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Si alguien puede, es Chicharito

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Dr. Meraz analiza las lesiones de Chicharito y Raúl Jiménez (4:36)

Ambos jugadores mexicanos se perderán actividad durante las siguientes semanas. (4:36)

Aún está en sus manos, mejor dicho, en sus pies y especialmente en su cabeza, tener un cierre digno en su gran carrera

La carrera de Javier Hernández pende de un hilo después de haberse roto los ligamentos de la rodilla derecha a los 35 años, pero si alguien puede salir adelante de una lesión tan fuerte a esa edad, es él o, mejor dicho, su versión mental de hace 13 años.

Ese Chicharito deslumbró a dos de las ciudades más exigentes del futbol y lo podía todo sólo con el hecho de proponérselo, como ser campeón de la Premier League o ganar un Mundial de Clubes, sin que ninguna opinión le pusiera freno a su rendimiento.

Él se promovió a base de goles desde Guadalajara hacia Manchester y de Manchester a Madrid, convirtiéndose en el camino en el máximo goleador en la historia de la Selección Mexicana, siempre hacia delante y siempre con más fuego en su mirada, que elegancia en sus pies.

El problema es que no sabemos dónde está esa versión de Javier Hernández, no la vemos desde hace por lo menos seis años y en su lugar han llegado varias tan lejanas a la original, que la idea de darlo por terminado es suficientemente legítima.

En algún punto de su carrera entre Inglaterra y España, cambió el hábito de anotar por el de protagonizar escándalos fuera de la cancha, como cuando se convirtió en productor de su propio reality show para mostrarnos la versión más descuidada de su cuerpo de atleta y llevarnos más allá de lo que a nadie le interesaba en su vida familiar.

Después otra versión poco sensata de sí mismo lo alejó del Tri hasta el punto de perderse el Mundial de Qatar, a pesar de que el equipo tenía una necesidad desesperada de goles, siendo ya demasiado tarde para buscar en su interior a aquel Chicharito disciplinado que hacía girar sus decisiones en torno a su carrera.

Ahora la vida le da una nueva oportunidad disfrazada de lesión para reencontrarse con aquel admirable futbolista que tomó al mundo por sorpresa, porque ese es el reto que está enfrente de Javier Hernández, volver a ser Chicharito y escribir otra proeza por encima de todas las críticas y de todos aquellos que lo quieren ver fracasar.

Javier Hernández jamás volverá a ser el goleador que fue y quizás nunca vuelva a vestir la camiseta de la Selección Mexicana, pero aún está en sus manos, mejor dicho, en sus pies y especialmente en su cabeza, tener un cierre digno del tamaña de su carrera, volver a estar en forma y volver a marcar en doble dígito, siempre y cuando se acuerde de cómo llegó a lo más alto y mantenga esa actitud incuestionable.