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Polonia también se juega todo

KAZÁN (Enviado especial) -- Tildar de "final" a un partido importante se ha convertido en un lugar común en el fútbol internacional. De forma liviana, jugadores y entrenadores hablan de que los campeonatos están compuesto de "38 finales", como si no hubiera diferencias en la tensión de cada juego. Pocas veces un encuentro que no define un título puede tildarse de final. El domingo, Colombia y Polonia afrontarán uno de esos momentos. Ambos tienen la necesidad imperiosa de ganar para no empezar a decirle adiós a la Copa del Mundo.

"Son ellos o nosotros", dijo Falcao y repitió Santiago Arias esta semana. El sentimiento en la Tricolor es que no tendrán otra oportunidad en este Mundial. Con otras palabras, los polacos coincidieron con sus rivales en la conferencia oficial en el Kazán Arena. Las dos selecciones que llegaban como favoritas al grupo H podrían eliminarse entre sí en la segunda jornada. Es una final inesperada.

En Polonia, las críticas de los medios y los hinchas son mucho más feroces que en Colombia, donde todos saben que la Tricolor es capaz de superar este trauma. El entrenador Adam Nawalka está en el ojo de la tormenta y sólo lo salvará un triunfo el domingo. Los jugadores también han sido juzgados de manera negativa tras la derrota ante Senegal en el debut. Ellos están tan o más presionados que los colombianos, que quizás allí encuentren una ventaja para utilizar en la cancha.

"Pensábamos que no íbamos a avergonzarnos de este equipo y otra vez fuimos un hazmerreír. Hasta nos convertimos goles nosotros mismos". La frase es de uno de los principales periódicos polacos y sirve para graficar el nivel de los reproches. Hasta el padre del arquero Wojciech Szczesny, quien falló en uno de los goles africanos, criticó públicamente a su hijo. La prensa también habló de que los futbolistas viajaron desde Sochi a Kazán en medio de una gran tensión y que la obligación a ganar se notaba en sus caras. En la rueda de prensa, el DT se encargó de llevar tranquilidad.

"El fracaso con Senegal no es una tragedia, estuvo influenciado por muchos factores, porque el martes todo no funcionó como lo planeamos. De todos modos sobrevivimos a esta derrota. Hubo ira deportiva después del partido, ahora queremos jugar en un nivel superior. Si algo no sale como queremos, funciona con nosotros de forma movilizadora. Tenemos muy en claro la situación en la que nos encontramos pero no queremos hablar de eso aquí. Apenas terminó el partido con Senegal, nos pusimos a pensar en Colombia", afirmó Nawalka.

Polonia llegó como cabeza de serie a la Copa del Mundo pero sus últimos partidos dejaron algunas dudas. En los amistosos previos solo venció a Corea del Sur y a Lituania y la caída en la presentación mundialista agitó todos los fantasmas. El pueblo polaco no ve a su seleccionado en la segunda fase de un Mundial desde México 1986 y la presión es cada vez mayor. Esta vez, con uno de los mejores goleadores del mundo y un plantel sólido esperaban romper la racha, aunque el mal comienzo llevó mucha desilusión.

Robert Lewandowski liderará el ataque polaco más allá de que contra Senegal estuvo muy lejos de su nivel acostumbrado en Bayern. El compañero de James Rodriguez es el hombre a tener en cuenta juegue o no juegue Kamil Glik. En la conferencia, el técnico dijo que la lesión del defensor de Monaco complicó la preparación y no confirmó su volverá al once contra Colombia. Tampoco dijo si hará cambios o no, pero es lo más probable.

Después del 1-2, Nawalka dijo que no supieron ejecutar el plan. Colombia será un adversario más exigente, capaz de capitalizar todos los errores. Además, aún no jugó con once jugadores en este campeonato. Acerca de eso, el técnico polaco sólo expresó su respeto por el cuadro sudamericano y dijo que su principal virtud es que se conocen desde hace un largo tiempo.

"Hablaremos en la cancha". Con esa frase cerró la conferencia Polonia. Kazán será testigo de un partido entre dos selecciones con un techo muy alto que aún no demostraron sus virtudes en Rusia. Ambas tienen la gran oportunidad de hacerlo y la presión puede tener un protagonismo clave, como sucede en todas las finales.