DOHA (Enviado especial) -- El lunes por la noche, el hotel Hyatt Regency Oryx de Doha se sentía mucho más lejos de Madrid que los 5.300 kilómetros que en realidad lo separan. Incluso, parecía aún más remoto que los casi 14 mil que lo dividen de Quito. Las turbulencias internas desatadas tras la salida de Byron Castillo de la convocatoria movieron el eje de atención en el seno de la Selección de Ecuador y las esquirlas aún están esparcidas. Por eso, el arribo a la concentración mundialista en la capital de Qatar puede marcar un nuevo comienzo. O al menos intentar hacerlo.
La situación en el campamento ecuatoriano lejos está de ser la ideal. Los días posteriores al empate sin goles frente a Irak en Madrid, en el último amistoso de preparación, estuvieron cargados de tensión por cuestiones ajenas al ámbito futbolístico. Problemas burocráticos, interpretaciones de fallos legales, discusiones internas y tristeza se sucedieron antes del viaje rumbo al Mundial, el máximo objetivo de cada uno de los integrantes de la delegación.
⚽ Así fue la llegada de la 🇪🇨 #Tri y el recibimiento que tuvo por parte del pueblo ecuatoriano que los acompaña en Qatar.
— ESPN Ecuador (@ESPNEcuador) November 15, 2022
🎥 @DamianDidonato pic.twitter.com/whZyy1lSGr
Que la Copa del Mundo es la única meta de Gustavo Alfaro y sus dirigidos es algo innegable. Así lo fue desde el comienzo del ciclo, en octubre de 2020 frente a Argentina en la Bombonera, y así lo es hoy, a menos de cinco días del debut contra Senegal. El foco del grupo formado de manera casi inmediata a la llegada del técnico argentino nunca se movió de Medio Oriente. Por eso, las dificultades previas generaron tanta angustia e impotencia.
La cronología de los hechos de los últimos días indica que el cinco de noviembre Alfaro incluyó a Castillo entre los convocados para jugar el amistoso frente a Irak en Madrid. Solo tres días más tarde, el TAS emitió su resolución a la protesta de Chile por la mala inclusión del lateral derecho en las Eliminatorias. No le quitó su lugar en el Mundial, pero sí sancionó al futbolista y a la Federación con tres puntos de descuento para la fase de clasificación del próximo Mundial.
El 12, Byron fue titular en el empate sin goles contra el combinado iraquí. Se lo vio nervioso y salió lesionado, aunque su presencia en Qatar no corría riesgo por esa molestia física. En la idea de Alfaro, siempre estuvo citar al jugador de León de México como una de las alternativas a la banda derecha junto a Angelo Preciado. Sin embargo, la Federación, tal como aclaró en un comunicado, "se vio obligada" a no incluirlo, según sus propias palabras.
Ecuador fue el último seleccionado en confirmar su lista mundialista. Lo hizo incluso después del límite impuesto por la FIFA para el lunes 14. Varias horas más tarde que México, que lo había hecho por la mañana. El motivo de esa demora no fue la generación de suspenso ni un artilugio de marketing. Fue la tensión por la exclusión de un hombre muy importante para el entrenador y para sus compañeros.
Solo un día más tarde el plantel debía emprender el viaje hacia su máximo sueño, que quizás por primera vez había sido perdido de vista. Solo por un rato. Las idas y vueltas por la baja de Byron y su angustia individual, intransferible, marcaron al grupo, que siempre se mostró unido y sólido. Esto parece una obviedad para una Selección que se prepara para un Mundial, pero es mucho menos común de lo que aparenta. Ecuador sí tenía esa fortaleza. O la tiene, aunque un poco golpeada.
Alfaro armó un equipo confiable, que tiene virtudes y defectos pero que ha encontrado una identidad. Se puede discutir acerca de su estilo y de sus argumentos futbolísticos, pero no sobre su compromiso. La formación de un grupo humano robusto fue uno de los objetivos primarios del cuerpo técnico liderado por el argentino. Y lo consiguió de forma natural, aunque también al tomar decisiones difíciles. Logró fusionar generaciones y potenciar a juveniles. Esa cohesión fue la base del éxito. Y eso deberá recuperar en estos cuatro días.
Solo cuatro días tiene Ecuador para pasar la página y preparar el partido de su vida. Solo cuatro días, pero el premio es el más grande de todos. Qatar será el rival en el encuentro inaugural y en el quinto piso del Hyatt Regency Oryx de Doha el principal objetivo será volver a poner el corazón y la mente en el fútbol y en representar a Ecuador. Quizás, el recibimiento de decenas de hinchas sea el combustible necesario para poner el marcha la maquinaria de la esperanza.