Transcurrían 87 minutos de juego en el Parque Viera cuando el árbitro Leodán González decidió suspender el partido que Boston River le estaba ganando a Peñarol por 2 a 1.
¿Que sucedió? Una serie de hechos que se encadenaron en pocos minutos terminaron con la decisión del árbitro de no continuar la disputa del encuentro por incidentes en la parcialidad aurinegra.
El mal momento del conjunto mirasol y el muy mal primer tiempo habían malhumorado a los hinchas, pero las alarmas se encendieron cuando, a los 75' minutos, Ramos cometió el penal sobre Villa cuando el marcador estaba 1 a 1. A partir de ahí, varios hinchas de Peñarol comenzaron a generar inconvenientes, al punto tal de que rompieron el tejido de la cabecera.
Leodán González fue advertido de esta situación, por lo que se comunicó con el jefe del operativo policial y le pidió garantías para que el partido pudiera continuar. El visto bueno llegó a los 82' y el encuentro se reanudó con la ejecución de Agustín Rodríguez que puso el 2 a 1.
Lejos de apaciguar los ánimos, la cosa empeoró cuando los Carboneros se fueron al ataque y la pelota llegó hasta el sector en el que se encontraba la hinchada que había roto el tejido, ya que comenzaron a "llover" proyectiles hacia los jugadores de Boston River.
Mientras los futbolistas del Sastre le mostraban al árbitro los objetos que caían en la cancha, los jugadores de Peñarol intentaban sacarlos e increpaban a sus rivales.
Sin garantías para continuar, Leodán González tomó la determinación de suspender el partido, que sumó otra página negra en un año para el olvido de los mirasoles.