El amarillo, el azul y el rojo atendieron la cita ese viernes 8 de junio de 1990 en el estadio San Siro de Milan. Los tres juntos hecho bandera cumplieron ese llamado que a un costado de la cancha hicieron Gianna Nannini y Edoardo Bennato desde una de las estrofas de “Un'estate italiana” (un verano italiano), la canción que se oficializó como la mejor de todos los Mundiales por decreto futbolero.
“E il mondo in una giostra di colori” en español “el mundo en un carrusel de colores”, invitaron Gianna y Edoardo ante los 70 mil aficionados que presenciaron la inauguración de Italia 90. Después de 28 años el tricolor colombiano estaba ahí, de regreso entre los mejores para disfrutar de su segunda Copa del Mundo.
La ceremonia de 25 minutos fue sobria y con cuatro presidentes junto con un Primer Ministro en los palcos. Una animación digital agitó la emoción entre el majestuoso estadio milanista por la que la desfilaron firmas de diseñadores como Valentino para representar a los continentes con sus selecciones participantes.
"Notti magiche, inseguendo un goal", repitió el himno. La noche mágica duró un verano que dejó entre otros, los lamentos de Diego Maradona, la efectividad del campeón Alemania, la categoría de Roberto Baggio, una mascota Ciao incomprendida y el agradecimiento de siempre para esa Selección Colombia.