.