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¿Qué se siente patear en una tanda de penales de la Copa Mundial? 'No hay alegría, sólo alivio'

DOHA, Qatar -- Pocos jugadores han llegado a experimentar la sensación de patear en una tanda de penales de la Copa Mundial. Después de más de dos horas de fútbol agotador en un partido de eliminación y con las esperanzas de un país, y a veces de la historia, sobre los hombros, todo puede definirse con un remate a 12 yardas. No es para los débiles de corazón.

Solía patear los penales en los partidos, pero en una tanda de penales de la Copa Mundial, con esa presión... Es diferente", le dijo a ESPN el exdelantero uruguayo Diego Forlán.

Croacia, Japón, Marruecos y España ya han sentido la presión única de una tanda de penales en la Copa Mundial de Qatar, y antes de que termine el torneo es probable que haya algunas más.

Antes de cada partido desde que comenzaron los octavos de final, a todos los seleccionadores les han preguntado por la inminente perspectiva de los penales. Es algo que pesa sobre cada partido, y cada vez se piensa más en ello a medida que el marcador se mantiene empatado y el tiempo se agota.

Forlán dio un paso al frente y marcó contra Ghana en 2010 para ayudar a Uruguay a alcanzar su primera semifinal mundialista en 40 años. Ahora puede sonreír al respecto, pero para todos los jugadores encargados de patear uno, es un momento complicado: Convierte y serás un héroe, falla y tu país nunca lo olvidará.

"Si hubiera fallado, me habría sentido culpable", dijo Forlán. "Habría sentido esa responsabilidad. Pero cuando ves que la pelota entra, sólo piensas: 'Hice mi trabajo'".

No todos son tan afortunados. El delantero italiano Roberto Baggio jugó casi 650 partidos a lo largo de una carrera de más de 20 años. Ganó títulos de la Serie A y el premio al mejor jugador del mundo en 1993. Pero incluso después de todo eso, todavía se le recuerda por haber errado el penal decisivo en la final de la Copa Mundial de 1994 contra Brasil.

"Nunca lo olvidaré", dijo años después. "Era un sueño de la infancia hecho realidad, y luego terminó de la forma más absurda y nunca lo superé. Tuve mil oportunidades para errar un penal en mi carrera, pero ése era el que realmente no podía errar".

En el bando contrario aquel día estaba el defensor brasileño Branco, en el Rose Bowl de Pasadena, California. Había convertido en la fallida tanda de penales de Brasil contra Francia en México 1986, y volvió a hacerlo en la final ocho años más tarde.

"No es fácil convertir un penal en un Mundial", le dijo Branco a ESPN. "Te pasan muchas cosas por la cabeza. En 1994, ya había marcado el gol contra Países Bajos en los cuartos de final que le dio el pase a Brasil, pero en mi cabeza pensaba: '¿Y si erro en una final?'

"Patear un penal es un momento muy personal para un jugador. Cada uno lo siente de forma diferente. Creo que por muy difícil que sea, en el momento es importante mantener la calma".

Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo durante el trayecto desde la línea de mediocampo hasta el punto de penal, acompañado únicamente por tus propios pensamientos. "Es el trayecto más solitario del fútbol", le dijo a ESPN Andy Townsend, quien convirtió para República de Irlanda contra Rumania en la tanda de penales del Mundial de 1990.

"El fútbol es un deporte en equipo, y cuando estás en la línea de mediocampo, estás todos juntos y abrazados. Pero cuando haces ese recorrido, estás solo y sabes que, si fallas, estarás solo por el resto de tu vida".

Hay poco más de 90 metros desde el círculo central hasta el punto de penal, pero, con la presión, todo puede volverse un poco borroso.

"Cuando fui caminando, me pareció muy rápido, pero debí de ir bastante despacio, porque después me dijeron que, cuando llegó mi turno, mi madre había salido corriendo al jardín, y para cuando mi hermano salió a arrastrarla de vuelta, yo todavía no lo había pateado", agregó Townsend. "Así que, o fui muy lento, o mi madre es más rápida que yo.

"No es una caminata cómoda, y tienes tiempo para pensar en un montón de cosas. Para cuando llegas al borde del área grande, creo que ya tienes que saber lo que vas a hacer.

"Jack Charlton [entrenador de República de Irlanda] me dijo que bajara la cabeza y pateara, pero me gusta ubicarla. Él me preguntó qué iba a hacer y le respondí que la iba a acomodar. Su respuesta fue 'No, tienes que disparar'. Por suerte, me quedé con mi idea y anoté”.

