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La Selección Colombia nos debe una reflexión para volver a creer

En una semana se perdió la alegría, el fútbol, los puntos, pero sobre todo la confianza en un equipo que nos inspiró. Volvieron esos errores del pasado, llorados en eliminaciones anteriores, que creímos superados por la armonía que acompañó a estos últimos ocho años.

Todos deben hacerse cargo de este momento de números rojos. Cuatro puntos, una victoria, dos derrotas y diferencia de gol de menos cinco, una condena extra que nos recordará todo lo malo de esta doble fecha de Eliminatoria.

Además, reflexionar sobre la expresión futbolística gobernada por los nervios, las contradicciones, el desinterés por la rebeldía y la traición a lo que nos identifica. La Selección necesita refundarse. Dejar de lado los caprichos, los personalismos, la indiferencia por la camiseta que lastima el sentimiento.

La autocrítica debe ser profunda. Los más grandes necesitan sacudir el vestuario. Recuperar la mística con la que sobrevivió a otras situaciones difíciles. Es tiempo de los capitanes. Vendría bien que el cuerpo técnico acepte que hay errores sin recostarse en los arbitrajes. Que entienda que hay raíces con la pelota que deben respetarse.

El amor de los hinchas por la Selección es incondicional pero tiene derecho a enfriarse con derrotas como las de Uruguay y Ecuador. Colombia necesita volver a creer. Un desafío para un plantel maduro.