Paulo Dybala, de Roma, se destacó con un gol en el partido revancha de la serie de la UEFA Europa League en el que su equipo derrotó 2-0 a Salzburgo, en el estadio Olímpico de la capital de Italia, y logró la clasificación a octavos de final. Además, casi convirtió otro ante sus hinchas.
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En la ida, con gol del argentino Nicolás Capaldo, ex-Boca Juniors, el equipo austríaco se impuso 1-0 y esta vez festejó el local en suelo italiano, que por un gol de diferencia se aseguró el billete a la siguiente ronda.
Al comienzo del encuentro, Dybala tuvo una doble ocasión para convertir, en la misma jugada. Primero el ex-Instituto de Córdoba agarró una volea un poco mordida tras un centro desde la izquierda y estrelló el travesaño y, de rebote, la cabeceó y volvió a pegar en el horizontal.
Pocos minutos después, Andrea Belotti abrió la cuenta para el conjunto romano y, a los 40, Luciano Pellegrini atacó por la izquierda, lanzó un centro y Dybala, entrando al área grande por el otro costado, la agarró de aire, con una volea baja, y la clavó al palo derecho del arquero visitante, Philipp Kóhn.
Enseguida, los simpatizantes de Roma empezaron a corear un estruendoso "Dybala, Dybala, Dybala...". Y el cordobés agradeció semejante aliento desde las tribunas del Olímpico.
Dybala participó activamente en la generación de juego del conjunto que dirige José Mourinho. Tuvo algunos destellos, tacos y habilitaciones propios de su gran calidad.
De esta manera, el argentino marcó al menos tres goles en cinco de las siete últimas temporadas en las principales competencias europeas de clubes.
Fue reemplazado a un minuto del final y los hinchas volvieron a reconocerle su gran tarea, con gritos y un aplauso extenso.