El ex mediocampista de Liverpool, Ray Houghton, también pateó en los penales de Irlanda contra Rumania, ofreciéndose para patear el penal antes que Townsend. "Nunca antes en mi vida había pateado un penal", le dijo a ESPN. "Estábamos decidiendo qué hacer y no podíamos encontrar al menos tres pateadores, sólo teníamos dos.

"Había jugado bastante bien el partido y sentí la confianza para patear uno porque no había nadie más que lo hiciera. Creo que, si hubiese sentido que había hecho un mal partido, hubiera sido menos probable que hubiese levantado la mano porque tienes que sentirte confiado.

"Mi padre me dijo, 'si pateas un penal, no cambies de parecer'. Pero a medida que me iba acercando al arco, vi al arquero tocando los dos postes, llegando arriba, tocando el travesaño y de repente comencé a preguntarme, '¿Dónde puedo colocar la pelota?'.

"Sabes lo que está en juego. La presión es inmensa".

La caminata hacia el lugar desde donde pateas es una parte tan importante del proceso que cuando Forlán estaba con Uruguay en 2010, ellos intentaron recrear esa situación. "Cuando tienes que caminar hacia el centro del área donde pateas, es duro", dijo. “Cuando tienes que caminar, hay muchas cosas que pasan por tu cabeza. Tienes que intentar relajarte y concentrarte.

"Después de que avanzamos de la fase de grupos, practicábamos después de la sesión de entrenamiento. Y hacíamos todo. Teníamos a todos en la línea y hacíamos la caminata hacia la zona donde teníamos que patear. No es lo mismo, pero está bueno hacerlo. Te hace dar cuenta un poco de cómo será y del tiempo que tienes para pensar hasta que llegas”.

Incluso después de toda la preparación, cuando llega el momento de disparar, cualquier ventaja es un extra.

"En la final del '94, conocía [al arquero de Italia, Gianluca] Pagliuca porque era mi rival en Genoa," Branco recordó. "Yo jugaba en Genoa y él en Sampdoria, y ya había anotado en su contra. Pero cambié la manera de patear el penal. Por lo general lo hacía con más potencia, pero como yo lo conocía y él me conocía, cambié. Hice un penal más posicionado. Él fue hacia una esquina y yo dejé la pelota en la otra”.

Houghton agregó: "El momento con mayor intensidad es cuando corres para patear. Yo ya había elegido hacia dónde hacerlo, pero de repente el arquero se agachó y comencé a verlo cada vez más pequeño y pensé, 'Ahora tengo mucho espacio en el arco, tengo que patear ahora'. Cambió mi percepción y esa fue la gran diferencia para mí”.

Para los jugadores que fallan, puede llegar a ser algo que los acompañe el resto de sus vidas. incluso para los que anotan, ver que la pelota toca la red puede generales una sensación extraña.

"No sentí felicidad, sólo fue alivio", recuerda Houghton. "Recuerdo que estaba contento de haberme quitado esa responsabilidad de encima y que seguía el turno de otro. Cuando estaba regresando y era el turno de Tony Cascarino, que seguía detrás de mí, lo vi pálido como una hoja. La sangre se había drenado de su cara por completo.

"El jugador que falló para Rumania, Daniel Timofte, nunca fue el mismo y atravesó momentos difíciles después de eso porque sientes que has decepcionado a todos”.

Forlán agregó: "Cuando anotas, sólo sientes alivio, nada más. Después es el turno de otro”.

Brasil, Croacia, Argentina, Países Bajos, Francia, Inglaterra, Portugal y Marruecos estarán practicando penales de cara a sus choques en cuartos de final. La preparación ha alcanzado un nivel tan alto que cuando Liverpool ganó la final de la FA Cup en mayo, tras superar a Chelsea en instancias de penales, Jurgen Klopp le dedicó la victoria a una compañía contratada por el club que había monitoreado la actividad cerebral de los jugadores para optimizar la performance en situaciones de alta presión.

El éxito, sin embargo, sigue dependiendo de poder controlar los nervios cuando la presión esta en lo más alto.

"No estoy seguro de cuánto te puedes preparar para ese momento", dijo Townsend. "No creo que se pueda realmente. Creo que la práctica está bien, pero nada te prepara para estar parado en la línea esperando que llegue tu turno. He visto a los mejores jugadores del mundo fallar en esas situaciones, razón por la cual no creo que te puedas preparar para lo que estás a punto de experimentar”.

No son tantos los jugadores que tendrán que pasar por esto, pero para los que aún siguen en Qatar, permanece como un prospecto amenazante.